Durante todo este mes de enero se exhibirá —en las instalaciones del Espacio de Arte Rayuela (ciudad de Salta, Argentina)—, la multidisciplinar muestra de piezas de alfarería a cargo de las creadoras visuales trasandinas Juliana García y Marianela Torino.
Por Silvia Lizárraga
Publicado el 31.12.2024
Las plantas marcan un recorrido, un camino sinuoso que nos invita a la pausa, en que el tiempo se detiene y el mundo se reduce a un instante. En el jardín los yuyos crecen en los intersticios, las plantas se despliegan como brazos abiertos, y un susurro se deja oír entre las hojas, un lenguaje secreto que solo el viento entiende.
Así, los yuyos, esos intrusos que crecen en las grietas del camino, nos hablan sobre la resistencia, sobre la capacidad de florecer en la adversidad. Las plantas, en su infinita variedad, nos muestran los modos del habitar vegetal.
Pero hay un grito silencioso, un clamor que solo se escucha en el silencio, un llamado al ser.
La persistencia de los yuyos
Un yuyito crece a través de una grieta en la pared de una antigua casa abandonada. Su delicada flor blanca se balanceaba en el viento, como un mensaje lanzado al infinito. Los yuyos persisten, y con ellos, nuestra conexión con la naturaleza y con nuestra propia humanidad.
En los espacios más inhóspitos como el ínfimo espacio entre baldosas, o en la grieta de una pared, pululando entre los techos, esos espacios propios de la nostalgia donde crecen los yuyos que se enredan con la historia de los lugares, desafían la sequía y el olvido, como un grito silencioso que resuena en el silencio de la tierra.
Los yuyos, como la vida, siempre encuentran la manera de renacer, de persistir en su existencia. Crecen y se enmarañan con otras plantas, formando una red de vida que entrelaza el presente y el pasado con la tierra.
El susurro de secretos detrás de las persianas
En el jardín, donde los yuyos crecen, donde las plantas se despliegan como alas, nos encontramos con la belleza, con la vida. Y en este encuentro, nos damos cuenta de que no estamos solos, que cohabitamos un mismo mundo, somos parte de un todo, de un tejido de vida que se extiende más allá de nosotros.
Mirar el jardín detrás de las persianas, donde la luz se filtra como un susurro de secretos entre las sombras. Los verdes de las hojas como un murmullo de vida, la flor que se abre como un grito de alegría. Detrás de las persianas, donde el mundo no mira, el jardín se despliega, en su intimidad.
La hierba crece, sin pretensiones, las flores se abren, sin anuncio. En este rincón escondido, donde la vida se vive, sin testigos, sin expectativas. Miro el jardín detrás de las persianas, y veo la belleza, en lo cotidiano, en lo silencioso.
Un mundo oculto, donde la naturaleza, se despliega sin miedo, sin reservas ni límites. Y yo, detrás de las persianas, me encuentro conmigo misma, en el silencio, en la quietud.
El susurroso habitar de las plantas es una muestra multidisciplinar de piezas de alfarería a cargo de Juliana García y Marianela Torino. Música en vivo: Vero Méndez y Eloy Notario. Agradecimientos a Kike Torino, Inés Arechaga, Vero Méndez, Eloy Notario, Leo Cabral, Silvia Lizárraga, Bernardo Corces, Ana Benedetti y La Ventolera Casa de Arte (Salta, Argentina).
La multidisciplinar muestra de piezas de alfarería se mantendrá en exhibición durante todo este mes de enero en las instalaciones del Espacio de Arte Rayuela, ubicado en calle Alvarado 570 (Salta, Argentina).
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Silvia Lizárraga es profesora de letras y conductora radial. Conduce Cuenta Palabra, el multipremiado programa de literatura infantil de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), Argentina.
Le gustan las plantas y los libros: su casa está llena de hojas de poemas y hojas de savia que van entretejiendo una selva que susurra historias de finales y de bienvenidas.
Imagen destacada: Muestra El susurroso habitar de las plantas.