Icono del sitio Cine y Literatura

[Crítica] «Universo Mafalda»: En el imaginario de millones de lectores

Los lúcidos mensajes del ilustrador argentino Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido con el apodo de Quino, siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento, a través de historietas que conllevan un enorme valor educativo.

Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda

Publicado el 11.7.2024

«Niña terrible, chica adulta, heroína de nuestro tiempo, ícono mundial. Amiga de los Beatles, admiradora del dibujo animado El Pájaro Loco, defensora de la paz y los derechos de los niños, enemiga de la violencia y de personajes como James Bond, no transó jamás ni con el armamentismo ni con la sopa. Mafalda fue póster y estampilla, tira de historieta y dibujo animado, libro leído y releído mil veces de generación en generación».
Carlos Ulanovsky

Joaquín Salvador Lavado nació el 17 de julio de 1932 en Mendoza. Era el menor de tres hermanos varones, y desde pequeño lo apodaron Quino. Y con ese nombre ha pasado a la historia de la ilustración con un personaje que ha trascendido el espacio y el tiempo.

Fruto del humor y la brillante inteligencia de Quino nació Mafalda, una niña de 6 años que vio la luz el 29 de septiembre de 1964 en el semanario Primera Plana. Más tarde, las tiras de esta heroína universal aparecerían en el diario El Mundo y la revista Siete Días, hasta el 25 de junio de 1973.

Nueve años de la vida Mafalda, su familia, sus amigos y el entorno social y político que le tocó vivir, fueron suficientes para crear una figura que está en el imaginario de millones de lectores.

La editorial Lumen, que lleva desde los años 70 publicando en España las tiras ilustradas por Quino, presenta un volumen imprescindible para entender las claves de este personaje, y el mundo que le rodea: Universo Mafalda.

De la mano de Judith Gociol, periodista especializada en temas culturales, sabremos que a Quino le encantaba la sopa y, sin embargo, prefirió que Mafalda la odiara, como un gesto simbólico contra las imposiciones y los autoritarismos.

O que la pasión de Mafalda por la radio le viene de la que sentía el propio Quino (quien falleció en 2020), y el cual tuvo a este medio de comunicación social como un elemento importante para estar siempre informado.

 

Jugar dentro de uno mismo

Gracias a este volumen, conoceremos mejor a cada uno de los miembros de la familia de Mafalda. A su padre, que tiene 37 años, que ama a Mafalda y a Guille, las plantas, su auto y el Nervocalm; odia el coste de la vida, el final del mes y las hormigas.

A su madre, Raquel, cuya edad «la obviamos por educación», ama a Mafalda y a Guille, y el Nervocalm; odia cocinar algo que no sea sopa. O a Burocracia, la tortuga de Mafalda.

Esta última, para Quino representa: «la ineficacia que obliga a las personas a llenar formularios irrelevantes, pasearse de una oficina a otra con la consiguiente pérdida de tiempo, mientras hombres y mujeres se hacen de paciencia esperando resolver su problema y naturalizan el maltrato».

Judith Gociol ha dividido este Universo Mafalda en tres grandes áreas:

—El derrotero de la clase media argentina a mediados de los 60 e inicios de los 70.

—La localización barrial en el pasaje entre lo doméstico y lo público, es decir, en la intersección de las costumbres, los consumos, ritos y micropoderes familiares y domésticos con los escolares, políticos y sociales.

—La dimensión más general y abarcadora de la relación con un mundo que se presenta injusto, desigual y excluyente, con las democracias débiles, autoritarismos militares, vaivenes económicos y radicalización.

Y en ese ámbito tan complejo aparece una niña de seis años que trata de entender, con sus ingenuas y a la vez inteligentes preguntas y reflexiones, ese mundo que le rodea.

En el año 2014 se le concedió a su autor el Premio Príncipe de Asturias, entre otras cosas porque sus: «lúcidos mensajes siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento. La obra de Quino conlleva un enorme valor educativo».

Y lo extraordinario de Quino fue volverse transparente tras la figura de Mafalda y hacernos creer a todos sus lectores que esa niña representaba las inquietudes y las esperanzas de todos nosotros, lectores.

De esta manera, y como recuerda Mafalda: «¡Ah! … Los libros son los únicos amigos con los que realmente se puede jugar dentro de uno mismo».

 

 

 

 

***

Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, está realizando sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma casa de estudios superiores.

Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.

Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.

 

«Universo Mafalda», de Quino (Editorial Lumen, 2024)

 

 

 

Eduardo Suárez Fernández-Miranda

 

 

Imagen destacada: Quino y Mafalda.

Salir de la versión móvil