En este texto ambientado en el siglo XVIII, y una de sus mejores novelas, el Premio Nobel luso narra la historia de Baltazar y de Blimunda, gente sencilla, de pueblo, sin educación, pero de una inteligencia profundamente natural, y de una responsabilidad para con sus semejantes digna de admiración.
Por Sergio Inestrosa
Publicado el 3.12.2020
Ya antes he contado que tuve la suerte de escuchar a José Saramago en una conferencia que dio en el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, un poco después de recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1998.
También comenté en esa ocasión que he olvidado de lo que habló don José, pero 21 años después todavía recuerdo su presencia y la reacción de la audiencia cuando la presentadora dio por concluida su plática, de apenas unos treinta minutos; y es que todos queríamos oír más de aquel escritor portugués, tan sensible a las causas sociales, tan crítico de los gobiernos neoliberales y tan contrario al integrismo religioso.
Y de eso quiero hablar esta vez mientras comento el libro Memorial del convento, publicado en 1982.
En este texto, una de sus mejores novelas, Saramago narra la historia de Baltazar y Blimunda; en torno a ellos, gente sencilla, de pueblo, sin educación, pero de una inteligencia profundamente natural, especialmente Blimunda y de una responsabilidad para con sus semejantes, digna de admiración.
Y en torno a esos personajes decía, Saramago relata las más duras condiciones de vida del pueblo “municipal y espeso” en el oscuro mundo del siglo XVIII portugués.
Es cierto que la guerra ha terminado, de ella regresó, manco de la mano izquierda, Baltazar, pero el hambre, la pobreza, el abuso del poder por parte de la autoridad y el fervor religioso, que gira alrededor de la construcción del convento franciscano en Mafra, son notables.
Esta novela roza la historia, la política, la economía, el papel de las mujeres en la sociedad y por supuesto la religión; muy presente está sirviendo de trasfondo nefasto el papel justiciero de la inquisición.
De suyo, casi al inicio de la novela, cuando Blimunda asiste a ver como su madre es juzgada por hechicera, es allí donde por casualidad conoce a Baltazar que ha vuelto de la guerra, como al final de la novela cuando de nuevo en Lisboa Blimunda asiste a la quema de unos ajusticiados, uno de los cuales es el soldado retornado, quien junto con Blimunda y al padre Bartolomeu Lourenço Guzmán lograron armar un aparato capaz de volar, y esa osadía, que en ese momento desafiaba las enseñanzas de la Iglesia, las pagan con su vida.
En la novela sabemos que el padre Bartolomeu logró escapar a España, donde al parecer murió en Toledo.
A Blimunda la hemos acompañado hasta acá para atestiguar la actuación de la Inquisición. En este momento termina la búsqueda para Blimunda, por fin, después de nueve años y de darle tantas vueltas al país, esta era la séptima vez que llegaba a Lisboa, y allí atestigua el suplicio de once personas, aunque cuando llegó el acto ya iba adelantado, pero uno de los ajusticiados es un hombre a quien le falta la mano izquierda.
Blimunda ha encontrado, por fin, a Baltazar, quien una madrugada, justo durante los festejos de la consagración del convento de Mafra, donde el manco trabajaba, salió para reparar la máquina voladora que había caído cerca de monte Juno, y ya nunca más volvió.
Saramago nos ha informado que, cuando Baltazar llegó a recomponer la máquina de pronto se echó a volar, pero no nos informa qué pasó, dónde fue a parar, cómo es que Baltazar terminó en manos de la Inquisición, todo eso lo ponemos nosotros los lectores, mientras acompañamos a Blimunda en su búsqueda, en sus conversaciones con otras mujeres, todas pobres, como ella, mujeres del pueblo a muchas de las cuales sus maridos las abandonaron, ya porque se los llevaron forzados a trabajar a Mafra o por otras razones.
Memorial del convento, El año de la muerte de Ricardo Reis, El ensayo de la ceguera y Levantado del suelo son algunas de las novelas a las que como lectores debemos de volver siempre para regresar a disfrutar de la poética de este notable escritor portugués.
Coda: Preparando esta reseña, leí que la novela Memorial del convento fue adaptada como ópera y presentada en la Scala de Milán por Azio Corghi y llevó el inolvidable título de Blimunda.
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Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es escritor y profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos, además de redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: José Saramago.