Lo conocí en abril de 1963, cuando inicié el primer curso de lingua portuguesa en el Instituto Chileno Brasileiro de Cultura. El vate era entonces director de la entidad y un animador cultural de la escena local durante su exilio, además de muy cercano a Pablo Neruda.
Por Edmundo Moure Rojas
Publicado el 14.1.2022
Amadeu Thiago de Mello (Barreirinha, Amazonas, 1926 – Manaus, 2022) fue un poeta brasileño, que después de estar detenido durante el golpe de Estado en 1964, se exilió en Chile, donde conoció a Pablo Neruda y a la cantora popular Violeta Parra, aunque también viajó por Argentina, Francia, Alemania y Portugal hasta el fin del régimen militar, cuando volvió a Barreirinha, su pueblo natal.
Entre sus poemarios figuran: Silencio y palabra (1951), Narciso ciego (1952), La leyenda de la rosa (1956), Está oscuro pero canto (1965), La canción del amor armado (1966), Poesía comprometida con tu vida y la mía (1975), Los estatutos del hombre (1977), Viento general (1981), Bochorno en la floresta (1984), Un campo de margaritas (1986), De una vez por todas (1996) y es hermano del músico Gaudêncio Thiago de Mello.
Conocí a Thiago de Mello en abril de 1963, cuando inicié el primer curso de lingua portuguesa en el Instituto Chileno-Brasileiro de Cultura. Era entonces director de la entidad y animador cultural durante su exilio en Chile, además de amigo de Pablo Neruda.
El ambiente del centro brasileiro era efervescente y alegre, en una época aún lejana del cruento golpe militar de 1973, que iba a significar para Thiago un doble exilio, pues fue apremiado por los militares chilenos, a pesar de su nacionalidad y del cargo que ostentaba.
Esta vez, al enterarme de su muerte en el día de hoy, 14 de enero de 2022, a los 95 años de edad, no cabe escribir una crónica, sino rendirle un homenaje de admiración y gratitud desde sus propias palabras, como corresponde al recuerdo de los Poetas. Nada mejor que sus «Estatutos del hombre» publicados en 1965, y aquí en castellano y en portugués, para nuestros fieles lectores.
LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE
Traducción de Mario Benedetti
Artículo 1.
Queda decretado que ahora vale la vida,
que ahora vale la verdad,
y que de manos dadas
trabajaremos todos por la vida verdadera.
Artículo 2.
Queda decretado que todos los días de la semana,
inclusive los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.
Artículo 3.
Queda decretado que, a partir de este instante,
habrá girasoles en todas las ventanas,
que los girasoles tendrán derecho
a abrirse dentro de la sombra;
y que las ventanas deben permanecer el día entero
abiertas para el verde donde crece la esperanza.
Artículo 4.
Queda decretado que el hombre
no precisará nunca más
dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo azul del cielo.
Parágrafo único:
El hombre confiará en el hombre
como un niño confía en otro niño.
Artículo 5.
Queda decretado que los hombres
están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con la mirada limpia,
porque la verdad pasará a ser servida
antes del postre.
Artículo 6.
Queda establecida, durante diez siglos,
la práctica soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.
Artículo 7.
Por decreto irrevocable
queda establecido
el reinado permanente
de la justicia y de la claridad.
Y la alegría será una bandera generosa
para siempre enarbolada
en el alma del pueblo.
Artículo 8.
Queda decretado que el mayor dolor
siempre fue y será siempre
no poder dar amor a quien se ama,
sabiendo que es el agua
quien da a la planta el milagro de la flor.
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Artículo 9.
Queda permitido que el pan de cada día
tenga en el hombre la señal de su sudor.
Pero que sobre todo tenga siempre
el caliente sabor de la ternura.
Artículo 10.
Queda permitido a cualquier persona,
a cualquier hora de la vida,
el uso del traje blanco.
Artículo 11.
Queda decretado, por definición,
que el hombre es un animal que ama,
y que por eso es bello,
mucho más bello que la estrella de la mañana.
