Con su nueva obra (Emecé/Planeta, 2020), el autor nacional nos sumerge en una biografía familiar y de aprendizaje, atravesada por el desastre atómico de la Segunda Guerra Mundial y en donde aborda temas como la migración y la identidad, al conectar al histórico puerto local de Valparaíso con la memoria de la trágica ciudad nipona.
Por Cine y Literatura
Publicado el 3.6.2020
La muerte de su abuelo, despierta en el joven Yasuhiro Nakata el deseo de conocer la historia familiar, especialmente, después de hallar una carta en la que descubre otra faceta del anciano y advierte la existencia de un secreto. A raíz de ello, Yasuhiro emprende un viaje que lo llevará de Valparaíso a Hiroshima, lugar del cual emigró su abuelo diez años antes del desastre atómico.
Así arranca la nueva novela de Marcelo Simonetti, Dibujos de Hiroshima (Emecé Editores, 2020) una historia entrañable que permite a los lectores acompañar al protagonista en un viaje en el que no solo se reencuentra con sus orígenes nipones, sino que, además, se cuestiona su presente, sus relaciones interpersonales, y su interés por la escritura, profundizando el deseo inconsciente de comprender cuál es su rol en una historia que no es suya y, sin embargo, lo interpela directamente.
«El viaje tiene varios significados en la novela. Por un lado, es un recurso necesario para que Yasunari pueda entender la historia de su abuelo: precisa desplazarse, salir de su mundo, para encontrar las respuestas que anda buscando», explica el autor. «También el viaje puede entenderse en un sentido más metafórico: el viaje a nuestros orígenes, a las historias que construyeron nuestros antepasados (…) Me gusta la idea de que nuestra existencia no empieza ni termina con nuestro nacimiento y nuestra muerte, que somos un continuo, una posta eterna», añade Simonetti.
Con una escritura que cautiva desde la primera página, Simonetti nos conecta con la atmósfera y el ritmo tan propio de la literatura japonesa, a la vez que plantea preguntas en torno a la migración, la fragmentación de la historia familiar y la búsqueda de una identidad atravesada por los efectos de la bomba atómica.
Respecto de la influencia oriental que se percibe en Dibujos de Hiroshima, el autor comenta que: «no fue algo buscado. Más bien fue el resultado natural del proceso previo a la escritura de la novela». Entre sus influencias, Simonetti menciona a autores como Hiromi Kawakami, Banana Yoshimoto, Natsume Soseki y Yasunari Kawabata. «En esas lecturas descubrí un tono y una cierta mirada que me ayudaron a trabajar una estética más oriental», argumenta el narrador.
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Marcelo Simonetti nació en Valparaíso. Ha ganado importantes reconocimientos como el Premio Municipal de Santiago, por su libro de cuentos El abanico de madame Czechowska (2002), el Premio Casa de América, en España, por su novela La traición de Borges (2005), el Premio Mejores Obras Literarias, por el volumen de cuentos El disco de Newton (2015) y el Premio Marta Brunet, por el libro Las rayas del tigre (2019). También ha desarrollado una carrera como dramaturgo: La leyenda de Peter Von Hales, La gran noche y Nakamoto. Hiroshima/Santiago son algunas de sus obras en ese género.
Crédito de la imagen destacada: Marcelo Simonetti.