El texto de la escritora surcoreana Han Kang, expone en el desarrollo de su trama, que la gente que actúa y piensa diferente no es tolerada por la sociedad contemporánea, y termina por ser vista como una amenaza hacia las instituciones y luego finalmente, es etiquetada con el escarnio del calificativo «perturbado mentalmente».
Por Sergio Inestrosa
Publicado el 3.12.2024
La vegetariana (2007) es una novela de la recién ganadora del Premio Nobel de Literatura, Han Kang, (Gwangju, Corea del Sur, 1970) quien empezó su carrera como narradora en el género de la ficción al ganar el concurso narrativo de primavera Seúl Shinmun en 1994.
Asimismo, La vegetariana ganó en 2016 el Premio Booker Internacional, después de ser traducida al inglés.
Han Kang es la decimo octava mujer escritora (de los 121 galardonados hasta la fecha) que obtiene el más prestigioso de todos los premios de la literatura mundial, pero es la primera surcoreana y la primera mujer asiática en obtener este importante reconocimiento.
La vegetariana es una novela muy breve, de apenas algo más de 100 páginas y la cual tiene partes diferenciadas a través de tres temas distintos.
De esta forma, el primer segmento lleva por título «La vegetariana» y está narrada por el esposo de Yeonghye, la protagonista, cuyo nombre al principio es omitido: antes de eso el marido se refiere a ella solo como «mi mujer».
Con todo, la ficción comienza con una provocación en voz del citado cónyuge lo cual nos presenta una de las vertientes del texto: el patriarcado que reina en muchas de nuestras sociedades, incluyendo en Corea del Sur:
«Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez», expresa el hombre.
Este capítulo, de unas treinta páginas, se encuentra relatado desde la perspectiva del esposo, con un intervalo de diálogos entre el matrimonio, y con la narración de unas pesadillas por parte de la protagonista, Yeonghye, quien después de esa experiencia ha decidido no volver a comer carne.
Yeonghye, en realidad, es vegana, pues ha renunciado a todo tipo de productos cárnicos, así como a los huevos, y solo come frutas y verduras.
Otra de las características de la mujer es que no le gusta usar sostén y esto lo notó desde los primeros días el hombre que finalmente la desposa.
Flores en todo el cuerpo
Preocupado por la decisión alimenticia de Yeonghye, el marido llama a su cuñada y a sus suegros, y en una reunión de familia el papá de la mujer trata de forzarla a que coma carne, pues está muy delgada y demacrada, y según los participantes del cónclave el cuerpo necesita proteínas y ya sabemos que el filete es una fuente de esos aminoácidos.
El padre la golpea y trata de que ingiera un bistec, pero Yeonghye se suelta y con un cuchillo se corta las venas y el esposo de su hermana (quien se siente ligeramente atraído por su cuñada) la lleva, junto a su marido, por último, al hospital.
La narración de este hecho de sangre da paso a la segunda parte de la novela, que se titula «La mancha mongólica».
Este segmento del texto es relatado por un narrador testigo que da paso a diversos diálogos entre los personajes. En esta fracción nos enteramos de que tanto el hijo de la hermana de Yeonghye, así como la misma mujer vegana tienen una marca oscura, de nacimiento, sobre la nalga.
También sabemos que el cuñado de Yeonghye es un artista medio fracasado, y que solo después de apreciar una obra de teatro que se parece a las ideas que quiere desarrollar, le pide a su trastocada parienta que pose desnuda para él y que se deje pintar flores en todo el cuerpo.
Y esto hace que la mancha resalte y se vuelva una marca erótica. Así, y como parte de su proyecto artístico, el cuñado invita a otro joven artista, y también lo dibuja y le solicita que tenga relaciones sexuales con Yeonghye, pero este se niega.
Entonces, el cuñado busca a una antigua novia suya, pintora de profesión y le pide que le pinte el cuerpo y después se va al apartamento de Yeonghye y se acuesta con ella y lo filma todo, pero sin que este lo perciba, su esposa (la hermana de la perturbada mujer vegana), llega al lugar y lo descubre todo.
Después de confrontarlo llama a una ambulancia para internar a su hermana, y la policía apresa a su marido, quien se ha aprovechado de la debilidad mental de Yeonghye, a fin de acostarse con ella.
El escarnio de la palabra demencia
La tercera parte se titula «Los árboles en llamas» y trata sobre la crisis emocional de las dos hermanas.
Yeonghye está en un hospital psiquiátrico y su hermana va a verla, pero se deteriora día con día hasta el punto que deben alimentarla por sondas, pero la mujer convaleciente no desea alimentarse, pues piensa que debe convertirse en un árbol.
Ante el esfuerzo brutal del personal médico (que recuerda un poco al arrebato violento del padre por hacer que su hija coma) la hermana de Yeonghye les pide que paren y que la lleven en ambulancia a un hospital para tratar de salvarle la vida a la vegana, aunque todo parece indicar que ésta lo que menos quiere es vivir, y lo que desea es ser un árbol en el bosque.
Más allá de la anécdota de la novela, lo que está de manifiesto es que la gente que actúa y piensa diferente no es tolerada y es vista como una amenaza a las instituciones y fácilmente es etiquetada con el escarnio de la palabra locura.
El otro eje de lectura de la novela es que sus páginas rezuman violencia verbal, física y hasta sexual en medio de un ambiente de intolerancia hacia el otro, contra ese otro que se nos presenta como una persona «distinta».
La novela está bien escrita, tal vez podría haber sido traducida de mejor forma: la versión en español se lee rápido y bien. Y quizás vale la pena que las exigentes audiencias de Cine y Literatura le puedan dedicar un par de horas, le aseguro que se va a entretener, pues la obra no defrauda.
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Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es un escritor y profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos, además de redactor permanente y miembro del comité editorial del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: Han Kang.