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[Ensayo] «En los márgenes»: Del derecho a una vivienda digna

Dirigida por el también actor Juan Diego Botto, y protagonizada por intérpretes del renombre de Penélope Cruz, Luis Tosar y Adelfa Calvo, este filme de producción española —inspirado en el efecto que una situación de estrés económico tiene sobre las relaciones personales— se encuentra disponible para su visionado en la plataforma Netflix.

Por Jordi Mat Amorós i Navarro

Publicado el 8.7.2023

«Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación».
Art. 47 de la Constitución Española

Amnistía Internacional denuncia que en España la vivienda ha sido un derecho —recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la Constitución de 1978— históricamente desprotegido al considerarse esta como un bien de consumo e inversión.

Y es que: «España es el país que más condenas ha recibido por vulnerar el derecho a la vivienda por parte del comité de derechos económicos, sociales y culturales de Naciones Unidas». Vergonzoso liderazgo el nuestro.

Como vergonzoso es que mi país cuente con: «un parque de vivienda social que representa sólo el 1,6% del total de viviendas, cuando el estándar de países de nuestro entorno de la Unión Europea supera el 15%».

La dejadez gubernamental se remonta a los finales del siglo pasado con el impresionante y vertiginoso aumento del precio de las viviendas en prácticamente todo el Estado —especialmente en las áreas urbanas más pobladas— que duplicó e incluso triplicó en poco tiempo el valor del metro cuadrado edificado. El «ladrillo» se consolidó desde entonces como valor seguro, como refugio propicio para los inversionistas nacionales y extranjeros.

Nada o casi nada hicieron las autoridades (tanto central como autonómicas y municipales) para regular la voracidad del «mercado». Sólo algunas ayudas —simbólicas por insuficientes y fugaces— para el alquiler destinadas a los colectivos más precarios pero poco más y sin apenas inversión en nuevas promociones de vivienda social.

Después estalló la crisis del 2008 y pese a ello los precios se mantuvieron como a la espera de «nuevas bonanzas», bonanzas que finalmente llegaron para así volver a la senda inflacionista que beneficia a unos pocos y excluye a la mayoría de la población de un bien de primera necesidad.

Fue en octubre de 2021 cuando el parlamento español aprobó el Anteproyecto de Ley de Vivienda que fructificó en abril de 2023 en la nueva Ley de Vivienda que busca facilitar el acceso a este derecho fundamental a los jóvenes y colectivos vulnerables.

Un pequeño paso que llega muy tarde y que requiere más medidas de reequilibrio como la apuesta institucional por la promoción de viviendas sociales tan abandonada en las últimas décadas.

 

Una mirada comprometida

En este sentido En los márgenes (2022) es una oportuna ficción dramática que muestra la dura realidad de muchos ciudadanos españoles que sienten en propia piel «los daños colaterales» de la especulación inmobiliaria, mujeres y hombres que sufren la vulneración de sus derechos constitucionales en lo referente al disfrute de una vivienda digna.

La de Botto es una mirada comprometida, una película notable de la que cabe destacar su guion —que firma junto a Olga Rodríguez— y el excelente reparto que encabeza el gran Luis Tosar como Rafa y al que acompañan con oficio Penélope Cruz (Azucena), Adelfa Calvo (Teodora), Aixa Villagrán (Helena), Font García (Germán), Christian Checa (Raúl) y el propio realizador quien interpreta a Manuel.

La acción se desarrolla en un barrio obrero madrileño durante tan solo veinticuatro horas, un día de vértigo para unos personajes cuyas conmovedoras historias se entrecruzan.

Se nos retrata a personas en los márgenes de la sociedad que luchan por sus derechos y así mismo a personas que trabajan en la atención de estas. Un retrato en descarnada humanidad que nos sumerge en la desesperación de unos ante su acuciante situación personal y la de los otros al verse desbordados por la escasez de plantilla y de recursos para poder atender en condiciones a tanta gente desahuciada.

Conmueven especialmente las historias de dos madres entregadas. Una es la anciana viuda Teodora quien avaló con su vivienda a Germán, su único hijo y que sufre en silencio porque nada sabe de él. La otra es Azucena, una madre coraje que lucha por no perder su vivienda y quien pese a su fuerza confiesa sentir mucho miedo por lo que pueda pasar con su pequeño.

Pero quizás la historia que más atrapa es la de Rafa, un abogado que se desvive por la gente vulnerable sin atender suficientemente a los suyos.

 

Entrega y prioridades

Rafa vive a destiempo, en su comprometido obrar se mueve por la ciudad desbordado y estresado. Agobiado por los asuntos sociales que quiere resolver —como si todo lo pudiera solucionar tal héroe solitario— Rafa siempre llega tarde a los asuntos propios.

El abogado se miente a sí mismo y miente a Helena su pareja —que también trabaja en atención social— quien ya está al límite de su aguante. La mujer espera un bebé de él y su embarazo es de riesgo.

Los observa distante el adolescente Raúl —hijo de Helena y de otro hombre— quien pasará todo el vertiginoso día con Rafa, lo hará a desgana y rectificando sus presentaciones como «mi hijo» con un rebelde «soy su hijastro».

Pero pese a todo, Raúl valora el compromiso y la voluntad de Rafa aunque asegura que él nunca se dedicará a esas tareas porque prioriza el tener tiempo para sí mismo.

Creo que es un acierto el presentarnos a un hombre como Rafa. Desafortunadamente hay muchos hombres y mujeres como él, digo desafortunadamente al empatizar con las personas como Helena y Raúl, al empatizar con su impotencia por no poder compartir con ellas su vivenciar diario debido a sus sistemáticas ausencias.

Algunas personas se entregan a causas sociales sin tener a nadie con quien compartir su vida y por tanto no hay daños colaterales en su buen obrar. Pero otras se entregan por completo afuera y desatienden adentro, unos lo hacen para recibir el reconocimiento de los demás y otros como Rafa por incapacidad para establecer límites y prioridades.

Pero en ambos casos, a mi entender, se evidencian comportamientos egoístas porque antes que atender a los de fuera es necesario atender a los de dentro; y es que la coherencia es básica siempre, de poco o nada sirve entregarse con toda el alma a los demás si en ese obrar se abandona o se desahucia a los de casa.

 

A modo de conclusión

Por todo lo expuesto, mi más sentida recomendación a visionar esta película que nos invita a reflexionar sobre un problema —el del derecho a una vivienda digna— que es grave en España y en general en nuestro mundo global neocapitalista.

Un problema grave que no obstante parece no ser valorado suficientemente por buena parte de la sociedad española, quizás por el patético no querer mirar «mientras no me ataña a mí» que Botto denuncia en boca del comprometido Rafa.

 

 

 

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Jordi Mat Amorós i Navarro es un pedagogo terapeuta titulado en la Universitat de Barcelona, España, además de zahorí, poeta, y redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Jordi Mat Amorós i Navarro

 

 

Imagen destacada: En los márgenes (2022).

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