[Entrevista] Antar Venegas Novakovic: «Este es un golpe bajo que llega desde el mundo del arte»

El hermano y principal heredero del desaparecido autor de la obra teatral «Ya no sueño contigo Augusto» comparte con el Diario «Cine y Literatura» el tortuoso proceso personal e intelectual que lo llevó a enfrentarse en la arena judicial a quienes resulten responsables por las evidentes similitudes argumentales que existirían entre el texto concebido por su pariente cercano, y el guion del premiado largometraje de ficción «El conde», escrito por el realizador Pablo Larraín Matte y el dramaturgo Guillermo Calderón Labra.

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 18.2.2025

Para el escultor en madera y mueblista Antar Venegas Novakovic (1972) conocer a la actriz Priscilla Guerra representó más que un hecho capital en su biografía: se enamoró de ella, fue su pareja por la respetable cantidad de ocho años, y gracias al vínculo con esta, pudo conocer a quienes luego serían importantes figuras de las artes escénicas locales.

Todavía Venegas recuerda con emoción y también por qué no anotarlo, placer juvenil, esas jornadas que se extendieron por casi tres años, cuando a fines de la década de 2000 acudía con regularidad al departamento que su novia Guerra compartía con las también actrices Emilia Noguera Berger y Mariela Mignot, en la calle de las Claras, pleno corazón del barrio Seminario en la comuna de Providencia.

A ese lugar de encuentro y de camaradería concurría —al igual que Antar— pero solo con fines amistosos y para nada románticos, el por entonces incipiente dramaturgo Pablo Paredes Muñoz, hoy director de la Secretaría de Comunicaciones del gobierno del Presidente Gabriel Boric Font.

«Paredes era muy cercano a la Emilia Noguera —recuerda Venegas— y en el sofá de ese living conversábamos y veíamos películas los tres juntos. Todavía les tengo aprecio, pese a que jamás me han dirigido una palabra de apoyo por la situación que enfrenta a mi familia con los hermanos Larraín Matte y su empresa Fábula», afirma contrariado.

Luego, entre otras ocupaciones, Pablo Paredes trabajaría como guionista para la citada casa productora, en largometrajes como Brujerías (2023), del director nacional Christopher Murray.

En paralelo, Antar Venegas se convertirá en el principal impulsor de una querella criminal en contra de quienes resulten responsables por el posible plagio del cual sería víctima el guion del montaje teatral Ya no sueño contigo Augusto (2004), una obra dramática escrita por su fallecido hermano Sebastián.

¿Sus motivos?

Las plausibles semejanzas argumentales que guarda este último crédito dramático, con el libreto del filme El conde (2023), grabado y producido a su vez por la compañía audiovisual Fábula.

Otra relación de Venegas con Pablo Larraín Matte, a fin de reflexionar acerca del azar en esta historia: en el año 2007, Priscilla Guerra, quien se acababa de graduar de la carrera de actuación en la Universidad ARCIS, fue seleccionada por Alfredo Castro —entre más de un centenar de otros postulantes—, para proseguir en el estudio práctico de la disciplina en el Teatro La Memoria, bajo la tutela del ya famoso intérprete.

Pero mientras la novia de Antar rendía este curso, y Venegas la iba a buscar cada vez que podía a las puertas del escenario de la calle Bellavista, un casi desconocido Pablo Larraín se reponía del fracaso comercial y crítico de su ópera prima Fuga (2006), y estudiaba teoría cinematográfica junto a Castro, en otro de los talleres que se impartían en los espacios de La Memoria durante aquella época.

Después, y con la actuación protagónica del mismo Alfredo Castro, Larraín levantaría el vuelo en su carrera como director audiovisual, con la realización de Tony Manero (2008), un largometraje de ficción que le reportaría buenas críticas en el Festival de Cannes de esa temporada, y premios en las competiciones de Turín, La Habana, Estambul y Varsovia.

