[Ensayo] «Vicky Cristina Barcelona»: Historias de amor que se entrecruzan

En este filme de Woody Allen, la reflexión argumental y audiovisual del mismo, sugiere que hay individuos más valientes, dispuestos a desnudarse, los cuales tienen miedo, pero que sin embargo igual se arriesgan (son una fuerza de la naturaleza), mientras que otros son inmovilizados por ese idéntico temor, y tal vez saben que no soportarán una decepción, y habrá unos restantes, tan aterrados y espantados, que nunca tomarán un camino peligroso y en cambio se condenarán a estar solos.

Por Aníbal Ricci Anduaga

Publicado el 14.9.2024

Giulia y los Tellarini tocan su canción Barcelona, de ritmo acelerado y despreocupado, Vicky y Cristina han llegado a Cataluña a pasar unos días. La película finaliza con la misma melodía, pero con ellas arribando a Nueva York, otra vez un aeropuerto, como si toda la historia hubiera sido un viaje cotidiano y sin importancia.

El tono invocado por Woody Allen es precisamente ese, historias de amor que se entrecruzan, que alteran las vidas de los protagonistas, pero al final cada uno elegirá el lugar donde quiere estar.

Dependerá de la valentía con que afronten esas relaciones, una cuestión de causa y efecto determinará las consecuencias y cada quien deberá encontrar cómo hacerse cargo de los buenos y malos momentos, en desenlaces donde seguro habrá damnificados.

 

Una historia sobre la voluntad de las mujeres

Vicky y Cristina conocerán al pintor Juan Antonio Gonzalo después de una exposición y en un bar las invitará a un fin de semana en la ciudad de Oviedo.

Sin embargo, Vicky cree tener la vida planeada con su prometido y Cristina es más aventurera y querrá tener un amorío con el pintor. Por cosas del destino, Cristina cae enferma y Juan Antonio le mostrará la ciudad a Vicky. Esa noche su mundo se volverá de cabeza.

Pero Juan Antonio invita otro fin de semana a Cristina y entablarán una relación. Todo fluye hasta que María Elena, la exesposa del pintor, llega a la casa luego de intentar suicidarse.

Lo genial del visionado de Allen es que la película resulta más profunda de lo que aparenta y estas relaciones se tornarán complicadas, al punto de que la estabilidad emocional de María Elena sólo será posible gracias a una relación abierta entre los tres.

Cristina es desprejuiciada y no sabe mucho lo que quiere, pero un día expresa que no quiere esa relación. Todo el equilibrio se va al carajo y Juan Antonio al final se quedará solo.

Esta es una historia sobre la voluntad de las mujeres. Juan Antonio se relaciona con las tres, pero él nunca decide. A futuro, en una fiesta en Nueva York coincidirá con Vicky, dispuesta a vencer sus miedos, pero entonces aparece María Elena con un arma y reaparecen los miedos.

María Elena es la mujer perfecta para Juan Antonio, ambos son artistas, pero es una relación explosiva que los destruye. El director da cuenta de lo frágiles que son las relaciones y lo cercano que están siempre de acabar por una decisión, quizás Cristina se enamoró de la fotografía o quizás no tenía muy clara las cosas.

Para ella la pareja no es tan importante y cuando Vicky le confiesa sobre la noche con el pintor, ella no entiende por qué no le dijo, ella se hubiera echo a un lado, tal como en algún momento pensó que se interponía entre María Elena y Juan Antonio.

 

Este hombre inconcluso que no juega a medias tintas

La película me dejó marcando ocupado, al pensar que por amor doy un salto de fe y no mido las consecuencias. Ella de verdad me trastorna, pero esa locura es inestabilidad. Algo en mi cabeza permite recorrer una vida en instantes plenos y maravillosos, pero la mente me aísla en un túnel y no soy capaz de mantener la cordura. Es una debilidad mental que lamento, he herido profundamente a esta mujer, de verdad quisiera ser una persona normal, pero no lo soy.

El amor es para mí un corto circuito, un cable que se une a ratos y despide chispas, un cuento de hadas que me gusta disfrutar, hasta que la empatía no alcanza, mi corazón se aparta y no quiero seguir haciendo daño, porque mis actos no son lógicos y carezco de profundidad para compartir con otro.

