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[Crítica] «Chacarillas, los elegidos de Pinochet»: El pasado nunca termina de ocurrir

La importancia de este libro de Felipe Reyes y de Guido Arroyo (Editorial Alquimia, 2019) radica en desempolvar del olvido ese acto realizado en esos años de plena represión, y también pone de manifiesto el papel de los civiles y de esos jóvenes que comenzaron a militar en el aparato de la dictadura.

Por Juan Ignacio Colil

Publicado el 2.5.2021

En este libro de Felipe Reyes y Guido Arroyo, publicado el 2019 por Alquimia Ediciones, se recoge la puesta en escena del acto en el cerro Chacarillas en julio del año 77.

Un evento organizado por la dictadura para darle realce al valor de la “juventud”, del “nacionalismo” y el intento por tratar de revestir al régimen de una épica, copiando algunas ideas y símbolos de los nacionalismos europeos: la noche, los estandartes, el discurso del líder, un altar, los clarines, las antorchas.

En el libro se hace un repaso a lo que se “cocinaba” en la trastienda de la Junta de Gobierno, el rol de los civiles y el ascenso de Jaime Guzmán, con su coro fiel que aún canta las mismas canciones.

La importancia de este libro radica en desempolvar del olvido ese acto realizado en esos años de plena represión, y también pone de manifiesto el papel de los civiles y de esos jóvenes que comenzaron a militar en el aparato de la dictadura.

Supongo que consideraron que el número de los 77 soldados chilenos acribillados en el llamado “Combate de La Concepción” ocurrido el 9 y 10 de julio de 1882, calzaba perfecto con ese oscuro año 1977. No había tiempo que perder. La numerología estaba de su parte y había que dotar de dramatismo al relato y a la política militar.

En el acto, Pinochet leyó un discurso preparado por Jaime Guzmán, en el cual se hacía referencia al itinerario de la dictadura. Asunto no menor. El régimen ya estiraba el elástico.

En ese discurso Pinochet señalaba entre otras cosas: “la luz que emerge al final de nuestra ruta será siempre más fuerte y más luminosa”, frase muy parecida y lugar común también señalado varias veces por Piñera, a raíz de la pandemia.

Ese año 1977 es importante porque es el año en el cual deja de funcionar la DINA y comienza la CNI, debido a las presiones extranjeras producto del atentado a Orlando Letelier. Es la misma represión, pero al interior de las FF. AA. y de los civiles adscritos al régimen era un terremoto. La represión ya no es masiva, sino focalizada. Los falsos enfrentamientos serán la tónica.

Es el año en el cual es asesinado el encapuchado del Estadio Nacional cuando estaba a punto de ofrecer su testimonio. Es el año en que el Chavo del 8 llenó el estadio nacional, y la temporada en que la dictadura comenzó a mirar su proyección.

El libro incorpora algunas imágenes de los protagonistas de esta historia y algunas fotografías de diarios y revistas afines a la dictadura. Al final se incluye una lista con los 77 jóvenes que fueron seleccionados para participar en ese acto, con una breve biografía.

Hay deportistas, animadores, periodistas, cantantes y por supuesto, un grupo de jóvenes políticos bendecidos por Jaime Guzmán: Juan Antonio Coloma, Patricio Melero, Joaquín Lavín, Cristián Larroulet, Andrés Chadwick, entre otros.

En estos días, en que el gobierno de Piñera tambalea, los “elegidos de Pinochet” se mantienen en papeles relevantes en la estructura del estado, Coloma en el Senado, Melero en el gabinete después de 30 años como diputado, Larroulet como consejero y hombre en las sombras de Piñera, y Chadwick, después de su paso por el Ministerio de Interior, supongo que debe ser todavía un consejero fiel de su primo.

Todos ellos, y sus familiares que han incorporado al gobierno, se mantienen como la guardia pretoriana del sistema neoliberal y del orden establecido en la constitución pinochetista. Ellos no son fusibles que se puedan cambiar, el fusible es Piñera.

En estos días agitados, que son parte de más de un año de convulsiones políticas y sociales, en los cuales el sistema se ha trizado, pienso que estos personajes, “los elegidos de Pinochet”, sueñan con esa fría noche del sábado 9 de julio del año 1977 en que subían el cerro Chacarillas, se recuerdan a sí mismos con las antorchas en la mano mientras le sonreían al Dictador.

Leer este libro Chacarillas, los elegidos de Pinochet nos remite a lo que dice Javier Cercas citando a Faulkner en El impostor:  “Porque el pasado no pasa nunca, ni siquiera es pasado; el pasado es solo una dimensión del presente.”

 

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Juan Ignacio Colil (1966) es un escritor chileno autor, entre otras, de las novelas Un abismo sin música ni luz (Lom Ediciones, 2019), y El reparto del olvido (Lom Ediciones, 2017). Asimismo, por el volumen inédito Espejismo cruel fue galardonado con el prestigioso Premio Pedro de Oña versión de 2018, que entrega la Corporación Letras de Chile.

 

«Chacarillas. Los elegidos de Pinochet», de Guido Arroyo y de Felipe Reyes (Editorial Alquimia, 2019)

 

 

Juan Ignacio Colil

 

 

Imagen destacada: Red Digital.

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