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[Ensayo] «Poema de Atacama»: El arrojo de cualquier desierto

En conjunto, estos poemas de los autores nortinos Daniel Ramírez Neira y  Eliana Herstein (ambos en la imagen destacada) configuran un paisaje literario que trasciende lo geológico para abordar cuestiones de identidad, memoria, y de la lucha por la existencia.

Por Roberto Bustamante

Publicado el 31.10.2024

El libro Poema de Atacama (Tala Ediciones, 2024) de Daniel Ramírez Neira y Eliana Herstein, constituye una posibilidad de conjugar la poesía para relatar las consecuencias de un territorio que: «no puede ser jardín, es decir, es aquello que ha perdido o de lo que carece. Idea que se condice con la mirada general que tenemos sobre él», nos dice Daniel en el prólogo del libro como primera aproximación, que viene a ser una especie de manifiesto rocoso, el arrojo de cualquier desierto.

La estrategia literaria de la romantización de la vida pampina-salitrera es un montaje repetitivo y hasta monopolizador, pero que es innegable en nuestras propias relaciones sociales en el norte chileno.

En efecto, la historia del Estado-Nación chileno como espacio de explotación, hasta su simbolismo en la cultura, tiene en cierto punto una dicotomía entre la imagen del desierto como lugar de desolación y su potencial vital efectivo, resaltando la contradicción entre el extractivismo y la riqueza cultural y natural.

De esta manera, la crítica subyacente al centralismo y la explotación se presenta con sutileza en el escrito introductorio, ofreciendo una visión matizada que invita a reconsiderar la relación entre el desierto y la identidad, y cómo estas fuerzas han moldeado la percepción y la realidad de este paisaje árido, lugar nuestro solo por humanidad.

La riqueza simbólica del desierto, transformado en un «cuerpo telúrico enfermo» que, a pesar de su estado de deterioro, busca regenerarse como cualquier pulso vital, independiente del mercado global. Esta metáfora poderosa enfatiza el entorno natural y su capacidad de resistencia frente a la explotación.

Con todo, el uso de términos poéticos y descripciones vívidas, como la comparación de las cuencas de agua con venas y arterias, añade una dimensión casi orgánica a la narrativa, haciendo palpable el sufrimiento del desierto.

La crítica al modelo de desarrollo extractivo es clara y contundente. Ramírez y la autora denuncian como un territorio llega a deshumanizar y despojar de valor las formas de vida que coexisten en él. Así, las nociones simplistas de progreso y desarrollo se quedan limitadas al discurso del desarrollo, típico del siglo pasado.

Sin embargo, el texto también sugiere un camino hacia la esperanza. La idea de que el desierto, a pesar de sus heridas, aún puede florecer y sostener vidas, brinda un matiz de optimismo. Este enfoque sugiere que la reconexión con el territorio y la valorización de su historia pueden ser claves para su regeneración.

 

Meditación profunda y crítica

Este breve libro, como caldo sustancioso, revela una segunda forma declaratoria vuelta capítulo titulado «Roca». El prólogo, titulado «Unqusqa», término quechua que significa enfermo o enfermedad, monitorea, nos prepara a un cierre estético distinto, pero no por ello menos confrontacional.

Así, Eliana Herstein, poeta, abraza desde el lenguaje extrovertido del verso la economía minera o la técnica industrial extractiva, muestra natura del capital en su territorio. ¿Qué le podría dar vida a la muerte sino el dinero?

Pues bien, la vitalidad del desierto es la explotación de los recursos, desde la industria, porque el pirquinero cumple con el oficio que se ausenta del tiempo del mercado:

«Rejalgar (As4S4)»

El río avanza por su casa
no atraviesa la ciudad.
Rojo como el teatro
siempre supimos de la pérdida
y su rebozo.

En la junta del Potro
a falta de honor y ausencia de todo
hay una tierra cedida
que no se puede recuperar.

El poeta Armando Uribe, abogado experto en derecho minero dijo: «escribí para no tener que leerme». Esa frase también podría escucharse como una presunción del decir ante el silencio cómplice. La meditación profunda y crítica sobre el desierto chileno, que combina historia, ecología y literatura, es la potencia guía de los siete poemas que cierran este trabajo.

Su lenguaje evocador y su análisis incisivo no solo iluminan la realidad de Atacama, sino que también invitan a reflexionar sobre la relación entre el ser humano y su entorno. Es una obra que resuena en el contexto actual, planteando preguntas sobre el futuro de los territorios vulnerables en un mundo cada vez más marcado por la desigualdad.

Los poemas presentados evocan una profunda conexión entre la geología y la experiencia humana, explorando la interacción entre el ser humano y el entorno mineral. Cada artefacto, titulado con el nombre de un mineral, actúa como un prisma a través del cual se observa la naturaleza, la lucha y la memoria.

En conjunto, estos poemas configuran un paisaje literario que trasciende lo geológico para abordar cuestiones de identidad, memoria, y la lucha por la existencia. La voz poética, íntimamente entrelazada con el entorno, ofrece una meditación rica y multifacética sobre la conexión entre el ser humano y la tierra, invitando al lector a contemplar la belleza y la tragedia de este vínculo.

 

 

 

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Roberto Bustamante (Iquique, 1977), poeta, es el responsable de la editorial Navaja y del festival Matute, Poéticas Transfronterizas, que se realiza en la región de Tarapacá. Además integra el centro cultural, artístico y político Mutual.

 

«Poema de Atacama» (Tala Ediciones, 2024) de Daniel Jesús Ramírez y Eliana Herstein

 

 

 

Roberto Bustamante

 

 

Imagen destacada: Daniel Ramírez Neira y Eliana Herstein.

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