El escritor escocés Irvine Welsh retrata en esta novela (publicada en castellano por la Editorial Anagrama) la historia adulta del enigmático Begbie, un personaje que ya aparecía en su obra de culto, la célebre «Trainspotting» (1993).
Por Martín Parra Olave
Publicado el 11.11.2021
Quizás escapar al destino de la violencia sea algo imposible. Sobre todo cuando el pasado fue una marca profunda y difícil de borrar. El escritor Irvine Welsh (Escocia, 1958) retoma a sus personajes que lo hicieran mundialmente conocido con su novela Trainspotting, escrita en el año 1993 y posteriormente llevada al cine.
En aquella opera prima, ambientada en los 80, se cuenta parte de la historia de un grupo de jóvenes que nacieron en un mundo pobre y marginado, donde las drogas, el alcohol y todo tipo de excesos son el estigma de sus vidas.
Así, en su más reciente trabajo El artista de la cuchilla(Anagrama, 2021), se cuenta la historia de uno de aquellos muchachos de su novela inicial. Se trata de Begbie, quien en la actualidad vive con otro nombre, Jim Francis, que además tiene una familia y se dedica a la escultura, pero no cualquier tipo de escultura, sino una donde los cuerpos aparecen mutilados y los rostros no tienen forma.
La bestialidad de lo humano
Pareciera que todo el pasado cargado de violentas experiencias, más las drogas y el alcohol, han quedado atrás. Sin embargo, el asesinato de un hijo suyo, fruto de una relación anterior pone en su camino una vez más la bestialidad de los humano
Es por esto, que comienzan a surgir preguntas acerca de la verdadera posibilidad de dejar atrás un mundo de violencia extrema. ¿Se puede escapar de una forma de vida que lo ha perseguido desde siempre? ¿Hay alternativas para las personas que sin querer han cometido actos criminales y deben cargar con ellos para siempre?
La personalidad de Jim se desencadena nuevamente para encontrar a los responsables de la muerte de su hijo. La violencia, la muerte, los asesinatos en serie, la destrucción de casas y todo tipo de propiedades son algunas de las acciones a las que recurre para conseguir su objetivo.
Es un hombre que entiende el mundo como un lugar de violencia, como el espacio donde la única forma de encontrar la verdad es a través de la muerte de quien se interpone en su camino. Irvine Welsh nos presenta una sociedad que cada vez nos parece más cercana, pues los modos de relacionarnos entre unos y otros están teñidos con las pinceladas de la brutalidad.
Baste con leer los periódicos de Latinoamérica para ver como los asesinatos se van multiplicando, en distintos barrios, zonas y poblaciones, y donde los actos delictuales forman parte de la rutina diaria de algunas comunidades. No es menor que la utilización de armas de fuego por menores de edad es una lamentable realidad que crece y aumenta.
Esta mezcla de thriller psicológico con novela negra nos lleva inevitablemente a un realismo social que se encarga de retratar ese mundo oscuro y siniestro de la violencia urbana.
Con un lenguaje sencillo, directo y llena de escenas muy intensas, El artista de la cuchilla es una novela que nos mantiene agarrados desde el principio, sobre todo por su personaje central, el incombustible y enigmático Jim, quien a pesar de luchar por dejar atrás una historia lamentable, vuelva a ella una y otra vez con la mayor de las intensidades.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.
Imagen destacada: Irvine Welsh.