Un día antes del estallido social de 18-O de 2019, Ediciones Cinosargo y el sello Marginalia presentaban en Santiago de Chile, este ensayo del poeta peruano, un libro que gira en torno a las ideas estéticas del investigador francés Alain Badiou, respecto a la producción lírica como una honda forma de reflexión filosófica.
Por Carlos Cociña
Publicado el 21.2.2020
Previo
Sólo escribí una página acerca de un libro que tiene 130, pero que, en su extensión, profundidad y altura, tiende a infinito. Lo que leeré, sólo pretende ser un detonante para provocar a navegar en la lengua y sus límites en expansión, como es un poema.
Acerca de Montalbetti
Como un simio meditando ante una lata oxidada de aceite de oliva, se puede imaginar a una persona que lee en la portada de un libro, El pensamiento del poema. Pude ocurrir esto, puede alguien escribir esto.
La curiosidad lleva a ver, a leer cuál es ese poema. Y no es un poema, son variaciones sobre un tema de Badiou, precedidas por un epígrafe de Laura Riding Jackson, quien escribió un texto, quizás un poema, donde renuncia a la escritura de un poema.
Montalbetti, Mario, toma la hipótesis de Alain Badiou quien afirma que
El poema es una forma de pensamiento
pero ingresa a ella a contramano preguntando ¿qué piensa el poema? y ¿cómo lo hace?
¿qué es ese traer a la mente que hace el poema? ¿cómo piensa el poema?
Para responder a ello se escribe este libro, aunque se parte de la base que para escribir acerca del poema es preferible hacer un poema.
Pero en esta indagación, se comienzan a cruzar otros armónicos, como lo planteado por Giorgio Agamben, y se configura la posibilidad de salirse del lenguaje para observarlo como objeto cerrado, pero poniendo especial atención en sus límites, pues es en estas áreas limítrofes donde se configura el lenguaje mismo. Y no es desde el significado donde se configura sino dentro del lenguaje mismo, y en ese sentido no tiene significado, en tanto el poema se ubica en la intersección de lenguaje y no-lenguaje. Elle permite al autor afirmar que:
“El poema está conectado con el cuerpo del lenguaje mediante aplicaciones. En particular, quiero proponer que la prosa (novela, cuento, narraciones, mitos, fábulas,…) son aplicaciones del poema. En este sentido, la novela es poesía aplicada.”
De esta manera
El TEXTO DE ESTE LIBRO ES UNA APLICACIÓN, como lo son El Quijote, Cien años de soledad, El aleph, Pedro Páramo, pues, y cito: “Eso que llamamos “el espíritu de la lengua” no es sino la expresión del borde del lenguaje, delimitado y definido por la escansión del poema, que es luego aplicado a la prosa.” … «Y esto se aplica no solamente a la producción de poemas sino también a su recepción: tampoco existe una gramática que indique cómo se lee (descifra, interpreta, indaga,…) un poema y cómo no.” Fin de la cita.
El pensamiento del poema desborda su significación, pues, y no siempre, es una forma de pensamiento que opera por sustracción y diseminación. Actúa siendo “otra cosa de lo que se es”. El lenguaje se ubica entre las áreas límites del poema y el matema. Construye un paisaje para verlo, no es el paisaje, lo construye para verlo como tal. La indagación, a contracorriente, que hace Montalbetti, hace vislumbrar el pensamiento del poema, su paisaje, y en ese recorrido, como lector, vislumbro que una respuesta posible, y quizás la única que tenga, es leer un poema de Montalbetti, o escribir o perpetrar otro poema.
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Carlos Cociña nació en Concepción, Chile, en 1950. Asistió a la Escuela Naval. Sus padres fallecieron en un accidente cuando tenía diecinueve años. Estudió Derecho en la Universidad de Concepción y Literatura en la misma universidad. Es un poeta fundamental de la generación de la década de los ochenta en Chile. Ha publicado los poemarios: Aguas servidas (1981), Tres canciones (1992), Espacios de líquido en tierra (1999), Plagio del afecto (2010), Al margen de la propia vida (2013).
En 2014, obtuvo el Premio Municipal de Literatura de Santiago, género Poesía, por su libro Al margen de la propia vida.
Crédito de la imagen destacada: Cinosargo Ediciones.