Con este volumen, la editorial Lumen nos ofrece la oportunidad de acercarnos a unos textos fundamentales para conocer parte de la literatura universal de la primera mitad del siglo XX, pues el ensayista estadounidense (en la imagen destacada) enseña el camino de las denominadas «bellas letras» a través de un estilo diáfano pero erudito.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 18.5.2022
Edmund Wilson (Nueva Jersey, 1895 – Nueva York, 1972) es reconocido como uno de los grandes críticos literarios del siglo XX. Sin embargo, su labor no se circunscribió únicamente en este ámbito.
Creador del imaginario condado de Hecate, donde los personajes se entrecruzan mientras: «deambulan por los suburbios en busca de amor y sexo, para hallar un rincón donde combatir el tedio y saciar sus vicios», Wilson fue también autor teatral y ensayista, con libros tan destacados como Los rollos del Mar Muerto (1955) o Hacia la estación de Finlandia (1940), donde: «anarquistas, socialistas, nihilistas y utópicos cobran vida en estas páginas, y sus ideas permanecen tan provocadoras y relevantes hoy como lo fueron en su tiempo».
La editorial Lumen, con ocasión del 50 aniversario de su fallecimiento, ha publicado el libro Obra selecta, donde Aurelio Major, poeta, traductor y editor, ha realizado una extensa selección de la vasta y variada producción del crítico norteamericano.
Edmund Wilson ejerció su magisterio crítico durante más de medio siglo.
Un periodismo literario y crítico
Su ojo literario se fijó en los escritores fundamentales de su época, como en el caso de Jean Genet, John Dos Passos o Scott Fitzgerald, a quien descubrió y cuya carrera literaria motivó durante el largo tiempo que duró su amistad.
Obra selecta, de Edmund Wilson, tiene el acierto de incluir no solo los textos de crítica literaria propiamente dicha, sino también reseñas de libros y correspondencia con escritores, en especial aquellas cartas que escribió durante varias décadas con el escritor norteamericano, de origen ruso, Vladimir Nabokov.
La selección realizada por Major tiene su origen, entre otros, en los estudios literarios de Wilson El castillo de Axel (1931), The Triple Thinkers (1938) o La herida y el arco (1941).
Como señala Aurelio Major en su prólogo: «Su permanencia se cimienta en su periodismo literario y crítico, concentrado, eminente, de una precisión judicial en la que prevalecen los hechos, presentado con una de las prosas más elegantes y atractivas de sus contemporáneos, estilo que además traslucía un carácter irritable e impaciente con la incuria ajena (‘el hombre de la corbata de hierro’), todo lo cual le confirió una autoridad sin parangón que además no se sustentó en cargos públicos ni en sinecuras universitarias que pusieran en entredicho su independencia de criterio».
Su aportación a la crítica literaria la cultivó desde las revistas más prestigiosas de la época, como Vanity Fair, Dial o The New Yorker, donde encontramos páginas dedicadas a escritores y amigos como el señalado anteriormente Francis Scott Fitzgerald.
De él dijo que: «se ha convertido, tan sólo dieciocho años después de su muerte, en una referencia obligada: una obra que quedará intacta cuando los sueños y el caos que se materializan en ella también hayan muerto».
Sobre Ernest Hemingway escribió que: «la condición de la vida es el dolor, y las alegrías de aspecto más inocente están ligadas de algún modo a sus sofocantes angustias. La afirmación de esta disonancia en el arte conformó la belleza de los cuentos de Hemingway. En el proceso había templado una espléndida prosa». Como respuesta a estas elogiosas palabras Hemingway sentenció: «Escribo sólo para Edmund Wilson».
La editorial Lumen nos ofrece la oportunidad de acercarnos a unos textos fundamentales para conocer parte de la literatura de la primera mitad del siglo XX. Edmund Wilson nos muestra el camino de la alta literatura a través de una mirada inteligente y culta.
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Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).
Imagen destacada: Edmund Wilson.