La estética de una naturaleza desacralizada en este poemario del autor chileno Juan Pablo Leppe Guzmán trae un mensaje que aborda temas actuales: la migración, la crisis climática, los escenarios que dejan las explosiones nucleares.

Por Carmen García Palma

Publicado el 21.5.2023

Un poeta registra el territorio. Un mapa donde transita, observa y a veces también se esconde. Un poeta registra el territorio, paisaje que es todo aquello que ve, pero también lo que se inscribe en él de un modo particular. Una cierta luz que tiñe el entorno, un lenguaje que se vuelve suyo.

De esta forma, el paisaje es también símbolo y es en ese territorio donde la escritura encuentra su morada. Acaso la voz que se escucha desde la naturaleza, desde el mar, el cielo y los pájaros.

El poema como paisaje, el paisaje también como poema. Una tradición que se extiende desde el expresionismo alemán con poetas como Georg Trakl que teñían todo con su subjetividad, y que ha continuado hasta nuestros tiempos al encontrar una continuidad en la obra de un autor como Juan Pablo Leppe (1979).

Como bien dice Julio Carrasco en el prefacio de este libro, Leppe recoge una tradición previa añadiendo la perspectiva que le es contemporánea. «Si hubiese nacido en Chile/ escribiría de montañas», versa el epígrafe de Lou Reed puesto tan cuidadosamente por el autor. Una frase que sintetiza el corazón de este libro.

Un libro que traduce los territorios

En Los paisajes súbitos la mirada está puesta en el paisaje pero ese paisaje no es estático, se mueve, cambia y transita. El autor traduce los paisajes desde el ahora, toma esa naturaleza cuyo mensaje se cruza con el devenir de los tiempos, una lectura contemporánea que se manifiesta en extractos como: «un desierto sin dromedarios/ pero con coyotes e indocumentados».

La simbología de la naturaleza de Leppe trae un mensaje que aborda temas actuales: la migración, la crisis climática, los escenarios que dejan las explosiones nucleares. La naturaleza habla, pero ha sido desacralizada:

Qué trae este mar hasta aquí
más que embarcaciones menores
y peces paridos en rompientes.

Así como el antepasado que llegó en el Beagle y ahora hay un canal que lleva su nombre y que él visita de vez en cuando a través de Google Earth, Leppe interroga los paisajes que entregan respuestas no siempre deseadas, paisajes que manifiestan realidades. Cito:

Caminas y pisas un arbusto
y recuerdas el tiempo en que había días y noches
Y estaciones
Y crecían los arbustos
Y las flores tenían vida
El cielo cambiaba de color
Y el mar estaba donde hay una inmensa duna
De olas modeladas con arena.

El poeta es un expedicionario de los territorios que los visita también desde la memoria. En una remembranza que es asimismo una canción, donde el recuerdo del padre toma la forma de un pájaro volando hasta disolverse en el cielo.

Así, la memoria, no lejos de la naturaleza, se presenta también como un territorio vivo, donde los recuerdos son metáfora:

Llegada la hora más imprevista
El pasado se cubrió de zarzamora
Y luego de un tiempo llegaron aves
Atraídas por el dulzor de la fruta.

De esta manera, Los paisajes súbitos es un libro que traduce los territorios y con ello, instala la idea de un país imaginario al que queremos llegar. Un país que es un mito, una utopía, un territorio que nos moviliza. Citando al autor:

(un país) De nombre y emblemas cambiantes
y sin pasado
pero con mucho futuro
Sin Historia pero con un gran porvenir.

***

Carmen García Palma nació una mañana de marzo a fines de la década del setenta. Ha publicado los libros de poesía La insistencia (Libros de la Elipse, 2004), Gotas sobre loza fría (Cuarto Propio, 2011) y Máquina para hablar con los muertos (Ediciones Bastante, 2016), la novela Las oscurecidas (Planeta, 2018) y el libro de cuentos María y el fuego (Neón Ediciones, 2021), que recibió la Mención Especial del Jurado de los Premios Literarios del Ministerio de las Culturas. Es fundadora y directora ejecutiva de Fundación Plagio.

«Los paisajes súbitos», de Juan Pablo Leppe ( Marciano Ediciones, 2023)

Carmen García Palma

Imagen destacada: Juan Pablo Leppe Guzmán.