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[Crítica] «Anatomía de una caída»: Lo que se oculta en el alma de las personas

Reconocido con la Palma de Oro en el último Festival de Cannes, el filme de la realizadora gala Justine Triet es uno de las grandes favoritos de los venideros premios Oscar estadounidenses al obtener cinco nominaciones, una de las cuales incluyen una postulación a la codiciada estatuilla destinada para la mejor película de la temporada.

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 25.1.2024

El Festival de Cannes del año 2023 premió con la Palma de Oro a Anatomía de una caída (Anatomie d’une chute) de Justine Triet. La película francesa ha cosechado innumerables galardones no solo en Europa sino que también alrededor del mundo.

Culminando su consagración con las nominaciones al Oscar en los apartados de Mejor película, Mejor dirección, Mejor actriz, Mejor guion original y Mejor montaje. Toda una hazaña para una obra audiovisual de origen europeo.

El largometraje se sumerge en la vida de Sandra (la actriz alemana Sandra Hüller, en un soberbio papel) escritora que vive en los Alpes franceses con su hijo Daniel (Milo Machado Graner) y su esposo Samuel (Samuel Theis).

Al inicio del relato, su marido aparece muerto a los pies de la casa, presumiblemente por una caída desde lo alto de la casa. La policía no tiene claro las circunstancias del hecho y comienza un juicio contra Sandra, acusándola de asesinar a su cónyuge.

Entonces, la trama deviene en drama de tribunales y es en el juicio donde se expone la vida íntima de esta familia. Como buena trama judicial, la historia intenta dar con la «verdad» que hay detrás de la muerte de Samuel.

Desde ahí, el argumento funciona de manera muy teatral entre las acusaciones de la fiscalía y la defensa de Vincent (Sawann Arlaud), abogado defensor de Sandra. Y se agregan las intervenciones de la misma escritora durante el proceso.

Esta fórmula, vista cientos de veces en este género de largometrajes de ficción, está condimentada con la forma en la cual la acusación contra Sandra se va construyendo, y al no haber pruebas científicas concluyentes, la defensa recurre a diversos expertos para probar su punto de vista.

 

El derrumbe de una familia

Indudablemente, están los expertos forenses que explican la cómo en la caída debió intervenir un tercero, pues la posición del cuerpo delataría esto. Asimismo, se suman avezados literatos que buscan mensajes de un posible móvil, o confesión de la escritora, en las líneas se sus novelas. En suma, una interpretación del discurso narrativo.

O el mismo hijo que encontró el cuerpo de su padre. El muchacho declara como testigo principal, pese a que tiene una avanzada ceguera producto de un accidente, donde su progenitor tuvo un grado de culpa.

A esto se suman unas cintas de audio del mismo Samuel, quien grababa todos sus diálogos con su esposa e hijo. Conversaciones que se exponen en el proceso y que la película ilustra solo hasta cierta parte, dejando vedado al espectador la certeza de lo que ocurre en las cintas escuchadas.

Todo esto va configurando un análisis pormenorizado desde diversos puntos de vista de la caída de Samuel. Pero ninguno da una evidencia segura de lo que ocurrió ese día.

Esta «anatomía», o examen minucioso que despliega la película, no solo se atañe a la caída de Samuel sino que también a su relación con Sandra.

La muerte de Samuel, va develando una caída simbólica de la pareja. Detrás de las pruebas que se van exhibiendo, también quedan expuestos los conflictos, los miedos, las frustraciones que estaban viviendo ambos como matrimonio. Toda la crisis de su relación de pareja queda en evidencia.

El resentimiento por cosas que se hicieron, o por asuntos que no se hicieron, repercute en la percepción sobre la personalidad de Sandra y comienza a ensombrecer su brillante carrera literaria. El juicio va descubriendo un carácter que pone en tela de juicio el éxito de la escritora.

Así, e igual que una enorme bola de nieve cayendo por las montañas nevadas de los Alpes, el juicio se va transformando en una avalancha que arrasa todo alrededor de Sandra.

De la misma manera, esa verdad que busca el proceso judicial, se va haciendo cada vez más difusa en la medida que se desarrolla. Y esta familia tan feliz y unida que aparece en las fotos que adornan el interior del hogar, va quedando reducida a meros reflejos vacíos.

El largometraje Anatomía de una caída de Justien Triet se cuida de dar la cantidad justa de información a la audiencia. Esquiva la narración que pudiera dar seguridad de lo que finalmente ocurrió. Y aunque en algunos momentos se siente un tanto discursiva, es una construcción narrativa dúctil que deja al espectador la tarea de hacer la síntesis.

Hay algo que no se deja ver en esta caída, algo que es inasible y que no solo tiene que ver con la verdad del caso sino también con las relaciones humanas y eso profundo que se oculta en el alma de las personas.

 

 

 

 

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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó el libro Versos y yerros (Ediciones Luna de Sangre, 2016).

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Anatomía de una caída (2023).

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