El texto póstumo de la narradora española Begoña Huertas es varias cosas a la vez: una novela, un tratado filosófico existencial o inclusive la desgarradora confesión de una mujer que se encuentra en la encrucijada final de su vida ante una muerte con fecha y hora señaladas.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 11.6.2023
La recientemente fallecida Begoña Huertas (1965 — 2022) fue una destacada escritora y ensayista española. Doctorada en la Universidad Autónoma de Madrid, se dedicó a trabajar en diferentes medios de comunicación y en universidades ejerciendo la docencia académica.
En el año 1993 obtuvo el premio Casa de las Américas por su obra Ensayo para un cambio: la narrativa cubana en la década de los 80. Escribió una serie de novelas por las cuales obtuvo el reconocimiento peninsular de su capacidad creativa a través de una buena acogida de la crítica especializada.
Aquejada de una lamentable enfermedad, en el año 2022 fallece, dejando para publicar de manera póstuma su título El sótano (Anagrama, 2023), un inclasificable texto que va desde la filosofía hasta una suerte de compendio reflexivo que le permite enfrentar lo que en aquellos momentos le estaba sucediendo:
«Nacemos incrustados en unas circunstancias que actúan con nosotros igual que las leyes de la termodinámica con los objetos: a veces nos frenan y otras nos impulsan. Nacemos en el entramado de un sistema que se hace en base a empujones, un puzzle vivo», reflexiona en las páginas de este libro.
Es decir, la viva misma comienza con un juego azaroso que poco a poco se construyendo, en muchas ocasiones sin responder a un plan determinado o establecido.
El lirismo de un combate mortal
La voz narrativa de El sótano es una voz que nos va guiando por la oscuridad de la existencia, pues sin lugar a duda que cuando nos enfrentamos a la cercanía de la muerte las inseguridades y temores afloran como una peste invasiva:
«¿Y bajar la cabeza hasta el infierno? Yo lo hice. El tópico de la noche, las tinieblas. El que más te da, qué más nos da, a mí que me importa. Si bajas la cabeza hasta el infierno te ríes, como un demonio, de ti misma», por lo que enfrentar ese momento que uno pensaba que no iba a llegar jamás se convierte en un desafío, tanto para el cuerpo como para la cabeza.
¿A qué le tememos?, ¿es miedo a dejar algo inconcluso? ¿Es el temor a lo desconocido? ¿Cuáles son los mecanismos que se activan en aquellos instantes de inseguridad?
La enfermedad que padece la narradora la mantiene con un cansancio crónico que la obliga a ingresar a una clínica para tratar de sanar. Ahí conoce a más personas con diferentes problemas. Algunos mejoran y se van, otros empeoran y también se van. Hay quienes van y vienen, pues su salud es un permanente vaivén.
Para la protagonista de esta obra la mejoría no llega nunca, entonces la pregunta es ¿qué hacer en estos últimos momentos? ¿Huir y encerarse en el sótano de una vida hasta que la muerte te lleve o dar una batalla innecesaria y desgastadora hasta el final?
El sótano es varias cosas a la vez: una novela, un tratado filosófico existencial o incluso, una desgarradora confesión de una mujer que se encuentra en la encrucijada final de su muerte. Begoña Huertas hace lo mejor que sabe hacer: escribe con valentía y profundidad para ella, como una forma de escapar o enfrentar a la muerte.
Sin embargo, lo más importante, es que a nosotros como lectores nos ha quedado un texto combativo y muy lírico, capaz de emocionarnos y situarnos en el borde mismo del precipicio que nos lleva a la muerte.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.
Imagen destacada: Begoña Huertas.