No obstante, y en el registro de los acontecimientos ocurridos durante ese inolvidable 2007, Venegas recuerda un hecho de bastante singularidad, que retrata lo que significó para el también realizador de la película No su pasantía por el Teatro La Memoria: la participación actoral del entonces senador de la UDI Hernán Larraín Fernández en un montaje escénico dirigido por su propio hijo (Pablo), bajo el apuntalamiento y cobijo técnico de Castro.

«La situación provocó ruido, quejas y resistencia entre los demás alumnos y pasantes del laboratorio artístico», describe Antar, informado por las confidencias que le hacía en ese entonces su ahora expareja, en manifestaciones que se fundamentaban en un hecho polémico en la trayectoria política del antiguo integrante de la Cámara Alta en representación de la zona del Maule Sur: la férrea y pública defensa que Larraín Fernández hizo de la secta alemana Colonia Dignidad a lo largo de la década de 1990, y la cual todavía tenían presente en su retina mediática, quienes concurrían a estudiar al Teatro La Memoria, hace ya casi veinte años atrás.

Hasta que llegamos al último trimestre de 2024.

Priscilla Guerra se encuentra actualmente radicada en Australia, donde formó una familia bien lejos de Chile, Sebastián Venegas Novakovic falleció en 2017 a causa de la distrofia muscular de Becker que padecía desde el instante mágico de su gestación, y Antar lucha casi solo contra todos y también frente a la indiferencia de esa «industria» que pregona cada vez que puede su supuesto compromiso con los derechos humanos, dando cara (como dicen los españoles), por la integridad de la obra y el recuerdo de su hermano desaparecido.

La acción judicial iniciada por Antar Venegas a mediados de 2024 fue declarada admisible por el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago y hoy se encuentra en su etapa de investigación a cargo de la Fiscalía Local de Ñuñoa, en un proceso conducido por el persecutor adjunto de dicha repartición, Luis Muñoz Hamer.

Copiadas las declaraciones judiciales a lo autores del guion de El conde, Pablo Larraín Matte y Guillermo Calderón Labra, el caso podría experimentar un punto de inflexión luego de que en el próximo mes de abril, la Policía de Investigaciones le entregue al fiscal Luis Muñoz las conclusiones del peritaje encargado por este con el objeto de confirmar o bien de descartar las graves imputaciones contenidas en el libelo acusatorio, auspiciado por la familia Venegas Novakovic.

En espera del informe a estas alturas casi definitivo que emanarán los expertos de la PDI —a fin de la continuación de la investigación—, y previsto en su evacuación para el cuarto mes de este año 2025, las nuevas diligencias solicitadas por la parte querellante se mantendrán en suspenso.

 

Sebastián Venegas Novakovic

 

«No mostraron compasión con los Matute Johns»

—¿Les preocupan las acciones que pueda emprender la familia Larraín Matte como respuesta a este caso?

—Nos preocupa. Pablo y Juan de Dios son hijos de un exministro de justicia y derechos humanos. Claro que nos preocupa en qué va a terminar todo esto.

La productora Fábula ya mostró en el pasado reciente una actividad de poco respeto al derecho de autor y a la propiedad intelectual ajena en el caso de la serie La jauría al utilizar en su campaña de difusión un afiche de la ilustradora Corinne Reid titulado Wild Wolf.

También hay un antecedente en la utilización de la imagen del personaje de Dylantero.

Una de las características psicológicas de los plagiarios es su fuerte compulsión por robar y su esterilidad e impotencia creativa.

Gran parte del trabajo audiovisual de Fábula está basado en crónica roja. Buscan hechos de sangre en prensa para convertirlos en películas. No mostraron compasión con los Matute Johns, y la familia tuvo que acudir a la Comisión de Cultura en el Congreso para ser escuchados. Claro que nos preocupa quienes son.

