En esta novela de Henry James —que cuenta con la excelente traducción de Andrés Bosch— se nos ofrecen casi 700 páginas para deleitarnos con un gran clásico que, como en otras ocasiones, confronta el mundo estadounidense, un tanto ingenuo en aquella época, con la vieja y sofisticada sociedad europea.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 27.8.2024
«La copa dorada es una llave: la llave con que la narrativa del siglo XIX abrió la puerta de nuestra y sensibilidad reciente, de nuestra cultura de la narración, de nuestras convenciones acerca de lo que es una novela».
Alejandro Gándara
La crítica ha dividido, tradicionalmente, la escritura de Henry James (Nueva York, 1843 – Londres, 1916) en tres épocas diferentes. La tercera de ella se inicia en 1899, una vez instalado James en Inglaterra, en la que, con los años, se convertiría en la famosa residencia Lamb House.
En 1904 viaja por última vez a Estados Unidos, donde comprueba lo que ya sabía, que ya no le une ningún vínculo con su país de origen. Ello a pesar de la acogida triunfal de la que gozó a su regreso.
Con todo, es, precisamente, en ese período, en el cual crea su obra culminante, en forma de trilogía: Las alas de la paloma (1902), Los embajadores (1903) y La copa dorada (1904).
Todas ellas están publicadas por Alba en su colección Alba Clásica, un proyecto editorial que nace en 1995 con la intención de recuperar y divulgar los clásicos de la literatura entre los siglos XVIII y XX. Al frente de esta colección se encuentra Luis Magrinyà, quien ofrece al lector traducciones de calidad y una cuidada presentación de cada uno de sus títulos.
Un espléndido juego de variaciones
Henry James es uno de los autores preferidos de la editorial, y cuentan en su fondo con un gran número de títulos del gran novelista norteamericano.
Para Magrinyà, las novelas del autor de origen estadounidense ofrecen: «melodrama —depuradísimo, pero melodrama—, incertidumbre, pasión, conflictos de dinero y de clase social, cosas siempre vigentes. Y tampoco es reductible, de ninguna manera, a patrones de género superados. Las heroínas de Henry James son poderosísimas».
Alba ha reeditado, recientemente, La copa dorada, la última novela completa de Henry James. En ella: «Adam Verver, un rico viudo norteamericano, retirado de los negocios, recorre Europa con su hija Maggie comprando y coleccionando antigüedades. Cuando Maggie conoce y se enamora de Américo, un príncipe romano rico en apostura y linaje, mas no en fortuna, su padre se lo compra como le ha comprado todo cuanto le ha gustado en la vida».
Verver, al mismo tiempo, adquiere para sí mismo a una atractiva y pobre muchacha norteamericana, Charlotte Stant, amiga de su hija. Pero lo es también del príncipe, cuya amistad se remonta a un tiempo: «en que la pobreza parecía condenarlos a no unirse jamás».
Ahora, rodeados de una vida lujosa, el único inconveniente son sus respectivos matrimonios. Nos encontramos ante un: «espléndido juego de variaciones sobre las posibilidades de este singular ménage á quatre«.
Se nos ofrecen casi 700 páginas para deleitarnos con un gran clásico que, como en otras ocasiones, confronta el mundo americano, un tanto ingenuo en aquella época, con la vieja y sofisticada sociedad europea. La copa dorada cuenta con la excelente traducción de Andrés Bosch.
***
Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, está realizando sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma casa de estudios superiores.
Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.
Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.
Imagen destacada: Henry James.