La conmemoración de los 500 años del paso de Fernando de Magallanes por los mares del extremo austral de Sudamérica es el tema de esta ópera compuesta musicalmente por el artista nacional Sebastián Errázuriz, y la cual se presenta hasta este domingo 9 de octubre en el Teatro Municipal de Las Condes.
Por Enrique Morales Lastra
Publicada el 8.10.2022
Para comprender los resultados artísticos de la puesta en escena del montaje lírico Patagonia, lo primero que se debe abordar es la evidente distancia que existe entre la calidad teatral y dramática de su régie y diseño, en contraste con la reiterativa y a veces tediosa música compuesta por el creador local Sebastián Errázuriz, para la ocasión.
Los años parecen avanzar en vano para Errázuriz, si da la impresión que solo ayer asistimos al estreno de su ópera Viento blanco en el Teatro Municipal de Santiago (2008), y pocas variables se exhiben y aprecian en relación a los escasos motivos musicales que entregan sus creaciones, desde entonces, en este otro país donde tantas «cosas» han cambiado, en apariencia.
Al comienzo agradable y de un logrado efecto armónico sobre el ánimo y la sensibilidad de sus espectadores, la sencilla música compuesta por Errázuriz, luego se debate en el monólogo de su retórica estética y también temática, en un discurrir minimalista que ya después de casi 1 hora y media de función, se transforma en una situación e instancia, a ratos agobiante. Su orquesta, de hecho, la componían nada más que una decena de intérpretes (el Ensamble de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción).
La discutible calidad global de Patagonia, quizás explique la carencia de compositores operísticos en el país. En efecto, la escasa complejidad musical de las partituras, se intenta subsanar con las características propias de una acabada y preciosista puesta en escena. Y la pretensión de vanguardismo sonoro, finalmente se contrarresta con un conservadurismo en el recargado diseño teatral que no deja de llamar la atención.
¿Apelar a la experiencia y a los elogiados conocimientos de Marcelo Lombardero, como en esta oportunidad, invocan alguna clase de riesgos creativos?
Para Errázuriz, claro, pues la detallista dirección de escena y la ordenada dramaturgia del régie argentino, desnudaron las precariedades de su música, y a su partitura finalmente le quedaron demasiado grande, más que el escenario del Municipal de Las Condes, el elaborado esfuerzo y el puntilloso trabajo que se apreciaron sobre el mismo, en los movimientos de los actores e intérpretes, en la iluminación, y en las proyecciones de multimedia a cargo de Noelia González Svoboda.
Otra mención, hacemos, a la destacada participación de Luciana Gutman en el realista y cuidado diseño de vestuario.
El libreto de Rodrigo Ossandón, asimismo, además de su abrupto e inconsistente final argumental, para nada intenta indagar en el misterio de la figura del marinero portugués Fernando de Magallanes (1480 – 1521), el audaz y esotérico descubridor del estrecho que lleva su nombre y el principal propiciador de la primera circunvalación en torno al planeta. (Y supuestamente el montaje se inspira y se basa en ese emocionante tópico que celebra ahora su quinto centenario).
Aunque ese contrapunto que el libretista realiza con los patagones y el nativo que arrima (como prisionero) a la embarcación hispana, para ser llevado de regalo al monarca, se observan en su conjunto al modo de dos historias que caminan por senderos paralelos, antes que juntas y como partes de un unívoco relato dramático.
Patagonia es una ópera agradable de ver, pero no de escuchar, y eso ya lo enuncia «todo». En efecto, con la obra de Sebastián Errázuriz, acontece al revés de lo que se aprecia con las piezas canónicas del género: la música y las voces de los cantantes, subsanan las incoherencias de libretos inconexos y absurdos, o la falta de recursos y de materiales de una puesta en escena minúscula o un tanto deficiente.
En los pasajes de esa partitura que fustigamos con justicia crítica, los elementos vocales de Marcela González, Evelyn Ramírez y del bajo barítono iquiqueño Sergio Gallardo, elevaron el nivel musical, y marcaron los compases de una batuta extraviada en una idea que siendo bastante original y seductora, tan solo permaneció en ese estadio de inspiración embrionaria.
Patagonia se presenta hasta este domingo 9 de octubre, a las 18.00 horas, en la excelente sala del Teatro Municipal de Las Condes.
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Crédito de las fotografías utilizadas: Natalia Espina.