El trabajo del autor nacional Camilo Brodsky deslumbra por las vertientes que transmite, pues todas ellas confluyen en un solo ejercicio de evocación, y este libro oficia en torno a esta demostración del dominio del uso de la técnica: aquí pareciera ser que se documenta, para luego narrar sin desprenderse por completo de las figuras retóricas o de aquella función delirante del verso lírico.
Por Alina Paxi Rivera
Publicado el 21.7.2023
Piensa y repite, antología del poeta Camilo Brodsky (1974), logra configurar un corpus genuino a partir de textos que provienen de libros inéditos y publicados. La alternancia —aleatoria, por cierto— que ordena los poemas seleccionados, no da señas de ninguna procedencia, cuestión que desafía al conocedor de la obra del autor y opera en función del logro de una nueva resignificación de su trabajo.
La intensión, pareciera ser, se concentra en materializar una línea escritural o un parafraseo a la trayectoria de una de las voces más interesantes de la poesía chilena, ya sea por el gesto político o la versatilidad de una poética que se yergue en base a experiencias, situaciones u hechos históricos y personales que desembocan en el universo donde se sitúa casi siempre su escritura.
En Piensa y repite encontramos poemas de libros como Las puntas de las cosas, los premiados Whitechapel y La noche del zelota, Procedimientos (éste último publicado el 2022 en Provincianos Editores), más otros que se encuentran inéditos, como Kintsugi/Komorebi, La canal o Poemas de otros. Esta puesta en común deja en claro, además de la amplia producción del autor, la diversidad de formas que asume para configurar su trabajo.
Un oficio en torno a lo documental
Llama la atención la pretensión de Camilo Brodsky por revivir lo pretérito. Su trabajo suele ser una vertiente a la memoria, aunque encubierta en el presente. Los elementos que logran plasmar sus ideas aparecen de bruces y forman parte del paisaje, cuestión que otorga cierta universalidad no sólo a su lenguaje, sino que al simbolismo de los objetos que se desprenden de su ideario.
Así, este libro elabora un entramado donde desfilan la violencia y la tragedia, aunque tras la inclusión de textos que se encuentran aun sin publicar surgen otros tópicos que se sitúan lejos de las zonas oscuras, y que despliegan otras miradas, formas y cadencias. Para precisar, en el poema «La niña que escucha el jazz», escribe:
la niña que escuchaba el jazz como se escuchan
tremendas estampidas de elefantes africanos
muerde su mano y entre ceja y ceja
el llanto la abandona como las frazadas a los pobres indigentes.
Hay en este trabajo una cercanía con los espacios íntimos, pues desde ahí también se extiende la mirada del autor, su juicio y, por consiguiente, su discurso. De la misma forma, el libro logra transmitir el enfoque en torno a ciertos sucesos, pues existe un trabajo sostenido que tiende a develar el procedimiento con el cual construye sus poemas.
De hecho, Piensa y repite da cuenta de un oficio en torno a lo documental, aunque lejos de una apuesta ceñida a las formas de autores como Jaime Pinos o Carlos Soto Román, aquí Brodsky pareciera ser que se documenta para luego narrar sin desprenderse por completo de las figuras retóricas y a lo sumo de aquella función delirante de la poesía.
El trabajo de Brodsky deslumbra por las vertientes que transmite, pues todas ellas confluyen en un solo ejercicio de evocación, y este libro oficia en torno a esta demostración del dominio del uso de la técnica.
***
Alina Paxi Rivera (Chañaral 1988) es licenciada en educación y profesora de lenguaje y comunicación. Es editora de la revista Relave. Desde hace dos años escribe columnas para diversos medios electrónicos e impresos.
«Piensa y repite», de Camilo Brodsky (Editorial Aparte, 2023)
Imagen destacada: Camilo Brodsky.