La novela de la escritora surcoreana Han Kang indaga en la pérdida, en la violencia y en la frágil relación de nuestros sentidos con el mundo que nos rodea, valiéndose de dos personajes que, pese a sus diferencias, se encuentran mutuamente con el fin de salvarse y de protegerse.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 5.10.2023
La escritora coreana Han Kang (Gwangju, 1970) cobró notoriedad a nivel internacional con la publicación, en inglés, de la novela La vegetariana. Esta obra fue galardonada con el prestigioso Premio Booker Internacional en 2016.
En ella, Han Kang relata la historia de una mujer que decide dejar de comer carne. Este hecho se convierte en un acontecimiento perturbador en manos de la escritora coreana. Narrada desde tres puntos de vista, asistimos a un: «acto subversivo que fracturará la vida familiar de la protagonista y transformará todas sus relaciones cotidianas en un vórtice de violencia, vergüenza y deseo».
La editorial Random House acaba de publicar La clase de griego. Escrita en 2011, la nueva obra en español de Han Kang, nos sitúa en un Seúl contemporáneo algo desdibujado.
Como reconoce la propia escritora: «Lo cierto es que, por lo menos en esta novela, no he intentado situar el conflicto en un lugar o tiempo concretos, todo se substancia en la intimidad de la persona. Y sí, es verdad que yo, como mujer de su tiempo me he visto impregnada de esas circunstancias necesariamente eso ha influido en la escritura».
La novela cuenta la historia de dos personajes de vidas solitarias que encontrarán en el otro un refugio a su situación personal.
Una carta de amor a la filosofía, la literatura y el lenguaje
La clase de griego está narrada a dos voces: por un lado, la de una mujer de mediana edad que ha perdido la capacidad del lenguaje. Un lenguaje que es para Han Kang: «algo resbaladizo y no nos asegura una buena comunicación. Se podría comparar a un arco tensado cuya flecha jamás dará en la diana porque va a caer a medio camino».
Pero esta no es su única pérdida. Su madre acaba de morir y ha perdido la custodia de su único hijo. Quizás, con la íntima convicción de la recuperación del habla, asiste a clases de griego antiguo.
Como contrapunto, está lo narrado por el profesor de griego. Un hombre cuya vida ha estado dividida entre Alemania y Corea, y que, aquejado de una enfermedad que le dejará irremediablemente ciego, decide regresar a Corea, su país natal, para afrontar el inevitable desenlace.
La novela de Han Kang: «indaga en la pérdida, la violencia y la frágil relación de nuestros sentidos con el mundo que nos rodea».
A través del pensamiento y la reflexión de estos personajes que viajan, en cierto modo, a la deriva, vamos conociendo las circunstancias de cada una de sus vidas y los hechos que los han llevado a su situación actual. La escritora coreana se sirve de los recuerdos de ambos protagonistas para crear una obra de gran belleza e intimidad.
«¿Será posible que encuentren en el otro el modo de salvarse, que la oscuridad dé paso a la luz y el silencio a la palabra?». Estas son algunas de las preguntas que podemos plantearnos tras la lectura de una novela que es a la vez: «una carta de amor a la filosofía, la literatura y el lenguaje».
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Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).
Imagen destacada: Han Kang (por Ariadna Arnés).