La nueva novela del imprescindible autor irlandés John Banville describe las relaciones que establece su personaje Montgomery con los integrantes de la familia del fallecido físico Adam Godley: especialmente con el hijo de este último y con su bella viuda, de nombre Helen.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 5.5.2023
La editorial barcelonesa Alfaguara acaba de publicar el último libro, hasta el momento, del gran escritor irlandés, John Banville (1945). Las singularidades retoma uno de los personajes más perturbadores de su obra: Freddie Montgomery.
Un personaje a quien conocimos en El libro de las pruebas, el cual entonces contaba con 38 años de edad y el que había ingresado en prisión, a la espera de juicio, acusado de robo y de asesinato.
En ese libro Banville nos mostraba la vida de Freddie Montgomery a través de la confesión que le realizaba al juez: un científico brillante de buena familia, recorre las islas mediterráneas yendo a la deriva. A su regreso a Irlanda para buscar dinero, y: «en el curso de un robo absurdo, arrastrado más por una oscura fascinación que por la necesidad, secuestra y mata a una joven criada».
Así, en Las singularidades, el enigmático personaje regresa años después, y lo encontramos justo luego de su puesta en libertad:
«El simple placer de ser libre, o al menos de estar en libertad, se ve atenuado por una pizca de decepción. Siempre había imaginado una excarcelación con el glamour azabache y níquel propio de las películas de gánsteres de su juventud. Habría una enorme puerta de madera lisa en la que se abriría hacia dentro otra más pequeña, un portillo, y él saldría presuroso con un traje de franela cruzado y una corbata ancha, sus escasas pertenencias bajo el brazo envueltas en papel marrón y una sonrisa fría y tensa tallada en una comisura de la boca».
Los secretos del corazón humano
Ahora Montgomery debe iniciar una nueva vida, y su primer impulso es volver al hogar de su infancia, un antiguo caserón donde ahora reside la familia del fallecido Adam Godley, eminente físico cuya teoría del origen del universo revolucionó lo hasta entonces conocido.
Debemos recordar la afinidad que ha sentido siempre John Banville por los científicos y el mundo de la ciencia. No hace mucho, Alfaguara publicó Tetralogía científica compuesto por Copérnico, Kepler, La carta de Newton, y Mefisto, unas novelas que reflejan de forma veraz: «una época de mentes cerradas en la que reinaban el caos y una concepción errónea del universo aceptada desde hacía siglos», y donde: «unos pocos hombres se atrevieron a cuestionar esa visión, decididos a descubrir y revelar cómo funcionaba el mundo».
La nueva novela de John Banville describe las relaciones que establece Mordaunt/Montgomery con los moradores de la casa: el hijo del científico y su bella esposa, Helen, una ama de llaves, un biógrafo enamorado y: «una mujer del pasado que le pide a Félix un inesperado y peligroso favor».
Con estos personajes Banville crea un texto de ficción que es, al mismo tiempo, una novela de suspense, una biografía apócrifa y una apasionante historia de amor.
John Banville ha creado una obra literaria donde: «el lenguaje de las frases abraza la realidad en un esfuerzo incesante por abarcarla, contenerla, expresarla. Vano esfuerzo, como debe ser. La esencia de la realidad se encuentra, esencialmente, fuera de nuestro alcance. No existe la cosa-en-sí: sólo existen las relaciones entre las cosas. Todo es contingencia. Como dijo bellamente Emerson: Vivimos entre superficies y el verdadero arte de la vida consiste en deslizarse bien sobre ellas».
Estas palabras pertenecen al discurso que pronunció al recoger el Premio Príncipe de Asturias de Literatura, el galardón más prestigioso que ha recibido el escritor irlandés.
Allí, en el Acta del Jurado se señalaba que la literatura de John Banville se abría a: «deslumbrantes espacios líricos a través de referencias culturales donde se revitalizan los mitos clásicos y la belleza va de la mano de la ironía. Al mismo tiempo, muestra un análisis intenso de complejos seres humanos que nos atrapan en su descenso a la oscuridad de la vileza o en su fraternidad existencial. Cada creación suya atrae y deleita por la maestría en el desarrollo de la trama y en el dominio de los registros y matices expresivos, y por su reflexión sobre los secretos del corazón humano».
Alfaguara ha retomado, desde hace algunos años, la labor que iniciaran las editoriales Península y Anagrama: acercarnos las novelas de un escritor excepcional, dueño de un estilo sutil y de gran ingenio.
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Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).
Imagen destacada: John Banville.