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[Ensayo] «En la estela del mito»: Los símbolos clásicos en clave femenina

Mi sentida recomendación a adentrarse en esta obra de la autora catalana Mireia Rosich y disfrutar de su bella fusión entre el arte antiguo y la sabiduría perenne, en un fascinante abrazo a las sombras de la confusión del mundo actual, pero con voluntad transmutadora.

Por Jordi Mat Amorós i Navarro

Publicado el 23.5.2023

«Los mitos y las leyendas enriquecen la vida sensible. No son historias literalmente ciertas, sino simbólicamente preñadas de verdades. Los personajes, los retos, los símbolos se depositan en nuestro interior generando un sustrato. En los mitos se ha destilado tanto contenido humano que nos permiten siempre encontrar, de algún modo, un reflejo propio de aquello más hondo de nosotros que lleva tiempo dormido y cuando nos alcanzan, el gran dragón que custodia nuestro tesoro personal, de repente, abre un ojo».
Mireia Rosich

La singular Editorial Kairós nos presenta en su colección Sabiduría perenne un excelente volumen en cuidada edición —y con bellas ilustraciones pictóricas— en torno a: «las grandes verdades de la humanidad presentes en la mitología».

Su autora Mireia Rosich (1972) es historiadora del arte y ejerce como directora del museo Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) donde desde 2016 conduce encuentros en los que reflexiona: «sobre distintas figuras femeninas de la mitología a través de sus representaciones artísticas».

En esos denominados «Chill-out de mitos y arte» también se da voz a los asistentes quienes hablan de sus propias experiencias con los contenidos simbólicos inconscientes que expresan los arquetipos mitológicos y que a menudo surgen en el extraño universo onírico de nuestros sueños.

Porque tanto los mitos como los sueños nos conectan tal y como expresa la autora catalana en la cita del encabezado con: «aquello más hondo de nosotros que lleva tiempo dormido». Un tesoro —personal y colectivo— abandonado a causa de la desconexión vital del hombre moderno.

En efecto, vivimos tiempos de gran ceguera en los que se ningunea todo aquello que no es enteramente científico ni puede someterse a lo racional. En palabras de Rosich:

El ser humano de la Antigüedad vivía convencido de la existencia de fuerzas absolutas que trascendían la realidad y que se manifestaban en su mundo de forma fugaz pero constantemente. La pérdida de esa dimensión de la totalidad es uno de los grandes dramas de la época moderna.

Un rico universo trascendente que nos conecta con la grandeza de la naturaleza a la que pertenecemos y que somos, a las ambivalencias de la condición humana más allá de la escisión del aséptico y limitado paradigma patriarcal que ha regido nuestro mundo durante siglos y que ahora necesariamente se tambalea.

En esa fascinante reconstrucción de «lo perdido» o «lo que fue» se adentra humildemente —así ha de ser para ser progresivamente integrado y entendido— Rosich quien en bella sensibilidad femenina busca poner luz a tantos contenidos reprimidos encarnados en gran medida en las figuras arquetípicas femeninas de los mitología.

Así, frente a conocidos tratados clásicos de prestigiosos investigadores que la autora cita y honra, En la estela del mito se nos ofrece otro mirar que se vivencia como una reconfortante y fresca brisa marina capaz de estimular profundamente nuestros sentidos.

 

Los estados del corazón

Una brisa mediterránea ya que Rosich —nacida a la orilla del mare Nostrum—se focaliza principalmente en la mitología helenística para adentrarse en las profundidades de la rica feminidad que duerme en nosotros.

En efecto, se trata de un recorrido a través de doce figuras arquetípicas femeninas a las cuales la historiadora del arte dedica sendos capítulos. Mujeres mitológicas que evocan distintos aspectos simbólicos de la condición humana y que Rosich enlaza en un orden también con significados profundos:

«Ariadna o la iniciación», «Las ménades o la liberación», «Pandora o los males ocultos», «Helena o la pasión», «Las amazonas o la lucha», «Las sibilas o la profecía», «Circe o la seducción», «Las sirenas o la distracción», «Penélope o la espera», «Dánae o la fecundación», «Andrómeda o las cadenas» y finalmente «Las hespérides y el jardín del Paraíso» (en este caso la autora ha dejado intencionadamente en suspenso el «o» descriptivo como invitando a descubrirlo «por» y «en» uno mismo).

De todas ellas, probablemente Ariadna sea la figura simbólica femenina más potente. En la hija del rey Minos anida el drama vivenciado por tantas mujeres y por tanta feminidad interior de mujeres y hombres a lo largo de los tiempos.

Y asociado al arquetipo de lo femenino abandonado, el mito del laberinto cuyo simbolismo nos remite al sentido profundo de la encarnación humana, al pálpito interior que nos reclama atención, compromiso y valor. En palabras de Rosich:

El Laberinto es la imagen por excelencia de cualquier iniciación. En él hay un deambular inevitable en busca del centro.

No hay Laberinto sin centro. El Laberinto lo esconde y a la vez lo defiende. Y en ese centro hay algo importante, vital, algo a lo que hay que acceder a toda costa.

Entran los héroes, es decir, los que deciden arriesgarse y penetrar, los que resisten la travesía, los que sostienen la tensión de las contradicciones, los capaces de descifrar el enigma central.

En ese centro -antes sumido en las sombras- no hay escapatoria de uno mismo.

Así, es en el mito simbólico del laberinto, que surge la necesidad de enfrentarse al minotauro de lo reprimido, de entender al minotauro propio y colectivo encarcelado como primer paso en la senda vital que lleva al verdadero paraíso, al jardín de las Hespérides.

En este sentido y en su excelente introducción la autora cita a Proust quien entiende que: «los verdaderos paraísos son los paraísos perdidos. Y no figuran en los mapas, porque son estados del corazón».

De ahí que Rosich en ese entender compartido concluya sabiamente que: «En el jardín del corazón es donde hay que sembrar las simientes para la fertilidad vital; en el planeta y en cada uno de nosotros».

Por todo ello —y mucho más— mi sentida recomendación a adentrarse En la estela del mito y disfrutar de su bella fusión entre el arte simbólico y la sabiduría perenne, un fascinante abrazo a las sombras de la confusión del mundo actual con voluntad transmutadora.

 

 

 

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Jordi Mat Amorós i Navarro es un pedagogo terapeuta titulado en la Universitat de Barcelona, España, además de zahorí, poeta, y redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«En la estela del mito», de Mireia Rosich (Editorial Kairós, 2022)

 

 

 

Jordi Mat Amorós i Navarro

 

 

Imagen destacada: Mireia Rosich.

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