[Ensayo] «El neandertal desnudo»: La reescritura de nuestro pasado

El libro del destacado arqueólogo francés Ludovic Slimak no solo reexamina la arqueología antigua, sino que también invita a reconsiderar nuestra comprensión de la evolución humana y el lugar que ocupamos en ella. Con todo, su mayor fortaleza radica en estimular la reflexión sobre la compleja historia del homo sapiens sapiens.

Por Alfonso Matus Santa Cruz

Publicado el 22.9.2024

A veces la historia se reescribe de las formas más inesperadas, por hechos tan inocentes como el paseo de un niño a orillas del río Yeniséi, una de esas arterias fluviales que atraviesa los vastos territorios siberianos. Así como suena, un niño ruso en edad escolar descubrió un cadáver de hace  48 mil años.

Un mamut congelado que conservaba partes de su carne y pelaje, con heridas infligidas por armas manufacturadas por neandertales. Nómades que según indica esta evidencia y otras, habitaron dentro del círculo polar ártico.

Este territorio inclemente y desapacible, que aún hoy continúa siendo uno de los pocos refugios de bosques vírgenes casi inexplorados, solo habitado por rusos a prueba de todo y algunos pueblos originarios, parece haber sido uno de los lugares predilectos de nuestros primos lejanos, esa especie que siempre nos han ilustrado como bruta y algo torpe, pero que, mientras más aprendemos de ellos más se parece a nosotros.

Así, es sobre este fascinante tema que trata El neandertal desnudo, de Ludovic Slimak (1973), destacado arqueólogo y paleoantropólogo francés, cuya obra e investigación desafía la percepción convencional de los neandertales, presentándolos como seres sofisticados y adaptables, lejos del estereotipo primitivo.

En efecto, y a través de expediciones polares y hallazgos arqueológicos, Slimak reconstruye la vida neandertal y propone una historia alternativa de la evolución humana.

 

Las distintas posibilidades de un pasado remoto y misterioso

Ludovic Slimak destaca descubrimientos en Siberia y Europa Ártica que revelan la presencia neandertal en climas extremos. Herramientas avanzadas encontradas en el permafrost sugieren una inteligencia y creatividad subestimadas, extendiendo el alcance geográfico conocido de esta especie.

Sin hacer una enumeración caprichosa o un árido tratado académico Slimak nos guía como un buen aventurero narrando los duros pormenores que conlleva desenterrar restos paleolíticos del territorio siberiano, labor para la cual apenas hay unas semanas estivales al año en algunos de los sitios que permanecen congelados durante el resto de las estaciones.

El libro enfatiza la capacidad de adaptación de los neandertales, evidenciada por el uso del fuego, construcción de refugios y posible organización social compleja. Slimak los presenta como cazadores activos con comportamientos grupales sofisticados, aunque reconoce las limitaciones de la evidencia disponible en entornos extremos.

Uno de los capítulos que aportan una nueva luz sobre los neandertales es aquel centrado en su estética cotidiana y en sus destrezas como artesanos. En una entrevista, comparando las herramientas de los sapiens a la de los neandertales, Slimak nos da pistas de la peculiaridad que tenían los artefactos de estos últimos:

Cada uno de estos artefactos es impresionante. Son muy bonitos, como la artesanía del Homo sapiens. Cada uno de esos objetos es completamente diferente. Eso significa que cada objeto era único. Es como si el artesano, el hombre de neandertal, cuando tomaba el pedernal, la materia prima, la roca, comenzara ya a trabajar. Es decir, mira la morfología, mira la textura, mira el color y, en función de ello, elabora su proyecto. Y cada objeto que elabore será único. Hay una creatividad increíble allí.

Entonces, ¿qué teníamos en el momento del contacto entre ambas poblaciones? Pues que no estamos ante un grupo de Homo sapiens supercreativos que se encuentra con criaturas inferiores. Lo que hubo fue el encuentro entre nosotros, criaturas supereficientes, y ellos, criaturas supercreativas. Y dicha eficiencia, la normatividad, la uniformidad es algo muy importante que define al Homo sapiens, y ese es el mensaje de mi libro.

Nuestro arqueólogo argumenta que los neandertales representan una línea evolutiva paralela, no inferior al homo sapiens. Sugiere que su extinción pudo deberse a cambios ambientales y factores circunstanciales, más que a deficiencias inherentes. Esta perspectiva los posiciona como iguales en la narrativa evolutiva, capaces de desarrollar complejidades sociales y tecnológicas similares a las de los primeros humanos modernos.

Es por todo esto y por su prosa sugestiva que El neandertal desnudo ofrece una reevaluación persuasiva de la vida de nuestros primos lejanos, respaldada por hallazgos polares que demuestran su ingenio y resiliencia. Slimak mantiene un enfoque cauteloso, basando sus argumentos en evidencia sólida.

Así, el libro no solo reexamina la arqueología antigua, sino que invita a reconsiderar nuestra comprensión de la evolución humana y nuestro lugar en ella. Su mayor fortaleza radica en estimular la reflexión sobre la compleja historia de la humanidad.

Es una invitación, otra más, a no dar todo por sentado, a continuar reeducándonos, atizando nuestra curiosidad y abriéndonos a las distintas posibilidades de un pasado remoto y misterioso. Aún hay mucho por descubrir.

 

 

 

 

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Alfonso Matus Santa Cruz (1995) es un poeta y escritor autodidacta, que después de egresar de la Scuola Italiana Vittorio Montiglio de Santiago incursionó en las carreras de sociología y de filosofía en la Universidad de Chile, para luego viajar por el cono sur desempeñando diversos oficios, entre los cuales destacan el de garzón, el de barista y el de brigadista forestal.

Actualmente reside en la ciudad Puerto Varas, y acaba de publicar su primer poemario, titulado Tallar silencios (Notebook Poiesis, 2021). Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«El neandertal desnudo. Comprender a la criatura humana», de Ludovic Slimak (Debate, 2024)

 

 

 

Alfonso Matus Santa Cruz

 

 

Imagen destacada: Ludovic Slimak (por Arnaud Dumontier).