Chocolate por todos lados, pero por más que tengamos una nueva presentación y otra receta, el resultado dista de ser insólito y solo se salva por un par de elementos audiovisuales. Muy colorida y carismática sí, pero la trama y el tono de este filme del realizador británico Paul King tienen ese nivel de infantilismos y de comedia que sienta mejor para niños que dirigido hacia un público adulto.
Por Rafael Jaramillo Avellán
Publicado el 20.12.2023
Muchas de las fortalezas de este largometraje recaen en sus personajes principales. Desde la trágica y resiliente Noodle al carismático y noble Willy Wonka, todos tienen su espacio para desarrollar su historia.
En este largometraje, el nivel de fragilidad y de ternura que logra Calah Lane como Noodle es impresionante para una actriz de 14 años, cuando recién interpreta a su primer papel importante.
Por otro lado, Timothée Chalamet nos muestra una vez más su alto nivel actoral. Desde su gran habilidad para cantar, ser torpe sin perder carisma y abrir su lado dramático y sensible en medio de tanta fantasía musical, Wonka se alza encima y apoyándose —artísticamente—, sobre los hombros de su actor protagónico.
Los personajes secundarios igual se unen al encanto de poder cantar y actuar a la vez que son una manada de simpáticos acompañantes en la travesía del protagonista. Pero, sin embargo, no todos los intérpretes resaltan.
Receta nueva, sabor usual
Si hablamos de los villanos, están en un nivel considerable de estereotipos. Su manera de actuar y de maquinaciones malvadas son demasiado estándares y caricaturescos como para que una audiencia adulta les siga el juego.
Lo mismo sucede con cada giro por parte de los buenos y los malos, se obvian muchas cosas a favor de que las piezas musicales funcionen a raíz de infantilismos fuertes y un encanto que no brinda tanto gancho. En efecto, la película se siente como algo que disfrutarán más los niños que una audiencia variada.
De inicio a fin, este musical de fantasía tiene sus atractivos visuales y su buen despliegue cómico y dramático por parte de sus actores. En cuestión de trama y de la ejecución general, la recomiendo exclusivamente para aquellos que gustan de ese sentimiento de espectáculo que puede brindar cualquier vodevil de fantasía con buen presupuesto y reparto.
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Rafael Jaramillo Avellán (Guayaquil, 1994) estudió ingeniería civil en el Tecnológico de Monterrey (México) y actualmente cursa una maestría en innovaciones pedagógicas en la Universidad Casa Grande (Ecuador).
Amante del audiovisual desde muy pequeño, lleva siete años escribiendo crítica de cine y ha colaborado con revistas tanto físicas como digitales. Sus escritos pueden encontrarse en su blog personal.
Tráiler:
Imagen destacada: Wonka (2023).