[Crítica] «Prima Facie»: La edad ingrata y vulnerable

La presentación en Chile, del montaje que se ha programado con gran éxito en diversas capitales europeas y norteamericanas del mundo, confirman la acabada experiencia del director argentino Daniel Veronese, como un conductor escénico que eleva hasta su punto más alto, las cualidades interpretativas de los actores con los cuales emprende sus proyectos.

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 30.5.2024

En una temporada teatral donde los monólogos parecen sucederse en cada semana de estreno, esta obra escrita por la dramaturga británica de origen australiano Suzie Miller, se adentra en el tópico de la delgada y a la vez inmensa línea que separa al consentimiento, de un abuso o violación de características sexuales, y con una mujer como pragmática y perturbada víctima.

Luego de estrenos en diversas capitales del circuito anglosajón como Sídney, Londres y Nueva York, Prima Facie, y después de debutar en Madrid, a fines del año pasado, ahora hace su estreno en Santiago de Chile con una adaptación dirigida por el realizador argentino Daniel Veronese, y protagonizada por la actriz nacional Camila Hirane.

El montaje es un relato que mantiene la atención de su público durante las dos partes que lo conforman, y donde además de indagar en las intimidades de cierta sexualidad femenina —la de una mujer que bordea los 30 años—, emerge una loable construcción dramática de su personaje principal, en la cual la Teresa interpretada por Hirane, se define a través de contornos físicos, sociales y psicológicos, bastante claros.

Aquella conformación de la joven abogada se perfila con una gran exactitud narrativa: la exitosa profesional disfruta de su independencia financiera, defiende en procesos penales a hombre acusados de delitos sexuales, y pese a la victoria de su presente, Teresa es una hija de la clase media que ha ascendido de estatus, gracias al boom universitario de fines del siglo pasado.

La adaptación es creíble, fiel y perseverante en sus detalles de mayor verosimilitud, y en ese aspecto se nota el aporte de la asistente de dirección chilena del montaje, la también actriz Aranzazú Yankovic.

De otra manera, resulta difícil concebir la entrega de esos códigos sociales, que dibujan a Teresa bajo una cierta impostura, que debido a su apariencia y rasgos mediterráneos, puede confundir a sus colegas de trabajo, y en especial a quien es objeto de su deseo y atracción, acerca de su origen familiar y de formación distintiva.

 

Un cuerpo que se arropa

El principal atributo dramático y escénico de Prima Facie proviene de su conseguida y fluida narratividad, lo cual en un monólogo puede llegar a ser fundamental.

Con todo, el sello de Veronese se aprecia en estas virtudes teatrales: la dirección que hace de sus intérpretes, imprimiéndoles una cierta forma de desenvolverse, pese a sus falencias, y que recalca sus fortalezas escénicas, en el caso de Hirane, la plasticidad de su corporalidad.

Asimismo, un diseño integral que sugiere la soledad de una confortable modernidad (un sofá, la mesa solo con seis vasos de agua encima), y las palabras del guion, que se escuchan en esa suave voz, al modo de un río argumental que de manera segura, se transformará en un desbordado torrente de emociones sin refugio.

Mas que la actuación de Camila Hirane es el acierto de la dirección que hace de su desdoblamiento el rostro de un personaje identificable, ya sea a través de los estudios de abogados emplazados en Isidora Goyenechea, como en el barrio El Golf o la avenida Apoquindo.

Y hasta ciertas transparencias de su sofisticada vestimenta, sugieren, entre el primer y el segundo acto del montaje, que su segura certidumbre erótica, deviene a posterioridad, en un golpeado y pesado pudor ultrajado. Salvo minucias, la adaptación de Veronese es perfecta (la madre de Teresa, asistirá, según ese relato inextinguible de la mujer, a acompañarla en su trance final, con su cartera de mimbre bajo el brazo, en otra descripción que acentúa la chilenización del guion teatral).

Franqueza obliga, sin embargo, a evidenciar que en el desarrollo de un proceso penal chileno, no existen las figuras de los jurados ciudadanos, que sí se atestiguan, por ejemplo, en el derecho o sistema judicial anglosajón. Un error que en nada desmerece el aura de perfección narrativa y dramática de esta puesta en escena.

El dispositivo simbólico de Prima Facie —el de esta versión sudamericana, sin ir más lejos—, contradice las certezas de cualquier vínculo personal entre dos seres humanos, y dinamita la gradualidad de una intimidad sexual, siempre sentida con fuerzas y velocidades distintas, por sus diferentes participantes.

Más allá de disparar sentencias canceladoras, el propósito de colocar a una mujer libre e independiente en los dos extremos de cierta dinámica de violencia y victimización, manifiestan las luces de orfandad y un propósito de resiliencia —para levantarse desde el suelo y pese a su fragilidad—, que le conceden a Teresa, en esta ocasión, el concurso de una Camila Hirane que se transforma en la efigie de una femenina e inteligente vulnerabilidad.

 

 

Ficha artística:

Autora: Suzie Miller | Adaptación y dirección: Daniel Veronese | Asistente de dirección: Aranzazú Yankovic | Elenco: Camila Hirane | Diseño integral: Daniela Fressard | Producción ejecutiva: Marcos Alvo | Coproducción: Teatro UC y The Cow Company.

 

Temporada desde el 16 de mayo hasta el 8 de junio, días miércoles a sábado, a las 20:00 horas, en la sala Eugenio Dittborn del Teatro UC (calle Jorge Washington 26, Plaza Ñuñoa, Santiago).

 

 

 

***

«Prima Facie» se presentará en la sala Eugenio Dittborn del Teatro UC hasta el próximo sábado 8 de junio

 

 

Crédito de las imágenes utilizadas: César Cortés.