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[Crítica] «Pupilas de loco»: El saberse un muerto que respira

En el libro de la autora chilena Victoria Morrison la noción del fin de la vida no da tregua, los recuerdos se agolpan, y la imagen del padre fallecido ahonda en la más inmensa pena, mientras el alma y la influencia literaria de Leopoldo María Panero retumba bajo la tierra.

Por Cristián Brito Villalobos

Publicado el 10.8.2022

La poesía chilena cada vez suma más adeptos con jóvenes vates que refrescan el escenario. Es el caso de Victoria Morrison (1977) y su libro Pupilas de loco (Rumbos editores, 2020). El texto se divide en capítulos que se funcionan como libros separados en donde se trata la intimidad y profundidad de la existencia.

En «Poemas de amor», la musicalidad del poema asoma desde la oscuridad. Versos bellos, otros doloridos, algunos colmados de erotismo y otros de ternura. ¿Cómo es el amor verdadero? En «Poemas de manicomio» lo que más provoca es la tensión, en donde la cordura y la locura dan vida a un discurso de vida y de muerte, donde las almas, despojadas del raciocinio, actúan en su mundo sin ley.

¿Qué será de la luz?, es el verso que se esconde en el manicomio. Los cuerpos, los niños muertos, todo esto conforma un universo lúgubre, mas destellante como figuras poéticas. La escritura es visceral, que es lo más honesto que podemos experimentar. La casa no es el hogar y el manicomio es la condena.

 

Un excelente poemario

Los fantasmas pueblan este volumen escrito con navaja, con el enfado del que ya no tiene nada que perder: Lloro/Escribo poesía/Lloro, se lee, y surge la pregunta: ¿Cuántos días he perdido aquí?, no es sólo un verso, es, en definitiva, el sentido más profundo de estos poemas.

En «Poemas del sepulcro» la poeta desea arrancarle la muerte a la mismísima muerte: No recomiendo/ Que se burlen de los muertos/ Mucho menos si nos tienen en frente, y el lector —yo— se estremece al ver que la poesía es, a fin de cuentas, la barra del bar donde los poetas se embriagan de melancolía.

Mujer viva muerta, dice un poema, yo diría Mujer viva viva, porque, en el fondo, no somos más que una sombra de pie que inevitablemente desaparecerá. No me hables de la vida/ Me dan unos deseos de morir, y es que en estos versos está la clave, la razón del dolor de la voz lírica; el saberse un muerto que respira.

En «Poemas del olvido» la escritora renace, mientras la poesía explora los rincones más olvidados de la existencia: Será carne ajena/ Carne de hombre/ ¡Nacido erecto! Grita agónicamente, desgarrando la tranquilidad del cielo y agitando el mar de los que buscan descansar en las profundidades de lo incierto.

La muerte no da tregua, los recuerdos se agolpan, la imagen del padre ido que ahonda en la más inmensa pena mientras el alma del poeta Panero retumba bajo la tierra. Un excelente poemario.

 

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Cristián Brito Villalobos (Antofagasta, Chile, 1977), además de poeta y escritor es periodista titulado en la Universidad Católica del Norte y magíster en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

«Pupilas de loco» (Rumbos Editores, 2020)

 

 

 

Cristián Brito Villalobos

 

 

Imagen destacada: Victoria Morrison.

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