Productores, intérpretes y actrices, investigadores, técnicos y profesionales del sector audiovisual describen el peligro de las políticas actuales ejecutadas por el gobierno más agresivo de los últimos 40 años. Destacan las condiciones críticas de la industria, agudizadas con la falta de financiamiento estatal que ha afectado al INCAA durante la administración encabezada por el presidente Javier Milei, y advierten sobre los efectos adversos si es que esta ofensiva persiste.
Por Magdalena Biota
Publicado el 22.10.2024
El gobierno de Javier Milei desfinancia la industria del cine local, y desmantela el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), principal motor y regulador de la producción cinematográfica en el país. La iniciativa se da en el marco de un ataque a todos los organismos del sector público nacional.
Así, el programa de ajuste ya tiene un correlato en cifras. Según se conoció hace pocos días, los niveles de pobreza alcanzaron el 52,9 % en el primer semestre del 2024, lo que representa un aumento de 11 puntos con respecto al segundo semestre del 2023. Según estos números, más de la mitad de los argentinos son pobres.
Productores, actores y actrices, investigadores, técnicos y profesionales del sector audiovisual señalan el peligro de las políticas actuales ejecutadas por el gobierno más agresivo de los últimos 40 años. Destacan las condiciones críticas de la industria y advierten sobre los efectos adversos si esta ofensiva persiste.
El panorama se presenta en un contexto de desguazamiento de políticas públicas de promoción social, científica y artística. Los organismos del Estado nacional, con interés para el conjunto de la sociedad, están siendo desmantelados o privatizados. Ciencia, universidad y medios están en riesgo de extinción.
Y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales no es ajeno a esta realidad.
Una disputa ideológica y política por la dirección de recursos
Ingrid Urrutia es delegada general de ATE INCAA, uno de los principales gremios de estatales en Argentina. En conversación para Cine y Literatura, expresó su preocupación por la situación en el sector audiovisual en general y en particular por la de sus trabajadores y trabajadoras, sometidos a una situación de precariedad que se profundiza por las políticas neoliberales de Milei:
«Las medidas del gobierno nacional atacan las políticas públicas que garantizan el derecho a la cultura —explica Urrutia—. Está demostradisimo que el cine genera ganancias, lo que existe es una disputa ideológica y política por la dirección de esos recursos», argumenta.
El ejecutor de las políticas en el INCAA es su actual presidente, Carlos Pirovano. Especialista en microeconomía, finanzas y planeamiento estratégico, no tiene ninguna experiencia en el rubro audiovisual.
«Desde que asumió, en febrero de este año, resolvió eliminar los apoyos económicos a los programas federales y territoriales de exhibición, restringir el fomento para el desarrollo y la producción de proyectos audiovisuales e incorporó el régimen de microcréditos bancarizados cuya experiencia en los 90 dejó a directores y casas productoras en la quiebra y con sus bienes embargados», apunta Urrutia.
El organismo se ocupa de fomentar la producción, la exhibición, el resguardo del patrimonio audiovisual, y además cuenta con una escuela de cine, la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC).
Las políticas actuales menosprecian la experticia técnica y profesional de sus trabajadores. Sin INCAA no hay industria para las ideas locales. No hay contenidos que se narren en clave de la vasta tradición del cine nacional, que ha producido obras premiadas en todo el mundo.
Dos estatuillas del Oscar y 19 premios Goya
Según una nota publicada por Luciana Mazzini Puga en septiembre de 2023 en la Agencia de Noticias Científicas UNQ, de las películas que contaron con el apoyo del INCAA, ocho fueron candidatas al Oscar: La tregua, Camila, El hijo de la novia, Tango, no me dejes nunca, Relatos salvajes, Argentina, 1985, La historia oficial y El secreto de sus ojos.
Las dos últimas fueron galardonadas con el premio. La producción audiovisual argentina también fue merecedora de premios Goya. Desde su creación, el rubro Mejor Film Iberoamericano lleva a Argentina a lo más alto: de las 37 estatuillas otorgadas entre 1987 y 2023, diecinueve fueron para una película argentina.
Estos reconocimientos internacionales suponen ingresos económicos para el sector, que se concentran en el Fondo de Fomento Cinematográfico, que el INCAA tiene el rol de administrar. Ese fondo, creado por ley en 1994, permite que la industria del cine se autofinancie. Según Nicolás Vetromile, delegado general adjunto de ATE INCAA, el sector audiovisual representa en nuestro país el 6% del PBI. «Más que la pesca», enfatiza.
La industria emplea 100 mil puestos de trabajo directos e indirectos, y 600 mil más como empleo inducido, es decir, puestos de trabajo que se generan de manera indirecta como resultado del gasto adicional derivado de la actividad económica del sector.
«780 de esos puestos de trabajo eran trabajadores del INCAA. Hoy luego del ajuste estamos en cerca de los 380. Con perspectiva de que seamos menos de 220 en 2025 producto del decreto reglamentario que establece que los gastos operativos sean el 20 % del fondo de fomento cinematográfico total», agrega Vetromile. Este desmantelamiento se ve agravado por una caída del 26 % en los salarios reales entre noviembre de 2023 y junio de 2024.
En este contexto, se espera menos participación de producciones argentinas en los festivales internacionales: «Hasta 2023, el INCAA producía en promedio 200 películas por año: 100 documentales y 100 ficciones. Pasamos de producir 200 películas al año con financiamiento del INCAA, a solo 5 este año», añade Vetromile.
La importancia de un sector público sólido y rentable
La preocupación por la situación del sector traspasa las fronteras del país. Este año, los dos festivales de cine internacionales más importantes del País Vasco, que se realizan en simultáneo de un lado y del otro de los Pirineos, tuvieron al cine argentino como gran protagonista.
En efecto, las organizaciones del Festival Internacional de San Sebastián (España) y del Festival de Biarritz de América Latina (Francia) pusieron el foco en la producción audiovisual argentina, y también en los problemas financieros que enfrenta el sector en particular, y el país en general.
Actores, directores y productores aludieron a la situación del cine argentino y al daño inmenso que provoca en la cultura de un país el desfinanciamiento y el desmantelamiento de las políticas públicas que impulsan la realización cinematográfica.
De esta forma, y al recibir el premio a Mejor Película de la competencia Horizontes Latinos por El jockey, del realizador Luis Ortega, el actor Nahuel Pérez Biscayart argumentó en defensa del cine argentino en el Festival de San Sebastián:
«Las películas que me hicieron actor las hice principalmente en Argentina y todas tuvieron el apoyo del INCAA. Si pude ser actor es porque mi país cree en la fantasía y porque se armaron estructuras para que esas fantasías puedan ser plasmadas. La Ley de Cine, por ejemplo», apuntó.
Con todo, las protestas de los sectores audiovisuales, educativos y científicos se están intensificando en todo el país. Este mes se inició con una masiva marcha federal universitaria el 2 de octubre y culminará con un paro convocado por ATE Nacional el próximo 29 y 30 de octubre, que coincide con una huelga del transporte colectivo.
Sumando a eso, proliferan las asambleas en las instituciones científicas y educativas, y hay clases públicas en calles y plazas. La masividad de la protesta indica que una gran parte de la sociedad sigue proclamando la importancia de un sector público sólido frente a los embates libertarios.
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Magdalena Biota (Buenos Aires, 1981) es poeta, docente universitaria y música. Trabaja como creadora de contenidos y divulgadora científica en el CONICET, principal agencia pública de investigaciones científicas de Argentina.
Imagen destacada: Javier Milei.