La nueva entrega del autor y psiquiatra español Luis Miguel Iruela corresponde a un canto perplejo y asombrado frente al misterio de la existencia —uno de los mayores del universo—, el cual nacido de la angustia frente al mundo, rotura el desarrollo esencial de cualquier ser humano.
Por Julia Picazo Zappino
Publicado el 11.4.2025
El valor estético de un poema está en la cantidad y el tono de verdad que comunica, y la poesía figura entonces como un método de investigación de la realidad y del misterio del mundo. Brodsky valoraba la obra de Auden en el sentido de la veracidad que transmitía o albergaba.
Lo falso de una composición poética consiste en su aspecto inocuo y amorfo, aunque emplee palabras canónicamente bellas en su hechura. Su efecto verdadero depende de la dirección y la evidencia del hallazgo lírico que muestra. La poesía auténtica inquieta, emociona cuando se la comprende y estremece. Decía José Hierro que el que guarda silencio tras oír un poema, ese lo entendió.
Para el empirismo, todo conocimiento se obtiene por la experiencia de los sentidos y la limpieza de la razón. En tal discernimiento, el filósofo escéptico David Hume negaba la existencia del «yo», ya que cuando trataba de encontrar su sitio no lo hallaba como un resultado de las sensaciones, los sentimientos o las emociones. Ni por supuesto por medio de una operación del razonamiento. Por dicho motivo, llamaba al «yo»: «nadie en casa», significando de esta manera su carácter elusivo, transparente y fantasmal.
Lo que el «yo» sea con exactitud esquiva la más voluntariosa y bien intencionada de las definiciones. Hasta cierto punto, recuerda a la paradoja del tiempo: sabemos distinguirlo, pero no explicar con precisión en qué consiste. De hecho, de él se describen sus manifestaciones más que su esencia, que resulta siempre discursiva y vagarosa. Un ejemplo iluminador: se asocia el «yo» al estado consciente, a un darse cuenta en el aquí y el ahora de la vida psíquica.
Sin embargo, durante los sueños somos conocedores nítidos de lo mismo en un momento presente, envueltos por un fantástico mundo onírico e irreal. Incluso más complicado, en algunas pesadillas el «yo» sabe que está soñando, aunque la persona no esté despierta.
Entonces, ¿qué lo conforma en realidad?
Un canto perplejo y asombrado
Ahora bien, conocemos profundamente que el «yo» es un centro de exigencias que otorga unión y sentido a los fenómenos de la vida mental, que es un todo, una síntesis que da lugar a las vivencias del ser humano, que dota de individualidad, que diferencia el «no-yo» del «yo» según el principium individuationis.
Sin embargo, esta frontera desaparece durante los estados de éxtasis y panteísmo, y el «sí- mismo» se volatiliza en la naturaleza o la divinidad.
Con todo, y sin intentar una mayor hondura en esta cuestión, podría concebirse el «yo» como una especie de abstracción operativa que une los afectos, la voluntad, el fondo endotímico y el pensamiento en un misterio que nos mira con fijeza desde el espejo.
El que sea una abstracción explica satisfactoriamente la cita de Roland Barthes («El yo no envejece») que abre la colección de poemas que Luis Miguel Iruela ha convocado en su libro Sin interpretación posible.
Un canto perplejo y asombrado ante este misterio, uno de los mayores del universo. Un misterio nacido de la angustia frente al mundo que rotura el desarrollo del ser humano. Ese es el lado existencialista del poemario. El otro sería el que lo liga con la permanencia, es decir, la inmortalidad, y el tiempo, o por decirlo en palabras de Platón: la eternidad en movimiento.
En definitiva, un libro para leer (y releer) despacio con la ingenuidad del perro que levanta su mirada hacia las puertas del cielo.
*Para adquirir una copia en papel del libro puede acceder al siguiente link.
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Julia Picazo Zappino es médico psiquiatra y doctora en medicina y cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid. Realizó la especialidad de psiquiatría en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda y cursó el máster en psicoterapia perspectiva integradora por la Universidad de Alcalá de Henares.
Ha sido coordinadora médica de la Clínica López Ibor, y en la actualidad realiza su labor asistencial en la Unidad de Hospitalización Breve del Hospital Infanta Leonor de Madrid.
Es autora del libro El suicidio actual, publicado por la editorial EOS Psicología.

«Sin interpretación posible», de Luis Miguel Iruela (NoteBook Poiesis, 2025)

Julia Picazo Zappino
Imagen destacada: NoteBook Poiesis.