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[Crítica] «Jaula gruesa para el animal hembra»: Poesía que abrió caminos

El sello antofagastino independiente Pampa Negra Ediciones, ha reeditado el libro —publicado originalmente en 1972— de la desaparecida autora chilena Alicia Galaz Vivar, voz destacada en la literatura nacional de la segunda mitad del siglo XX, crítica de arte e investigadora, y antigua directora y fundadora de la emblemática revista y grupo «Tebaida».

Por Emma Sepúlveda Pulvirenti

Publicado el 29.1.2024

Recuerdo, al escribir estas palabras, la tarde en que tuve el placer de leer junto a Alicia en la Universidad de Northwestern, en Chicago. La sala estaba repleta y la voz de Alicia se escuchó como un leve murmullo al comienzo del poema. Pasaron segundos, quizás sólo unos breves minutos, y el espacio íntimo de la sala pareció envolverse en un absoluto y profundo silencio.

Alicia empezó leyendo el poema «Hembrimasoquismo» y mientras las palabras de las estrofas fluían, el murmullo fue quedando atrás y la voz de Alicia se fue empoderando poco a poco. Subió su tono hasta que el poema se armó de una fuerza propia. Se elevó hasta convertirse en un verdadero clamor. Una denuncia. Una apasionada protesta.

Era imposible no sentir que, aunque eran las palabras de Alicia, leídas por ella misma, era un eco de la voz y la realidad de muchas otras mujeres de nuestra generación y de varias generaciones pasadas. Mujeres aplastadas y doblegadas, discriminadas y silenciadas por el peso de arcaicas tradiciones.

Así, esa noche en Chicago, aunque estábamos muy lejos de Chile, nadie quedó inmune a esa lectura. Se entendió claramente no sólo el mensaje, sino también, quiénes eran los destinatarios de esa desafiante voz poética.

Luego, algunas estudiantes sentadas en las primeras filas se levantaron a aplaudir a quien leía sus versos, y repentinamente, el resto de los asistentes se unió al improvisado y emocionante homenaje. Nunca he olvidado ese poema y la poderosa lectura de Alicia Galaz Vivar (1936 – 2003).

Desde ese evento han pasado muchos años y Alicia ha emprendido el viaje final. Quedó con nosotros su poesía que nos seguirá acompañando. Podemos leerla ahora, afortunadamente, desde otros horizontes y desde otro momento histórico.

Podemos volver a leerla y entenderla mejor, porque Alicia fue pionera en su tiempo y por eso fue criticada públicamente. La criticaron por hablar de lo prohibido, de lo declarado campo masculino y de dignificar lo pecaminoso. Pero al pasar de los años muchos artículos y reseñas han reafirmado el valor de su trabajo que ha precedido a la obra de otras poetas chilenas.

Autoras, que han podido con más libertad y desde otros tiempos, nombrar lo innombrable. Alicia abrió caminos con su poesía. Y aunque no se han vuelto a cerrar, todavía hay muchísimos más kilómetros que recorrer.

 

Mi paz está conmigo

Alicia Galaz Vivar fue una mujer multifacética a la cual no se le ha dado el lugar que necesita tener en los espacios literarios, críticos y académicos chilenos. Tuvo una gran trayectoria de la cual muy poco se sabe en Chile.

Fue catedrática en la Universidad de Chile en Antofagasta y Arica, y en las universidades de Alabama, Carolina del Norte y Tennesse, en Estados Unidos. Fue poeta y autora de crítica literaria clave para el estudio de la literatura española tanto como hispanoamericana y fundó, y dirigió, la revista de poesía Tebaida (1967 – 1973).

Esperemos que, con este tributo, largamente esperado, se puedan inspirar futuros estudios sobre la totalidad de las muchas facetas de la vida y la obra de Alicia Galaz.

Jaula gruesa para el animal hembra fue publicado por primera vez en Chile en el año 1972, contó con ilustraciones del artista y poeta Guillermo Deisler. Desde el título nos encontramos con un mensaje que hace pensar al lector en una cárcel-jaula, en la cual la mujer vive prisionera desde el momento de nacer.

En esa época el divorcio no existía y nuestro país estaba entre los últimos en legalizarlo. Las mujeres no tenían derecho al aborto, no se hablaba de violencia de género y no estaban representadas en la política. Sumado a eso, existían profundas diferencias en los derechos legales del hombre y la mujer.

Durante los años en que se publicó este libro la lista de enormes desafíos que enfrentaba la mujer en Chile era amplia y desalentadora: los poemas de esta colección reflejan esas inequidades. Encontramos en estas páginas una voz poética que pretende no sólo denunciar la opresión de la mujer, sino que también, pide y demanda su liberación. Exige que se abra la jaula donde ha permanecido encerrada para que pueda levantar su vuelo y encontrar la justicia y la libertad que merece alcanzar.

