La nueva novela del escritor chileno Pablo Simonetti (Alfaguara, 2021) se instala junto a las narraciones que dan cuenta de sociedades hipócritas y discriminadoras, y donde la promoción de ciertos valores morales serían nada más que una máscara que oculta egoísmos y burdas apariencias.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 12.10.2021
El escritor chileno Pablo Simonetti (Santiago, 1957), es un destacado autor de novelas y cuentos, traducido a varios idiomas en los años que lleva de carrera literaria. Hasta ahora su principal reconocimiento fue haber ganado el concurso de cuentos de la revista Paula en el año 1997.
Su formación y estilo narrativo se explican en parte por su participación en el taller literario de Gonzalo Contreras, uno de los principales exponentes de la nueva narrativa chilena de los años 90.
En su último trabajo, Los hombres que no fui (Alfaguara, 2021) hace un recorrido de su pasado, a través de un narrador que se encuentra con diferentes personajes, que de una u otra manera marcaron su vida y que hoy ya no se encuentran presentes.
Una suerte de encrucijada existencial
Así, este recorrido narrativo es una visita al siempre incómodo lugar de las pérdidas y partidas. Es un viaje para detenerse no solamente en personajes, sino también en espacios donde sucedieron acontecimientos relevantes para el narrador.
Por ejemplo, encontrarse en un remate con una exnovia, con la cual estuvo a punto de casarse y con la que jamás consumó el acto sexual, debido a la homosexualidad del narrador y su fidelidad con ciertos valores que nunca quiso transgredir, es decir, hechos que de una u otra forma dan cuenta que quien relata las historias vivió momentos determinantes para su existencia:
“No hablamos en el auto cuando fui a dejarla a su casa. Ambos sabíamos que había ocurrido un quiebre definitivo. Ya no había juego posible. Hasta hoy le agradezco su entereza. Le habría regalado su cuidada virginidad a un impostor, podría haber quedado embarazada, pudo haber apelado a mi acendrado sentido católico de responsabilidad y presionarme para que nos casáramos y nos fuéramos juntos. En ese sofá quedó tendido, desconcertado y exánime uno de los hombres que no fui.”
Es decir, en el pasado se produjo una suerte de encrucijada existencial desde donde el sujeto debió tomar una postura. Sus relaciones con los otros y las otras estaban, hasta cierto punto, maniatadas y determinadas por un conservadurismo propio de una formación católica.
La cultura de la familia y su peso en la formación íntima es algo que se puede leer entre líneas, un aprendizaje que obedece a ciertos conceptos sociales que no pueden ser transgredidos, pues de lo contrario se comete una falta mayor.
En este sentido, el autor ha planteado en más de una entrevista que: «Los personajes abandonan su raíz autobiográfica y se empiezan a entregar a lo que la novela quiere contar. Este contraste que fue la época de los 90, en donde había fiesta, sexo, y drama, pero también mucha misoginia, mucha homofobia. Había ocultamiento del VIH y mucha gente salió dañada de ese momento”.
De ese modo, esta narración es una forma de revelar las discriminaciones que de una u otra forma vivían muchas personas en aquellos años.
Era el Chile que estaba dejando atrás la dictadura, pero que sin embrago seguía absolutamente dominada por los lineamientos más conservadores de nuestra sociedad, muchos de los cuales se mantienen hasta el día de hoy.
Los hombres que no fui (Alfaguara, 2021) se instala junto a las narraciones que dan cuenta de sociedades hipócritas y discriminadoras, donde los valores provida son nada más que una máscara que oculta egoísmos y apariencias.
Bajo esos parámetros, las existencias descritas en estas páginas son vidas que se mueven entre la liberación y el ocultamiento, entre la renuncia y el dolor, como seres que buscan o persiguen la felicidad dentro de un mundo opresor y patriarcal.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.
Imagen destacada: Pablo Simonetti.