[Crítica] «Las ilusiones perdidas»: Balzac denuncia los orígenes del periodismo servil a los intereses económicos

Esta novela, que acaba de publicar Alianza Editorial en la rigurosa versión de José Ramón Monreal —traductor entre otros de Chateaubriand y de George Simenon—, pertenece a las denominadas «Escenas de la vida de provincias», uno de los ciclos temáticos que conforman su monumental «Comedia humana», y donde el clásico narrador galo retrata de manera excepcional las costumbres de la sociedad francesa de finales del Imperio y de la Restauración borbónica.

Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda

Publicado el 24.2.2022

Honoré de Balzac, haciendo alarde de una fantasía y de una imaginación excepcional: «consigue colocar al lado del cosmos terrestre otro cosmos completo de su entera creación». El genio francés fue capaz de: «arrancar de un tirón lo esencial de lo secundario, explotando como dinamita las minas de la vida para poner al sol sus vetas de oro».

Estas palabras que le dedica el escritor austriaco Stefan Zweig en su biografía inacabada, reflejan la idea que se tiene de la ingente producción literaria de Balzac, donde fue capaz de crear una obra que encierra en ella misma: «una época, un mundo y una generación».

Las ilusiones perdidas, que acaba de publicar Alianza Editorial, en la rigurosa traducción de José Ramón Monreal —traductor entre otros de Chateaubriand o George Simenon—, pertenece a las «Escenas de la vida de provincias», uno de los ciclos novelísticos que forman la gran Comedia humana, donde Balzac retrata de manera excepcional las costumbres de la sociedad francesa de finales del Imperio y bajo la Restauración.

 

Una sociedad hipócrita y miserable

La novela fue publicada en su época, en tres partes independientes, con los títulos de Los dos poetas (1835), Un gran hombre de provincias en París (1839) y Los sufrimientos del inventor (1843).

Sin embargo, esta trilogía forma una unidad en torno a: «las peripecias de Lucien de Rubempré, joven aspirante a escritor que viaja a París desde la provincia con el objeto de abrirse camino en la capital y triunfar con su pluma, quien sin embargo sólo encuentra en la capital el desengaño y la compacta corrupción de sus sueños».

Estamos ante una obra en la que Balzac dirige su aguda mirada al mundo de la cultura y, en especial, a ese ámbito editorial en el que entra el joven Lucien con actitud ingenua e ilusionada.

El autor francés narra el desengaño que sufre su protagonista ante la realidad de una sociedad hipócrita y miserable, donde el dinero, asunto fundamental en la producción novelística de Honoré de Balzac, todo lo corrompe. Henry James decía que: «el verdadero protagonista en cualquier título de Balzac no es otro que la moneda de veinte francos».

La novela muestra además, un incipiente periodismo que está al servicio, no de la verdad y de la información rigurosa, sino al servicio de los intereses económicos.

Honoré de Balzac fue el más vigoroso y preciso retratista de una parte de la sociedad francesa, de esa: «burguesía de la que formaba parte, de esa burguesía laboriosa, intrigante, servil y egoísta, ansiosa de poder». Y un escritor con: «solo dos pasiones: el amor y la gloria».

Alianza Editorial reproduce en su portada un fragmento del Autorretrato (1818) del pintor parisino Claude-Marie Dubufe (1790-1864).

 

***

Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).

 

«Las ilusiones perdidas», de Honoré de Balzac (Alianza Editorial, 2022)

 

 

Eduardo Suárez Fernández-Miranda

 

 

Imagen destacada: Estatua de Balzac fundida en bronce, de la autoría de Rodin, y emplazada en el Boulevard de Montparnase de París desde 1939.