Protagonizada por los intérpretes Jonathan Rhys Meyers y Scarlett Johansson, en este filme de gran poderío artístico y audiovisual, Woody Allen deja la comedia de lado y conversa con Dostoievski, frente a frente, sin importar la época del relato.
Por Aníbal Ricci Anduaga
Publicado el 12.9.2024
Obra mayor de este genio neoyorkino.
Woody Allen deja la comedia de lado y conversa con Dostoievski, frente a frente, sin importar la época del relato. «Si Dios no existe, todo está permitido», escribió el escritor ruso. Sexo y ambición —parece interpretar el realizador— en un guion perfecto que guarda similitudes con la novela Crimen y castigo.
Chris Wilton, un joven profesor de tenis, logra ingresar al seno de una familia londinense de la alta sociedad. Mediante calculados movimientos enamora a la hija del magnate e ingresa a un mundo de opulencia. Pero desde que ve a la novia de su futuro cuñado, se encapricha con ella.
De origen humilde, Chris entiende de privaciones y no está dispuesto a contravenir sus deseos. Es un chico educado, pero no está a la altura de la cultura y el arte, disfruta de la ópera, pero no de su belleza sino más bien del estatus de escucharla.
La familia que lo ha acogido es poderosa y Chris no está dispuesto a dejarse vencer por una atracción sexual que lo ha cegado. La esposa y los hijos son meros vehículos para lograr su ascenso social, pero la ambición no dejará que su affaire lo deje fuera de la cancha a la que ha logrado ingresar.
Los personajes son arquetípicos
En efecto, la justicia no existe, sólo el azar permite que unos asciendan y otros se estanquen. El thriller de Woody Allen tiene asesinos, como todo buen filme de suspenso, que pueden ser culpables o inocentes según el cristal con que se miren. Dependerá de si creen en Dios, de si dejarán que las pasiones o el amor gobiernen su vida, o bien la especulación más descarnada.
Los personajes son arquetípicos: la esposa, el marido y la amante. La introducción de estos personajes es magistral, destacando la presentación de Scarlett Johansson (la novia del cuñado) al otro lado de una mesa de ping-pong, una chica aspirante a actriz, celosa y neurótica, que juega su partido, desde un comienzo, en una cancha de menor tamaño.
Todo parece indicar que el grado de éxito en la vida dependerá del tamaño de tus ambiciones. Dios nada tiene que ver, sólo necesitas un poco de suerte.
Este dilema moral bajo el influjo de una ópera trágica, con música bellísima que parece disfrazar de las noblezas y de las bajezas humanas.
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Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968) es un ingeniero comercial titulado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios formales de estética del cine cursados en la misma casa de estudios (bajo la tutela del profesor Luis Cecereu Lagos), y quien también es magíster en gestión cultural de la Universidad ARCIS.
Como escritor ha publicado con gran éxito de crítica y de lectores las novelas Fear (Mosquito Editores, 2007), Tan lejos. Tan cerca (Simplemente Editores, 2011), El rincón más lejano (Simplemente Editores, 2013), El pasado nunca termina de ocurrir (Mosquito Editores, 2016) y las nouvelles Siempre me roban el reloj (Mosquito Editores, 2014) y El martirio de los días y las noches (Editorial Escritores.cl, 2015).
Además, ha lanzado los volúmenes de cuentos Sin besos en la boca (Mosquito Editores, 2008), los relatos y ensayos de Meditaciones de los jueves (Renkü Editores, 2013) y los textos cinematográficos de Reflexiones de la imagen (Editorial Escritores.cl, 2014).
Sus últimos libros puestos en circulación son las novelas Voces en mi cabeza (Editorial Vicio Impune, 2020), Miedo (Zuramérica Ediciones, 2021), Pensamiento delirante (Editorial Vicio Impune, 2023), Vivir atormentado de sentido (Editorial Vicio Impune, 2024) y la recopilación de críticas audiovisuales Hablemos de cine (Ediciones Liz, 2023).
Tráiler:
Imagen destacada: Match Point (2005).