El texto de la autora nacional Kati Lincopil da cuenta de una voz narrativa que se ha visto enfrentada a un conflicto existencial por su origen mapuche, pero cuya vida y biografía personal han estado alejadas de aquellas tierras y de sus costumbres. Así, y con una prosa simple aunque exquisitamente trabajada, la ópera prima de esta escritora chilena es un agradable y contundente aporte a las letras locales.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 26.5.2022
Toda escritura autobiográfica es en cierto sentido, un ordenamiento o una suerte de recuento de la vida de quien está realizando la narración. En un mismo texto pueden confluir perfectamente los temas amorosos, existenciales, políticos y de nacionalidad, entre muchos más.
En el libro Número equivocado (Emecé, 2022) de la escritora Kati Lincopil (Santiago, 1989), confluyen una serie de situaciones de diferente orden, los que parten con el reconocimiento de ella misma, su apariencia física y su ascendencia mapuche, la que en este caso es tratada como una condición algo alejada del tradicional desprecio y discriminación, pues nunca percibió claramente algo que se le pareciera:
«Ningún niño en el colegio me molestó ni hizo bromas al respecto, algo que era bastante común con apellidos como el mío. Nunca he sabido bien por qué me salvé de esto. Quizás no rimaba con nada chistoso», explica la narradora.
Durante las primeras páginas el recorrido se centra en la búsqueda y en el entendimiento de sus propios orígenes:
«Mi nombre ha sido siempre un problema burocrático. He llegado a la conclusión que mi apellido no se escuchaba a la primera, como suele pasar con un idioma desconocido», expresa, haciendo ver que efectivamente el origen y la pronunciación de su apellido estaría obedeciendo a una especie de sordera cultural, que no desea o no puede entender nombres que no estén válidamente aceptados, situación que en ocasiones es incómoda y en otras algo más graciosa, como le ocurriría en un viaje al Uruguay.
Mi lugar intermedio
Sin embargo, uno de los elementos más relevantes de esta narración estaría dado por el conflicto existencial que sufre la narradora, quien reflexiona que:
«Todavía no sé como lidiar con mi ser o no ser mapuche. A veces me siento culpable por no saber mapudungun, ni conocer Nueva Imperial, ni saber nada de mis abuelos. Otras me apropio de mi lugar intermedio, de ser champurriada, ni chicha ni limaná, ni fu ni fa».
Es decir, la pertenencia de la narradora a una determinada etnia no está claramente establecida, por eso sus dudas e inquietudes. Esta situación le sirve a la autora para indagar sobre su apellido y su significado en mapudungun. Así, en la segunda parte del texto se hace referencia al origen familiar de quien porta el nombre, es decir, su ascendencia.
Entonces, a partir de esto, la historia se va ampliando hacia otros personajes y lo que se nos comienza a relatar es una historia familiar. Los hombres están ausentes, o son parte de una especie de leyenda mítica, el caso de ambos abuelos, pero lo fundamental de lo que se narra, reside en las mujeres que han marcado la vida de la narradora: su madre y su abuela, pues ambos personajes han estado atravesadas por sufrimientos y tragedias.
Su madre padeció adicciones y algo de enfermedades depresivas cuando ella era pequeña, mientras que su abuela perdió a un hijo de manera trágica, hecho que le costó mucho superar.
Al poco andar de la narración se escribe «Mi nombre está quebrado», haciendo alusión a la incompletitud de «pil», una parte de su apellido que quizás sufriera transformaciones o cercenamientos en el tiempo, tal como ocurre con quien relata la historia, pues su propia vida familiar es el relato de quiebres y de ausencias, donde sostener la existencia ha pasado por la fortaleza de las mujeres.
En definitiva, la narración de Kati Lincopil no es un intento estereotipado por situarse en el mundo mapuche y desde ahí narrar la opresión que ha sufrido este pueblo a lo largo del tiempo.
Por el contrario, y creo que esa es su principal fortaleza, Número equivocado da cuenta de una mujer chilena que se ha visto enfrentada a un conflicto existencial debido a su origen mapuche, pero cuya vida y biografía personal han estado alejadas de aquellas tierras y de sus costumbres.
Con una prosa simple pero a la vez exquisitamente trabajada, la obra de esta escritora es un agradable y contundente aporte a las letras nacionales.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por esta última Casa de Estudios superiores.
Imagen destacada: Katia Lincopil.