Artículo 12.
Decrétese que nada estará obligado ni prohibido.
Todo será permitido.
Os Estatutos do Homem
(Ato Institucional Permanente)
A Carlos Heitor Cony
Artigo I.
Fica decretado que agora vale a verdade.
que agora vale a vida,
e que de mãos dadas,
trabalharemos todos pela vida verdadeira.
Artigo II.
Fica decretado que todos os dias da semana,
inclusive as terças-feiras mais cinzentas,
têm direito a converter-se em manhãs de domingo.
Artigo III.
Fica decretado que, a partir deste instante,
haverá girassóis em todas as janelas,
que os girassóis terão direito
a abrir-se dentro da sombra;
e que as janelas devem permanecer, o dia inteiro,
abertas para o verde onde cresce a esperança.
Artigo IV.
Fica decretado que o homem
não precisará nunca mais
duvidar do homem.
Que o homem confiará no homem
como a palmeira confia no vento,
como o vento confia no ar,
como o ar confia no campo azul do céu.
Parágrafo Único:
O homem confiará no homem
como um menino confia em outro menino.
Artigo V.
Fica decretado que os homens
estão livres do jugo da mentira.
Nunca mais será preciso usar
a couraça do silêncio
nem a armadura de palavras.
O homem se sentará à mesa
com seu olhar limpo
porque a verdade passará a ser servida
antes da sobremesa.
Artigo VI.
Fica estabelecida, durante dez séculos,
a prática sonhada pelo profeta Isaías,
e o lobo e o cordeiro pastarão juntos
e a comida de ambos terá o mesmo gosto de aurora.
Artigo VII.
Por decreto irrevogável fica estabelecido
o reinado permanente da justiça e da claridade,
e a alegria será uma bandeira generosa
para sempre desfraldada na alma do povo.
Artigo VIII.
Fica decretado que a maior dor
sempre foi e será sempre
não poder dar-se amor a quem se ama
e saber que é a água
que dá à planta o milagre da flor.
Artigo IX.
Fica permitido que o pão de cada dia
tenha no homem o sinal de seu suor.
Mas que sobretudo tenha sempre
o quente sabor da ternura.
Artigo X.
Fica permitido a qualquer pessoa,
a qualquer hora da vida,
o uso do traje branco.
Artigo XI.
Fica decretado, por definição,
que o homem é um animal que ama
e que por isso é belo.
muito mais belo que a estrela da manhã.
Artigo XII.
Decreta-se que nada será obrigado nem proibido.
tudo será permitido,
inclusive brincar com os rinocerontes
e caminhar pelas tardes
com uma imensa begônia na lapela.
Parágrafo único:
Só uma coisa fica proibida:
amar sem amor.
Artigo XIII.
Fica decretado que o dinheiro
não poderá nunca mais comprar
o sol das manhãs vindouras.
Expulso do grande baú do medo,
o dinheiro se transformará em uma espada fraternal
para defender o direito de cantar
e a festa do dia que chegou.
Artigo Final.
Fica proibido o uso da palavra liberdade.
a qual será suprimida dos dicionários
e do pântano enganoso das bocas.
A partir deste instante
a liberdade será algo vivo e transparente
como um fogo ou um rio,
e a sua morada será sempre
o coração do homem.
Que siga viviendo en su Amazonia amada.
***
Edmundo Moure Rojas, escritor, poeta y cronista, asumió como presidente titular de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) en 1989, luego del mandato democrático de Poli Délano, y además fue el gestor y fundador del Centro de Estudios Gallegos en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, casa de estudios superiores en la cual ejerció durante once años la cátedra de Lingua e Cultura Galegas.
Ha publicado veinticuatro libros, dieciocho en Sudamérica y seis de ellos en Europa. En 1997 obtuvo en España un primer premio por su ensayo Chiloé y Galicia, confines mágicos. Su último título puesto en circulación es el volumen de crónicas Memorias transeúntes.
En la actualidad ejerce como director titular y responsable del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: Amadeu Thiago de Mello en 2015.