La editorial sevillana El Paseo ha publicado el ensayo donde se recopilan los principales artículos que Howard Phillips Lovecraft dedicó al estudio del cosmos. Su fascinación por este asunto no fue meramente particular, sino que sintió la necesidad de compartir sus investigaciones de una manera didáctica y atractiva.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 18.3.2022
La obra de Howard Phillips Lovecraft (1890 – 1937) está llena de referencias al espacio sideral. Recordemos una de sus obras más terriblemente misteriosas, The Colour Out of Space (1927), donde un meteorito atraviesa millones de kilómetros e impacta en las colinas de Arkham, ese mítico territorio dentro de su literatura.
Fue el germen de lo que se ha dado en llamar el horror cósmico, donde la fragilidad del ser humano frente a lo incomprensible se torna evidente: «Me apresuré a volver al hotel antes del anochecer, no queriendo que las estrellas me sorprendieran a cielo abierto».
El interés por la astronomía le llegó a Lovecraft a una edad muy temprana. Un viejo ejemplar de la Geography of The Heavens, de Elijah H. Burritt, encontrado en la buhardilla de su abuela, fue el acontecimiento detonante de su afición por las estrellas: «Un año después ya no pensaba en nada más que en la astronomía. (…) Me tiraba las horas muertas escrutando los cielos con mi pequeño telescopio. No recuerdo una sola noche clara que no acabara en vigilia de observación astronómica».
La editorial sevillana El Paseo ha publicado el ensayo El astronomicon, donde se recopilan los principales artículos que el genio de Providence dedicó al estudio del cosmos. Su fascinación por este asunto no fue meramente particular, sino que sintió la necesidad de compartir sus investigaciones. Su intención era que sus escritos llegaran al público de manera didáctica y atractiva.
Los días de la astronomía
El astronomicon está divido en dos partes. En una primera titulada «Misterios del cielo revelados por la astronomía», nos habla del cielo y sus objetos, el sistema solar, el sol o los eclipses. Sin olvidar su interés por los cometas periódicos, los cometas célebres o los meteoroides. Es un compendio que: «explica cuanto constituye el espectáculo que el cielo ofrece en la observación inmediata».
En la segunda parte del libro, «Astronomía versus astrología», encontramos al Lovecraft más polemista. Se trata de seis artículos dirigidos al astrólogo de Providence, Joachim Friedrich Hartmann. Se incluyen, además, los que éste publicó en réplica a los de Lovecraft, estableciéndose, de este modo, un diálogo donde el asunto central es la polémica que se daba en torno a la astrología como pseudociencia.
Por un tiempo, Lovecraft dejó de lado su literatura cósmica y monstruosa para llenar sus días con la astronomía. Como recuerda el propio escritor, ésta: «se convirtió en mi principal interés científico, haciéndome con telescopios cada vez más potentes, coleccionando libros de astronomía hasta reunir 61 y escribiendo copiosamente sobre el tema en forma de artículos especiales y mensuales para la prensa local».
Algunos críticos y seguidores lamentan que dejara, temporalmente, olvidada su ocupación como inventor de seres extraordinarios, pero a cambio, hemos podido tener acceso a unos escritos en los que se transparenta la fascinación que sintió H.P. Lovecraft por todo aquello que venía del exterior.
H.P. Lovecraft fue un escritor que, como señaló Jorge Luis Borges, no solo fue capaz de generar sucesores, sino que creó a sus predecesores, los levantó de sus tumbas justificándolos, como en el caso de su admirado Edgar Allan Poe.
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Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).
Imagen destacada: H. P. Lovecraft (1890 – 1937).