Cuando la esquizofrenia divide mis personalidades, sólo el intelecto permite mantenerme en pie. Soy de los que se explica el amor y eso no está bien, no es una ecuación a resolver y cuando la desconexión se produce, debo volver al cauce, intentar explicar racionalmente mis actos y refugiarme en el arte, particularmente el cine, que vuelve a enseñarme como relacionarme con el resto.

Es un proceso solitario que registro en mi bitácora, escribo para sublimar ese amor descontrolado que no puedo manejar e intento hacerme cargo de los estragos. A través de las palabras me doy cuenta de los daños irreparables y también de este hombre inconcluso que no juega a medias tintas.

 

Woody Allen rescata el valor de la amistad

El flamenco de Paco de Lucía y Juan Serrano otorga vertiginosidad a las escenas, la guitarra hace vibrar esas emociones desbocadas y sin embargo la vida continúa. Existen las personas pasionales y valientes dispuestas a morir en el fragor de una relación (María Elena) y otras que tienen tanto miedo que se contentan con enlaces casi por conveniencia (Vicky).

La apasionada llega al punto del suicidio, del asesinato y al final encuentra la paz en soledad. Pero también hay sujetos que no saben desprenderse de una relación insana (Juan Antonio) y otras personas para las cuales es muy difícil involucrarse (Cristina).

Hay individuos más valientes, dispuestos a desnudarse, tienen miedo, pero igual se arriesgan. Son una fuerza de la naturaleza, mientras otros son inmovilizados por ese miedo, quizás saben que no soportarán una decepción. Habrá algunos tan aterrados que nunca tomarán un riesgo y se condenarán a estar solos. Todos ellos necesitan de amor o al menos de amor propio.

En la novela El amor de los caracoles (Juan Mihovilovich) se dice que éstos aman sin tener cerebro. Pero el amor debe ser sano y para los seres humanos la mente es la que potencia el amor, le otorga valor. No se deja llevar por una emoción pasajera y aquilata a la pareja que tiene al lado, con sus virtudes y defectos, es capaz de tomar buenas decisiones por los dos.

Por eso la locura extravía, uno se enamora perdidamente y no hay meditación de por medio. Así como el brote esquizofrénico aparece cada cierto tiempo y un día se repliega; así también otro desequilibrio químico aparta de la ruta y se extravía el camino, desaparece la intuición y el amor deja de tener sentido. Huyo despavorido porque me convierto en otra persona y este nuevo sujeto debe levantarse de nuevo.

En cierto modo, Woody Allen rescata el valor de la amistad, entre las amigas e incluso la amistad al interior de la pareja. Quizás pueda ser un lazo más estable que permite sobrevivir a las tempestades.

 

 

 

 

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Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968) es un ingeniero comercial titulado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios formales de estética del cine cursados en la misma casa de estudios (bajo la tutela del profesor Luis Cecereu Lagos), y quien también es magíster en gestión cultural de la Universidad ARCIS.

Como escritor ha publicado con gran éxito de crítica y de lectores las novelas Fear (Mosquito Editores, 2007), Tan lejos. Tan cerca (Simplemente Editores, 2011), El rincón más lejano (Simplemente Editores, 2013), El pasado nunca termina de ocurrir (Mosquito Editores, 2016) y las nouvelles Siempre me roban el reloj (Mosquito Editores, 2014) y El martirio de los días y las noches (Editorial Escritores.cl, 2015).

Además, ha lanzado los volúmenes de cuentos Sin besos en la boca (Mosquito Editores, 2008), los relatos y ensayos de Meditaciones de los jueves (Renkü Editores, 2013) y los textos cinematográficos de Reflexiones de la imagen (Editorial Escritores.cl, 2014).

Sus últimos libros puestos en circulación son las novelas Voces en mi cabeza (Editorial Vicio Impune, 2020), Miedo (Zuramérica Ediciones, 2021), Pensamiento delirante (Editorial Vicio Impune, 2023), Vivir atormentado de sentido (Editorial Vicio Impune, 2024) y la recopilación de críticas audiovisuales Hablemos de cine (Ediciones Liz, 2023).

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Aníbal Ricci Anduaga

 

 

Imagen destacada: Vicky Cristina Barcelona (2008).