Se creía que don Pablo Longueira, después de haber participado en bochornosas luchas intestinas en la arena del circo, había viajado a la India, empeñado en hacerse monje budista. Se le ve encanecido, algo barbón (él no es Borbón) surcado su rostro por huellas a causa de la meditación y por haberse mantenido lejos del oasis de Chile.
Por Walter Garib Chomalí
Publicado el 7.9.2020
La expresión «resurrección de la carne» significa que el estado definitivo del hombre, no será solo el alma espiritual separada del cuerpo, sino que también nuestros cuerpos mortales, un día volverán a tener vida. Explicación lograda de la liturgia cristiana.
La traemos a colación durante la pandemia, al comprobar la aparición en la escena política, de aspirantes a la presidencia del país. Otros, quieren demostrar que continúan vivos. Se ignora si retornan del ostracismo voluntario o de sitios ignotos, porque se aburren de la ausencia y sueñan llegar al Edén.
Entre quienes abandonaron el forzado retiro espiritual, figura don Pablo Longueira. Ha regresado en horas turbulentas y críticas al circo romano, donde los gladiadores se entrenan día a día, para liquidar al adversario. Si no lo hacen, los liquidan a ellos. Aquí no hay contemplaciones y sobreviven los más diestros, o los más sinvergüenza, como me sopla mi ángel de la guarda.
Se creía que don Pablo, después de haber participado en bochornosas luchas intestinas en la arena del circo, había viajado a la India, empeñado en hacerse monje budista. Se le ve encanecido, algo barbón (él no es Borbón) surcado su rostro por huellas a causa de la meditación y por haberse mantenido lejos del oasis de Chile. Ha vuelto a sonreír, mientras sus antiguos camaradas lo abrazan, aunque se ignora si para darle la bienvenida o darle un abrazo de adiós.
Otro de quien casi nada se sabía, don Heraldo Muñoz, también ha asomado su nariz algo semita, y puja por situarse en primera fila. Ha vuelto a hablar de política y hay quienes piensan que no debería hablar. ¿Y dónde quedó la libertad de expresión? Le han calentado las orejas con una frase que enloquece a cualquiera. Ser candidato a la presidencia. ¿Y que ha sido de don Pepe Auth? Acaso esté outsider y prefiera el anonimato. El silencio y la meditación, ayudan a dignificar el espíritu.
También la alcaldesa de Providencia, doña Evelyn Matthei, mientras en sus ratos de ocio, que no deben ser muchos, interpreta al piano mazurcas de Chopin, anhela volver a ser candidata a la Presidencia de la República. ¿Desde dónde sintió el llamado, la voz celestial que le decía?: “Evelyn, Evelyn, el pueblo te necesita, pues los socialdemócratas, quieren gobernar el reino de Chile”.
Expertos en voces, dicen que pueden provenir desde el interior del ser o de ultratumba. Nadie se puede negar al llamado del más allá, o a las voces celestiales que señalan el buen camino. Aguerrida, voluntariosa y porque cree en la resurrección de la carne, doña Evelyn batallará hasta conseguir ser denominada candidata. Piensa pedir la colaboración de la chiquillada de la Necrópolis, perdón de Evópoli, siempre dispuesta a escalar el cerro Chacarillas o a la punta del cerro.
Y a modo de paréntesis en estas observaciones, que bien no pueden serlo, sino elementales ocurrencias, no podemos dejar en el tintero, lo que le sucedió durante la semana, al presidente de Renovación Nacional (RN). Que imaginamos no es candidato a la Presidencia de la República. Por ahora. Se sabe que su partido, nada tiene de renovación y menos de nacional.
Se trata de gustillos de sibarita que suelen darse unos caballeros engolados, amigos de emborrachar la perdiz. Y como ser renovado o recauchado se ha convertido en una opción mágica, todos aspiran a serlo. Don Rafael Prohens, presidente de RN, en su viaje en automóvil por la provincia de Atacama, donde es senador, chocó a un tierno burro y él y sus acompañantes resultaron ilesos. ¿Qué hacía el burro en la carretera?
Se moteja de burro a la persona ignorante y necia, lo cual es una injusticia. Juan Ramón Jiménez poeta español, dignificó a estos cuadrúpedos —otros alegan que tienen cinco patas— en su memorable Platero y yo. Se recomienda su lectura a quienes aspiran a la presidencia y que después nos expliquen, por qué a los burros se les trata con desprecio.
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Walter Garib Chomalí (Requínoa, 1933) es un periodista y escritor chileno que entre otros galardones ha obtenido el Premio Municipal de Literatura de Santiago en 1989 por su novela De cómo fue el destierro de Lázaro Carvajal, y el premio de novela Nicómedes Guzmán en 1971.
Crédito de la imagen destacada: Aton.