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[Crítica] «Al grito de la chicharra»: Poemas que laten en sí mismos

La obra lírica de la autora argentina María Moreno Quintana evoca ideas y relaciones abstractas, las cuales repentinamente encuentran su presencia en un objeto, en un animal, una planta, en una cosa, o en un sutil suceso que enmascara la trascendencia de una cotidianidad universal.

Por Jorge Aulicino

Publicado el 12.6.2023

En palabras del editor, Luis Cruz-Villalobos: «aquí tenemos una obra poética sencilla y compleja, profunda y silvestre. La poesía de María Moreno Quintana, tal como la observamos en Al grito de la chicharra es una mezcla de simpleza rítmica y belleza sutil. Ahora tenemos la posibilidad de que su canto se extienda a más fronteras por medio de esta edición bilingüe español-inglés, para que más personas se deleiten lentamente con este amable grito que emerge entre los árboles», reflexiona el también prolífico autor chileno.

La obra aparece en la Colección Cuadrá-Tú del sello internacional Hebel Ediciones.

 

Relaciones entre la tierra y el cielo

Queremos siempre simplificar una definición de la poesía o refugiarnos en sus equivalentes: lo indecible, lo secreto. Y sucede que toda definición es buena, pero toda deja lugar para alguna otra, sin contradecirla. De manera que elegimos una, ante la vista de los poemas de Al grito de la chicharra: la poesía da cuenta de una relación con la realidad, y su calidad depende de la calidad y coherencia de su escritura. Y de casi nada más.

Los poemas de este libro nos hacen pensar inmediatamente en el modo que suponemos oriental: el modo haiku, el cual, dicho sea de paso, no era más que un juego de destreza lírica hasta el haiku moderno. La sorpresa era el objeto del haiku: el salto imprevisto —aunque no totalmente imprevisto, sino más bien no calculable, no estipulado— de la rana entre los lotos quietos.

Pero este es el motor básico de todos los poemas. Había otra cuestión en la vieja poesía oriental: el significado simbólico que la tradición le daba a ciertas palabras y figuras. Las flores del cerezo como símbolo de primavera; la rana como, precisamente, representación de la sorpresa. Por todo esto podemos decir que Al grito de la chicharra tiene filiación oriental. Pero por lo mismo también podemos decir que no hay poesía que no la tenga.

La relación con la tierra y el cielo —antiguos equivalentes de la fecundidad y de la creación— se mencionan a lo largo de estos poemas breves que componen un solo poema eslabonado, en el que la mirada va del cielo y el clima a las manos y la tierra. Este suele ser un viaje, también, de la abstracción a la realidad, o como quería aquel viejo profesor, Rodolfo Mattarollo, una: «iluminación de lo abstracto en lo concreto».

Dicho de otro modo: esta poesía, como la mejor, evoca ideas y relaciones abstractas que repentinamente encuentran su presencia en un objeto, en un animal, una planta, en una cosa, en un suceso. Por ejemplo: «del movimiento / que culmina / hacia un nuevo sol / los cardos brotan».

Y cuando las cosas se mencionan según el modo en que las nombramos en nuestra vida diaria —lo cual significa el modo en que las conocemos, su particularidad indescriptible— la poesía toma el color, sabor y olor de esas cosas cercanas, de su geografía concreta, íntima.

Acá ha de verse en qué termina la filiación de esta poesía con la poesía oriental, en la cual no suele haber cardos ni zorzales. Tampoco, llegado el caso, chicharras, sino más bien cigarras.

 

Realismo criollo

No es difícil —magia del lenguaje— imaginar los paisajes en que pueden inspirarse estos poemas. Son paisajes criollos. Y este realismo —por decirlo de algún modo— robustece la poesía, no la achica. Así podemos asistir, en la lectura, a un juego largo de imágenes, al fin delicioso, aunque una enorme lejanía lo presida.

Dejo aquí dos poemas más que laten en sí mismos y a la vez juegan con aquellos que los anteceden y con los que les siguen:

Los años puestos
sobre el mandil
venas azuladas
y toda la terquedad
del lucero
tras la nube vieja
que se espesa.

Seremos trigo verde
o pan
yuyo o alfalfa
junco o totora
o huevito de tera
esperando nacer
en esta tierra.

 

*Si desea adquirir una copia en papel de esta obra pude acceder al siguiente link.

 

 

 

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Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949). Es poeta y periodista, Premio Nacional de Poesía 2015.

 

«Al grito de la chicharra», de María Moreno Quintana (Hebel Ediciones, 2023)

 

 

 

Jorge Aulicino

 

 

Imagen destacada: Hebel Ediciones.

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