Con esta novela, y a través de un lenguaje simple y de atmósferas familiares, pero extrañas al mismo tiempo, la escritora japonesa Hiromi Kawakami nos sumerge en un mundo en donde las piezas relevantes son los personajes y sus emociones más íntimas.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 24.8.2021
Hiromi Kawakami (Tokio, 1958) se dio a conocer a nivel mundial en 2017 con El cielo es azul, la tierra blanca, sin embargo, sus libros ya habían conseguido los galardones más prestigiosos en Japón y era considerada una de las voces más sobresalientes de la narrativa nipona.
Su estilo se caracteriza por la sencillez y la belleza. Su ritmo lento acompasa la cadencia de sus historias cargadas de melancolía, en este sentido, la crítica ha señalado que: “La prosa de Kawakami explora con sutileza, ternura y profundidad en el Japón actual las vidas personales y sentimentales de personajes en reflexión, encuentro o búsqueda.”
En De pronto oigo la voz del agua (Alfaguara, 2021), su última novela traducida al español, se cuenta la historia de una pareja de hermanos, quienes vuelven al hogar donde crecieron. Este retorno es a la vez el encuentro con algunos secretos que poco a poco van develando y abriendo nuevas luces sobre ese pasado idílico.
En un pozo oscuro
La infancia y la familia son espacios frágiles, susceptibles de cuestionar y poner en tela de juicio, sobre todo cuando son mirados desde la adultez. Escuchar la voz del agua equivale a escuchar un murmullo que proviene de otro lugar, de un pasado que no se puede definir claramente.
Este sonido del agua, al igual que los recuerdos, pertenecen a ese mundo poco claro, donde las imágenes se construyen igual que un rompecabezas, intentando armar la totalidad pero sin lograrlo jamás.
El descubriendo de muchas situaciones familiares, que durante la niñez no se comprendían plenamente, es lo que se les va revelando a este par de hermanos, que en este retorno al hogar donde crecieron, reflexionan sobre la particular relación que tenían sus padres.
El mundo de los adultos y la forma en que ellos se relacionan es una incógnita frente a los ojos de los hijos, por lo tanto, ahondar en esos sentimientos, es sumergirse en un pozo oscuro, laberintico, plagado de vacíos, donde muchas de las preguntas siempre van a quedar sin responder.
Leer a Hiroki Kawakami implica sumergirse en una lectura directa y espontánea, en donde no existen excesos verbales ni tramas difíciles de resolver, lo que sin lugar a duda mantiene muy bien aceitada la lectura.
A través de un lenguaje simple y de atmósferas familiares, pero extrañas al mismo tiempo, la escritora nos sumerge en un mundo en donde las piezas relevantes son los personajes y sus emociones más íntimas.
No es que el lector se encuentre con una historia japonesa en estas páginas, sino que por el contrario, acá se va a enfrentar a una historia que se repite continuamente en la vida de los seres humanos, una historia de relaciones, secretos, imposibilidades y descubrimientos.
No cabe duda que el lector encontrará en este libro la puerta de entrada al fascinante mundo narrativo de Hiroki Kawakama.
***
Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura de la última Casa de Estudios.
Imagen destacada: Hiromi Kawakami.