En el libro de Egon Montecinos se propone una opción de organización política que según su autor se adecuaría bastante mejor a la historia nacional y a su configuración geográfica y social. Solo así —se enfatiza en estas páginas—, se podrá profundizar en la democracia y en hacer todavía más pertinentes las estrategias de participación ciudadana en el país.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 11.4.2022
En estos momentos cruciales para la historia de Chile, donde la Convención Constituyente discute de manera intensa y responsable la propuesta de Constitución que le hará a nuestro país, Egon Montecinos (1973) nos entrega un breve, pero valioso documento de reflexión.
Se trata de Santiago no es Chile (Paidós, 2022), donde de forma entretenida y amena nos hace un recorrido por los diferentes esfuerzos que se han hecho, a lo largo de la historia de nuestro país, por alcanzar un descentralización efectiva y concreta.
Su libro comienza despejando y aclarando ideas que suelen utilizarse como sinónimos: «La regionalización y la descentralización son conceptos distintos, aunque en el lenguaje cotidiano tiendan a confundirse o a homologarse con facilidad», explica el cientista político.
La falta de autonomía política de las regiones ha sido la marca permanente durante décadas. Diferentes gobiernos y administraciones de todos los colores ideológicos han puesto algún esfuerzo por mejorar estas situaciones. Sin embargo, los problemas que ha acarreado la falta de descentralización del poder siguen horadando el desarrollo regional.
Un desafío que recién comienza
Uno de los principales problemas que plantea Montecinos es que: «tenemos una regionalización con territorios-objeto, subordinados a visiones centralistas. Nunca hemos tenido territorios sujetos y protagonistas de su desarrollo»
En este sentido, parece que una de las principales dificultades a las que se enfrentan las regiones es a la incapacidad para tomar decisiones y formular políticas públicas pertinentes al territorio.
El recorrido histórico que va realizando la pluma de Montecinos nos da cuenta de los diferentes esfuerzos que se han hecho a lo largo de la historia de nuestro país con el objetivo de distribuir el poder político y estatal.
Sin embargo, estos sacrificios generalmente han apuntado a mantener la idea centralista de Estado–Nación, ideas que tienen su origen en la Constitución de 1833, y se fortalecen luego en la de 1925 y terminan por consolidarse en la Ley Fundamental de 1980.
Un verdadero ejercicio de descentralización requiere a lo menos distribución del poder, autonomía territorial, recaudación y gasto fiscal entre otros aspectos. En este sentido, son tres las dimensiones que se deben abordar para poder acercarnos a este proceso: administrativa, fiscal y política.
Esto significa en lo administrativo una transmisión de la gestión y el manejo de los servicios sociales que pueden o no ser financiados. Por otro lado, en la dimensión fiscal las regiones pueden tener la capacidad para recaudar impuestos. Y finalmente la descentralización política sería el conjunto de reformas electorales diseñadas para activar la representación de los espacios subnacionales.
Santiago no es Chile propone un Estado regional descentralizado, pues esta opción se adecuaría bastante mejor a la historia de nuestro país y a su configuración social, política y regional. Si se logra alcanzar una propuesta similar a esto en la Nueva Constitución, se podrá profundizar la democracia y hacer más pertinentes las políticas sociales:
«Un acuerdo amplio, informado y participativo sobre esta materia es el único camino que puede hacer sostenible, en la sociedad regional, un modelo territorial distinto al que actualmente tenemos», reflexiona Montecinos.
En este sentido, el libro del exintendente de la Región de Los Ríos nos señala que el desafío recién está comenzando.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios antes mencionada.
Crédito de la imagen destacada: Raphael Sierra P.