Con su última novela, la escritora francesa entrega una historia conmovedora, trágica, reveladora y profundamente humana, en la cual hace uso de distintos niveles narrativos y temporales, con el fin de alcanzar una lograda estética literaria.
Por Nicolás Poblete Pardo
Publicado el 29.6.2020
El acontecimiento (Tusquets, 2019) es el relato de un evento durísimo en la vida de una mujer: el aborto. La francesa, nacida en 1940 y ya consagrada en la escena literaria actual, entrega una historia conmovedora, trágica, reveladora y profundamente humana en esta producción que hace uso de distintos niveles narrativos y temporales, consiguiendo un estilo muy particular, el sello de Ernaux.
Primero viene la confrontación con la incredulidad; ella no se cree capaz de sostener “aquello” en el interior de su vientre. Con un tono que mezcla desenfado y recatada nostalgia, comenta: “no me parecía que mi cuerpo fuera intrínsecamente diferente al de los hombres”. Estas confesiones también la envisten de una conciencia política y una postura: “El hecho de que la forma en la que yo viví la experiencia del aborto, la clandestinidad, forme parte del pasado no me parece un motivo válido para que se siga ocultando”.
A lo largo de su relato Ernaux va posando su ojo, con deslumbrantes observaciones, en la estratificación social y en las sutiles jerarquías de clase que conviven en la sociedad francesa de la década de los 60. Dice ser la primera persona en su familia en estudiar una carrera y que la idea del fracaso social siempre revoloteaba sobre sus orígenes y destinos. Los prejuicios, el arribismo, el resentimiento y la ambición social son finamente denunciados por la voz narrativa. Especialmente tensa es la descripción que hace de la abortista, una figura única en su periférico rol social, que ostenta un poder subterráneo: “Lo hacía por dinero, naturalmente, pero quizá también por un deseo de ser útil a las mujeres. O tal vez por la satisfacción secreta de detentar en su apartamento del pasaje Cadinet el mismo poder que los médicos que apenas la saludaban”.
El drama personal versus la actualidad, es otra preocupación de la narración. La voz está presa del necesario exorcismo que autoriza la creación, pero este es hecho con un consciente control: “Mientras escribo, debo resistirme en ocasiones al lirismo de la cólera o del dolor. No quiero hacer en este texto lo que no hice, o hice tan pocas veces, durante aquel momento de mi vida, gritar y llorar”. ¡Esa labor es la de quien lee!
La aparente falta de estrategia narrativa, que muestra también desenfado, incluye reflexiones entre paréntesis que sirven como un palco desde el cual observar, analíticamente, lo que ocurre en la primera capa narrativa. La protagonista documenta en una agenda lo que ocurre en el momento de su acontecimiento. Es un diario donde la escritura ocurre con la distancia de décadas, repasando ese diario y traduciendo en la ficción lo que en el momento era registro documental. Las descollantes reflexiones que Ernaux arroja en torno a la escritura, parecen destiladas de tal forma, se leen como proposiciones sencillas, accesibles y convincentes. Es ese portal que existe entre el vacío y la creación lo que Ernaux hace con maestría:
“Porque la conmoción que experimento al volver a ver esas imágenes, al volver a escuchar esas palabras, no tiene nada que ver con lo que sentía entonces: es tan solo una emoción para la escritura. O lo que es lo mismo: una emoción que permite la escritura y que constituye la señal de su verdad”.
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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).
Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, y Dame pan y llámame perro; y los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island. Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).
Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Crédito de la imagen destacada: Planeta de Libros.