¿Estamos en Chile encandilados por la alabanza hispánica? Tal como el trayecto de la protagonista Javiera a Barcelona en busca de cosas bonitas, esta publicación de la autora nacional Paulina Flores también permite pensar en la ansiedad colonial (de tipo cultural), y que impera tan fuertemente en el escenario editorial local.
Por Nicolás Poblete Pardo
Publicado el 12.3.2025
«Laura se suicida en unas horas y voy atrasada a nuestra última cita. Soy lo peor. Pésima de verdad». Así comienza la última publicación de Paulina Flores (1988) —¿quizá un libro escrito anteriormente?, ¿un primer libro?—, una narración donde no se ve el más mínimo atisbo de la fuerza artística de su anterior Isla decepción.
Y si este gancho inicial, provocativo, sugiere una exploración sobre el suicidio, el dilema de la vida o de la muerte, esto es pura fachada. El suicidio y el papel higiénico merecen el mismo lente en su observación infantil, y el tono de inmadurez achorada es el que reina en la narración.
La protagonista, que habla por sí misma en primera persona, es Javiera. Ella va compartiendo sus impresiones con curiosa ingenuidad: «Sabía que mis primeras apreciaciones de Barcelona no eran más que reflejos contrastados con Chile», dice al llegar a esa ciudad. «Es que yo nunca había vivido en una ciudad así de bonita. Y a mí me gustan las cosas bonitas», agrega.
Con todo, la trillada trama de la chica que va a estudiar literatura a Barcelona es secundaria, una mera pantalla para dar curso a una exploración personal que pone por delante de todo a un yo transparentemente narcisista.
En su búsqueda de cosas bonitas
En su búsqueda de cosas bonitas, la erotizada Javiera pincha a Manuel, un peruano cuyos besos son «deliciosos» y que le hace reflexionar sobre lo que ocurre con los «hombres tan guapos como él» y que le hacen pensar en Kurt Cobain.
Su interés en este hombre guapo le hace repetir su deseo de «culiar»: «¡Cómo!, ¿no vamos a culiar?», luego: «¿De verdad no vamos a culiar?», y, finalmente: «Esa madrugada culiamos tan rico que hasta tuve un orgasmo».
Javiera, satisfecha, reflexiona: «Si lograra que empatizara con mi sufrimiento, el mundo sería un lugar mejor. ¿No es eso lo que todas las personas buscan al enamorarse?».
La superficie que ella palpa como si fueran revelaciones espirituales amerita reflexiones y, así, cuando intenta profundizar, los clichés proliferan:
«Si hay algo peor que sufrir es darte cuenta de que sufres por muy poco». Después: «Me gustaba confundir fantasía con realidad para obtener catarsis poéticas y sublimar la pena. Para evitar, precisamente, la locura». Luego: «la libertad se parece a la pobreza y solo puedes encontrar el amor real cuando no tienes nada más que perder que a ti misma».
O: «Sé que intentaba romantizar la idea de ser pobre, pero es que yo estaba pensando en romance». Casi al final de la novela: «Dolió tanto como recordaba que dolían las infidelidades», y por último: «Yo me sentía muy caliente, invulnerable, con mi fetiche exhibicionista».
La novela viene presentada como: «Una oda al disparate en tiempos de incertidumbre y desamor». Algo de verdad hay en esta engañosa aclamación, porque incorpora la palabra disparate, pero más allá de eso, cuesta conectar esta publicidad con la experiencia de lectura, como también resulta desconcertante la comparación de esta experiencia con las ovaciones en la contraportada, que destacan a Flores como: «una de las autoras más innovadoras del panorama contemporáneo en lengua castellana».
¿Estamos en Chile encandilados por la alabanza hispánica? Tal como el trayecto de Javiera a Barcelona en busca de cosas bonitas, esta publicación también permite pensar en la ansiedad colonial que impera tan fuertemente en el escenario editorial chileno y que me hace pensar en la expresión inglesa: «Don’t judge a book by its cover».
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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).
Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, Dame pan y llámame perro, Subterfugio, Succión y Corral, además de los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, la novela bilingüe En la isla/On the Island, y el conjunto de poemas Atisbos.
Traducciones de sus textos han aparecido en las revistas The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).
Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
«La próxima vez que te vea, te mato», de Paulina Flores (Editorial Anagrama, 2025)
Nicolás Poblete Pardo
Imagen destacada: Paulina Flores.