[Crítica] «Testament»: Lo importante son los egos desmesurados

En el largometraje de ficción del realizador canadiense Denys Arcand —protagonizado por el experimentado actor Rémy Girard— todo es una comedia llena de sarcasmos e ironías, aunque hay contrapuntos más serios que introducen una visión humana de acercamiento entre las almas.

Por Aníbal Ricci Anduaga

Publicado el 4.9.2024

La película critica estos nuevos tiempos que estamos viviendo y es obvio que las autoridades no entenderán la ironía que se esconde tras sus escenas. La burocracia es demasiado poderosa, pero no aquella que denunciaba Kafka en El proceso, sino un nuevo tipo de funcionarios pendientes de lo que se reproduce en las redes sociales, sean eventos verdaderos o falsos.

Así, lo importante es mostrarse preocupados y eficientes, aunque en el fondo sea una manga de inútiles que se venden por un like.

En alguna parte el protagonista dice que los seres humanos dejan huellas: fotografías, wasaps, testamentos, videos, todo registrado en celulares y ordenadores. La tecla suprimir es inútil, la tecnología lo recuerda todo y esas estelas son redundantes hasta la saciedad. Muchedumbres que protestan por cualquier tema, aunque no tengan idea del contenido, lo importante son los egos desmesurados de los manifestantes.

 

Una visión humana de acercamiento

Los medios tampoco ayudan demasiado. Encienden la hoguera para manipular a la opinión pública en un alarde de efectismo, de prensa sensacionalista que no se preocupa por la realidad, sino de mover emociones sin sustento.

En efecto, la vida sana está de moda y es preferible no haber vivido, pero sí superar los años del vecino, aunque el exceso de ejercicio y alimentos ultra sanos puedan llevarlos a la muerte prematura.

Todo el metraje es una comedia llena de sarcasmos e ironías, aunque hay contrapuntos más serios que introducen una visión humana de acercamiento entre las almas.

Precisamente, un final esperanzador nos invita a comunicarnos con el prójimo y dejar de lado la estupidez de estos tiempos. Bucear entre toneladas de basura para preocuparse por lo importante: las nuevas generaciones y un mundo mejor para que se desarrollen.

 

 

 

 

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Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968) es un ingeniero comercial titulado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios formales de estética del cine cursados en la misma casa de estudios (bajo la tutela del profesor Luis Cecereu Lagos), y quien también es magíster en gestión cultural de la Universidad ARCIS.

Como escritor ha publicado con gran éxito de crítica y de lectores las novelas Fear (Mosquito Editores, 2007), Tan lejos. Tan cerca (Simplemente Editores, 2011), El rincón más lejano (Simplemente Editores, 2013), El pasado nunca termina de ocurrir (Mosquito Editores, 2016) y las nouvelles Siempre me roban el reloj (Mosquito Editores, 2014) y El martirio de los días y las noches (Editorial Escritores.cl, 2015).

Además, ha lanzado los volúmenes de cuentos Sin besos en la boca (Mosquito Editores, 2008), los relatos y ensayos de Meditaciones de los jueves (Renkü Editores, 2013) y los textos cinematográficos de Reflexiones de la imagen (Editorial Escritores.cl, 2014).

Sus últimos libros puestos en circulación son las novelas Voces en mi cabeza (Editorial Vicio Impune, 2020), Miedo (Zuramérica Ediciones, 2021), Pensamiento delirante (Editorial Vicio Impune, 2023), Vivir atormentado de sentido (Editorial Vicio Impune, 2024) y la recopilación de críticas audiovisuales Hablemos de cine (Ediciones Liz, 2023).

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Aníbal Ricci Anduaga

 

 

Imagen destacada: Testament (2023).