El crítico Juan Villegas menciona en su antología publicada en 1985 (1), que muchas poetas chilenas que salieron al exilio, después de 1973, escribieron poesía catalogada como feminista, mientras quienes publicaban desde Chile no se referían a los temas que, en esos años podrían considerarse como «tabúes».

Aunque Alicia sale al exilio, durante el periodo de la dictadura, comienza a escribir poesía feminista desde mucho antes, y este libro de 1972 marca la excepción en la poesía chilena escrita por mujeres en esos años.

Luego, sigue escribiendo y destacando los mismos temas en la poesía que escribe desde Estados Unidos años más tarde. Su obra construye de esta manera un puente entre las dos tendencias escritas por mujeres en la década de los 70 en Chile y el exilio (2).

Celebro la nueva edición de este libro de poemas de Alicia Galaz Vivar. Espero que más lectoras y lectores puedan encontrar el valor, la fuerza y la belleza en los versos de una gran poeta que partió de Chile, como tantas otras, esperando volver. No regresó a vivir nuevamente en su querida patria, pero con estos poemas vuelve de muchas maneras.

Y regresa esta vez para quedarse con tiempo infinito en las lecturas y en las memorias de las y los que la lean. Se queda entre nosotros porque necesitamos estas palabras más que nunca. Como escribió Alicia Henríquez en un artículo para La Unión de Valparaíso, a propósito de la publicación de Jaula gruesa para el animal hembra, el mensaje de estos poemas debe permanecer porque:

«Necesario es ensanchar el horizonte a toda mujer, librarla de las prohibiciones y advertencias que la inmovilizan, cada vez más gruesa, en verdad, tendrá que ser la jaula si se quiere seguir conteniendo al animal hembra, ya que heridos estamos todos, reinventemos el mundo» (3).

Se harán muchas lecturas privadas y en público sobre estos poemas. Desafortunadamente no será Alicia la que tengamos el placer de volver a escuchar leyendo con la pasión que siempre tuvo.

En lo personal seguiré recordando su lectura poderosa de esa tarde de otoño, en Chicago, e imaginaré otra vez su voz en la estrofa final del último poema de este libro: «Mi paz está conmigo en el claro habitante de la tierra / y en las enormes madres de mi pueblo / que parieron tantos hijos».

 

Citas:

(1) Juan Villegas, en Antología de la nueva poesía femenina chilena, Santiago, Editorial La Noria, 1985.

(2) Me he referido a este tema en: «Dos poetas chilenas en el exilio», en Instituto Literario y Cultural Hispánico, V Simposio. El descubrimiento y los desplazamientos, Universidad Interamericana de Puerto Rico, 1988; y en «Compañera y no esclava: Jaula gruesa para el animal hembra de Alicia Galaz-Welden», Trilce 28, tercera época, dossier Alicia Galaz, julio de 2010, pp. 20-24.

También en: «A propósito de la nueva poesía femenina chilena», en Emma Sepúlveda y Margorie Agosin. Otro modo de ser: poesía hispánica de mujeres, Puerto Rico, Ediciones Mairena, 1994.

(3) Alicia Enríquez, en «Alicia y su jaula», La Unión de Valparaíso, 9 de julio, 1972, p. 7.

 

 

 

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Emma Sepúlveda Pulvirenti (Mendoza, 1950), escritora, fotógrafa, académica y activista política. Catedrática emérita de la Universidad de Nevada, estudió en la Universidad de Chile hasta el golpe cívico militar de 1973, graduándose y obteniendo su maestría en la Universidad de Nevada, y un PhD en Literatura Latinoamericana por la Universidad de California en Davis.

Ha recibido numerosas distinciones: el Carolyn Kizer Award, de poesía (1993), el Nevada Writers Hall of Fame (2007), el Premio Mujer del Instituto Nacional de Liderazgo Hispano (2009), y fue designada integrante del Comité Internacional Fullbright (2014).

Asimismo, ha publicado varios libros, tales como: Tiempo cómplice del tiempo (1989), Otro modo de ser: poesía hispánica de mujeres (1994), El testimonio femenino como escritura contestaria (1995) y Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa. Memorias de Ilse en Colonia Dignidad (2023).

 

«Jaula gruesa para el animal hembra», de Alicia Galaz Vivar (Pampa Negra Ediciones, 2023)

 

 

 

Emma Sepúlveda Pulvirenti

 

 

Imagen destacada: Alicia Galaz Vivar.

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