[Crítica] «La senda de Aristóteles»: La vigencia de un corpus inagotable

El aporte de este libro es abrir la puerta a un pensamiento que podría ser considerado obsoleto y algo anquilosado, sin embargo, y gracias a la excelente prosa y al entusiasmo que logra transmitir la autora inglesa Edith Hall, estas páginas se perfilan al modo de una justificada excusa para tener como guía y manual de pensamiento práctico la obra de uno de los principales filósofos que ha dado Occidente.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 24.10.2022

La felicidad es una búsqueda permanente en la vida de los seres humanos. Ha sido objeto de estudios, tratados, investigaciones, novelas, poesía y por supuesto, ha sido tema en la filosofía.

Edith Hall (Reino Unido, 1959) es una destacada clasicista europea, y en el presente libro, La senda de Aristóteles (Anagrama, 2022) intenta enganchar el pensamiento de este filósofo clásico con nuestro mundo contemporáneo.

Así, la autora plantea que su filosofía es bastante transversal, en el sentido, que no pierde vigencia al no estar bajo el alero de una religión determinada. Los temas de Aristóteles, reflexiona Hall, son los tópicos de la humanidad desde que existe, por lo tanto, siguen siendo de vanguardia:

Precisa la investigadora británica: «Aristóteles no es propiedad exclusiva de ninguna corriente intelectual ni de ninguna tradición cultural contemporáneas. Consuela poder mantener una conversación con una mente humana que vivió hace tanto tiempo; así tomamos consciencia de lo poco que ha cambiado la condición humana a pesar de todos los supuestos avances de la técnica, pues consigue que nos sintamos parte de un club humano de largo recorrido…».

 

Desde el amor hasta los animales

Algunos de los temas que trata son el amor, la amistad, la comunidad, la democracia y las relaciones con el entorno, incluidos los animales. En algunos aspectos por supuesto que el planteamiento del filosofo griego sigue muy presente y se pueden seguir sacando lecciones, sobre todo en aquellos aspectos que tocan las relaciones entre los seres humanos.

En efecto: «Aristóteles consideraba que el amor es un componente esencial de la vida humana», dice Hall, y un pensamiento que sigue vigente hasta el día de hoy, a pesar de todas las transformaciones que ha sufrido nuestra sociedad.

Sin ir más lejos, el amor es una amistad intensa como no hay otra, es una aproximación a la felicidad como pocas cosas o actos pueden darnos en la vida, por lo tanto, intentar entender su funcionamiento es una tarea que todos en algún momento de nuestra vida intentamos.

En este sentido, lo que gatilla el libro de Hall es el trampolín para saltar hacia el pensamiento del griego, un corpus doctrinal que no pierde vigencia y que es capaz de mantenernos atentos a lo que sucede a nuestro alrededor.

Lo que sucede con nosotros como seres humanos es que somos una especie que mantiene, a lo largo del tiempo, una misma forma de relacionarse con todo su entorno y entre nosotros mismos. Todos los avances tecnológicos, la globalización y el capitalismo no han sido capaces de generar profundas transformaciones en este sentido.

Han sido pequeños cambios en algunos aspectos pero la democracia en líneas generales se mantiene igual a como la pensó Aristóteles; lo mismo ocurre con el amor, con la comunidad, con los animales, etcétera.

En definitiva, el aporte de este libro es abrirnos la puerta a un pensamiento que podría ser considerado obsoleto y algo anquilosado. Sin embargo, gracias a la prosa y al entusiasmo que logra transmitir la autora, La senda de Aristóteles se perfila al modo de una excelente excusa para tener como guía y manual de pensamiento práctico la obra de uno de los principales filósofos que ha dado Occidente.

 

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.

 

«La senda de Aristóteles», de Edith Hall (Editorial Anagrama, 2022)

 

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Edith Hall.