La novela de la escritora y actriz francesa Yazmina Reza se sitúa en los límites de la imperfección humana, una condición que se manifiesta en todos los ámbitos por los cuales transita el argumento de esta obra literaria: los lazos sanguíneos, la memoria, y la tragedia universal del holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 31.12.2021
Yazmina Reza (París, 1959) es una escritora francesa procedente de una familia judía con ascendencias húngaras e iraníes. Estudió teatro en la Universidad de París X Nanterre y en la Escuela de Jacques Lecoq.
Después de trabajar como actriz en cine y en el teatro, Yasmina debutó como escritora con Conversaciones tras un entierro (1987). Este texto y otros, como La travesía del infierno (1990) o El hombre del azar (1995), convirtieron a la parisina en una de las dramaturgas más importantes de Francia, logrando de esta forma darse a conocer además, a nivel europeo.
En su último trabajo, bautizado Serge (Editorial Anagrama, 2021), Yazmina Reza escribe un relato donde devela las diferentes situaciones que se dan al interior de una familia: la relación entre los hermanos, entre ellos y sus progenitores, entre padre y madre, y por supuesto, las consecuencias que tienen todos estos flujos familiares sobre el conjunto social.
Una novela situada en la imperfección humana
Escrito con forma de tragicomedia, la narración va dando cuenta, de forma minuciosa, los comportamientos de tres hermanos, ahora adultos, que se mantienen unidos, pero bajo el manto de un pasado familiar que los determinó profundamente.
Jean es el narrador y a través de su particular mirada, nos relata los hechos que conforman este complejo tejido familiar. En las primeras páginas se nos da cuenta de un acontecimiento trascendente, la muerte de la abuela, una figura relevante para el clan familiar:
«Tus hijos se pasaban el día regañándote, incluso cuando estabas enferma, echándote en cara tus manías, tu desazón, tus gustos, tus despistes, los regalos que nos hacías, los caramelos, tu te dejabas reconvertir mientras ponías cara de pena, pero eras tú quien mantenía en pie esa barraca. Ese tinglado hecho a la buena de Dios que es nuestra familia eras tú quien lo mantenía en pie».
Cuando la Abu se muere comienza a desgranarse la unidad que existía entre los hijos y los nietos, y se desencadena una inevitable reflexión acerca de lo que ha sido la vida de todos ellos.
A pesar de lo anterior, en una reciente entrevista la escritora francesa ha señalado que: su «primera intención era reflexionar sobre la actividad turística», pero luego el libro se transformó, porque: «resultaba imposible escribir sobre el turismo de manera global».
Y si bien: «Auschwitz era el lugar perfecto para hablar de en qué se ha convertido el turismo», más adelante, la narradora agrega:
«En Auschwitz se ve a esos turistas visitando el campo de concentración con gesto serio, pero con unos pantalones cortos y chanclas, una mochila de colores chillones, y luego van a un café a reír no se sabe de qué y por la noche completan el tour en una fiesta artificial, celebrando no se sabe bien qué en Cracovia, que también se ha convertido en un parque de atracciones», complementa apesadumbrada.
Así, y en definitiva, la reflexión de Yazmina Reza se sitúa en la imperfección humana, una condición que se manifiesta en todos los ámbitos en que se mueve: la familia, la memoria, el holocausto, etcétera.
A través de una narración punzante e irónica, se nos va revelando la banalización del mundo y algunos de sus aspectos más tristes. Un relato del mundo y de la familia contemporánea, un relato sobre el paso del tiempo y de las catástrofes que provoca en la memoria.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.
Imagen destacada: Yasmina Reza en 2016.