El estreno en Sudamérica de la más reciente producción del mayor director de cine vivo, junto a Jean-Luc Godard y Martin Scorsese, abre la discusión en torno a la estética audiovisual y a la calidad dramática del filme protagonizado por Timothée Chalamet, Elle Fanning y Selena Gomez.
Por Felipe Stark Bittencourt
Publicado el 5.12.2019
Ashleigh Enright (Elle Fanning) y Gatsby Welles (Timothée Chamalet) son una joven pareja universitaria que viaja a Nueva York cuando a ella le ofrecen entrevistar a un famoso director de cine (Liev Schreiber). La ocasión, que promete romanticismo para ambos, se transformará en una seguidilla de frívolas desventuras en las que Ashleigh se involucrará con la farándula y Gatsby con sus demonios interiores y la hermana de una ex novia suya: Chan Tyrell (Selena Gómez).
Un día lluvioso en Nueva York por poco no ve la luz. Woody Allen perdió el apoyo de su distribuidor Amazon Studios luego de que el movimiento Me Too volviera a traer a colación las acusaciones por abuso sexual que enfrentó en 1992. La película, sin embargo, pudo llegar a los cines y si bien no brilla por su ingenio, sí es un elegante y pasable entretenimiento de un director experimentado y talentoso.
Esto se refleja principalmente en su dominio de la cámara y el trabajo de fotografía, impecable en sus atardeceres luminosos y en la copiosa lluvia que azota a la Gran Manzana. El lente de Allen aprieta estos elementos en una obra que revela su amor al cine y la literatura, poblando la pantalla con referencias visuales a directores y escritores que también hablaron de su cinefilia y Nueva York, siendo quizá El guardián entre el centeno el más notorio de todos.
Y aunque Holden Caulfield aparezca reinterpretado en el personaje de Chamalet, el resultado es un tanto desigual. Mientras en la novela de Salinger había una verdadera preocupación por el alma de su protagonista, Allen hace lo opuesto, pero sin mucho tino.
Gatsby (probablemente Fitzgerald habría querido una cita más discreta), neurótico como buena parte de los personajes del director, tiene una sensibilidad similar a la de Holden, pero resulta mucho más superficial; su amor al arte no convence, así como tampoco lo hace su bagaje literario o sus vagabundeos por los barrios elegantes de la ciudad. Salinger detestaba el cine y Un día lluvioso en Nueva York temo que le daría la razón. Aunque Allen conoce los elementos del personaje literario, no los orquesta adecuadamente ni siquiera desde la parodia (como lo ha hecho en otras ocasiones, en Match Point, sin ir más lejos).
Esto, sin embargo, no le quita mérito a las excelentes interpretaciones del elenco y al trabajo que cada uno desempeña en la elaboración de sus personajes. Mérito especial se lleva Fanning con su periodista cándida y nerviosa cuando la descubren al lado de un actor famoso o cuando intenta ayudar a un director que se percata de que su mujer le es infiel.
Estas características convierten a Un día lluvioso en Nueva York en un filme un tanto irregular. Entretiene y hace pasar un buen rato, pero no sobresale dentro de la filmografía del cineasta, capaz de productos mucho mejores. Funciona como entretenimiento pasajero y quizá encuentre su público en quien admire su dominio en la técnica cinematográfica y en su habilidad para convertir cualquier situación en una comedia de enredos. El resto probablemente pase de largo.
También puedes leer:
–Un día lluvioso en Nueva York: El controvertido y burbujeante Woody Allen.
–Medianoche en París, de Woody Allen: Una caricia al corazón.
Felipe Stark Bittencourt (1993) es licenciado en literatura por la Universidad de los Andes (Chile) y magíster en estudios de cine por el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Actualmente se dedica al fomento de la lectura en escolares y a la adaptación de guiones para teatro juvenil. Es, además, editor freelance. Sus áreas de interés son las aproximaciones interdisciplinarias entre la literatura y el cine, el guionismo y la ciencia ficción. También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Tráiler:
Imagen destacada: Un fotograma de Un día lluvioso en Nueva York (2019), de Woody Allen.