La cámara de este recomendable largometraje nacional registra las últimas videncias de Juan Carlos Avatte, viejo inmigrante italiano y dueño de una tienda de pelucas, quien sabía que se iba a morir, y que no le importaba nada más. Quizás tan solo dejar testimonio fílmico de su vida para la posteridad, otro rasgo de su orgullo, pasión y decadencia. Se estrena en salas el próximo jueves 5 de julio.
Por Francisco Marín-Naritelli
Publicado el 3.7.2018
“Esta noche para siempre, terminaron mis hazañas, / Un chamuyo misterioso me acorrala el corazón”.
Antonio Miguel Podestá
El santiago de antaño, extravagante, nocturno. Fiestas interminables, luces descollantes. “Il Siciliano” (2017, 82 minutos) sigue a Juan Carlos Avatte, viejo inmigrante italiano y dueño de una tienda de pelucas, quien realiza fiestas interminables animadas por bandas musicales de dobles de artistas famosos. Camilo Sesto, Sandro, Julio Iglesias, Tom Jones, los Beatles, entre otros. Además de bailarinas de cabaret, travestis, prostitutas. El documental codirigido por Carolina Adriazola, José Luis Sepúlveda y Claudio Pizarro (los dos primeros conocidos también por películas como “El pejesapo” o “Mitómana”), ganó el premio al Mejor Largometraje Nacional en el Festival Internacional de Cine de Chiloé.
Acierta la cámara subjetiva, movediza, que prescinde de encuadres limpios y de otras implicancias técnicas. Expresa el transcurrir, el cotidiano, las anécdotas, aquellos momentos festivos de bohemia que ya parecieran ser retazos de un ayer glorioso y que hoy, bajo los tiempos actuales, se transforman en euforia, vértigo, pero también en soledad. Centrado en la personalidad carismática de Avatte, el largometraje documental se adentra en aquella contradicción, un mundo íntimo en escala de grises.
Porque detrás de aquel personaje público, seductor, amigo de artistas, hay una historia que refleja las imposturas. El espectáculo, más allá de las risas, los cantos, el baile y el alcohol; más allá de las extensiones y las pelucas, no siempre es lo que parece.
¿Quién es Avatte, un hombre que se forjó a sí mismo, y se hizo camino en medio de los convulsos años 80? ¿Cómo se reinventa un hombre que vivió su apogeo en plena dictadura militar?
La cámara registra las últimas videncias de Avatte, quien sabía que iba a morir, y que no le importaba nada más. Quizás tan solo dejar testimonio fílmico de su vida para la posteridad, otro rasgo de su orgullo, pasión y decadencia.
El principal logro de este tipo de piezas audiovisuales, en definitiva, son las pequeñas grandes historias, donde es posible explicar, contextualizar las transformaciones de un país, los cambios culturales a partir de un hombre, el rey de las pelucas, Il Siciliano, con su imperio a punto de extinguirse.
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