Tenemos testimonios, respaldados en correos electrónicos de una dramaturga que ofreció historias policiales al canal de televisión MEGA, historias que fueron rechazadas por la subgerenta de programación Manuela Velasco Ahumada el año 2019 y que luego habrían aparecido en las series La jauria y Juegos de poder.

La escritora no demandó por falta de dinero. Los casos prescriben y todo se olvida.

 

«Los actores esperan su oportunidad de una alfombra roja»

—¿Han tenido algún apoyo por parte de la comunidad artística chilena hacia la memoria de Sebastián, luego de interponer una querella que en última instancia apunta hacia un filme realizado por la productora Fábula?

—Nada. El mundo del teatro, los actores y dramaturgos han guardado silencio. Creo que ellos esperan su oportunidad de una alfombra roja.

También los organismos chilenos que se supone protegen los derechos de autor nos dieron con la puerta en la cara. De todas formas, entiendo eso. Nuestra contraparte es poderosa, tienen directa relación con el sistema judicial chileno. Me refiero, a que esta afirmación es un dato de la realidad.

Conocí muchos actores y dramaturgos durante esos ocho años de contacto con el mundo del teatro. Nadie nos ha contactado para decir nada.

 

«Nos han ignorado»

—¿En el contexto de este procedimiento judicial ha surgido algún intento de resolver el conflicto fuera de los tribunales entre la sucesión de Sebastián (ustedes) y los encargados visibles de la productora Fábula?

—Lo hubo por nuestra parte.

En efecto, le escribimos una carta a Pablo Larraín. Intentamos hablar con él, pero nos respondió Jorge Iglesias, un abogado de Fábula muy versado en propiedad intelectual y derecho de autor.

Desde ese momento nos han ignorado.

 

«En la carpeta del fiscal no se encuentra el guion de la película ‘El conde'»

—¿En qué etapa se encuentra la investigación penal en la actualidad?

—Llevamos un año y medio de investigación y en la carpeta del fiscal Muñoz Hamer no se encuentra el guion de la película El conde.

Está el guion de mi hermano, pero no tenemos acceso al texto de Larraín y de Calderón Labra.

¿Cómo es eso?

Ni siquiera sabemos si la película de Fábula se inscribió efectivamente en el Departamento de Derechos Intelectuales. Me pregunto cuándo voy a poder ver ese guion. Ellos tienen el de mi hermano y nosotros no podemos leer el de ellos, ¿qué es esto?

 

«El plagio representa una violación de derechos íntimos»

—¿De qué manera los ha afectado este proceso judicial en su cotidianidad familiar?

—Este es un golpe bajo que llega desde dentro del mundo del arte. Estamos observando cómo nuestro hijo y hermano muere por segunda vez. Esa es la muerte del autor. Estos vampiros literarios, amparados por la quietud de la muerte, robaron parte del espíritu creativo de mi hermano y luego de eso lo abandonaron.

Son verdaderos vampiros robando historias de vampiros. El plagio representa una violación de derechos íntimos, un despojo, una traición, un crimen.

Después de todo tal vez Rodrigo Bazaes tenga razón cuando dice al recibir el premio Platino a mejor Dirección de Arte que: ‘los vampiros sí existen y que no olvidemos, que cada tanto reencarnan, que no tienen colmillos, pero asolan nuestros bellos países y viven también de la sangre del pueblo’.

 

«‘El conde’ de Larraín y Calderón es un comentario de la obra de teatro ‘Ya no sueño contigo Augusto'»

—¿Cuáles son las principales similitudes argumentales entre el libreto de Ya no sueño contigo Augusto y el guion de El conde?

—Es una pregunta interesante. Acá no se robaron un auto. Esto es un tipo de apropiación indebida sofisticada. En la técnica de plagio este es uno llamado ‘elaborado’ o ‘inteligente’, es decir, hecho de tal manera para que sea muy difícil probarlo. Pero se puede.

Diría que se robaron todo. No hablaría de ‘principales similitudes’, en estos casos todo puede ser relevante.

Pablo Larraín le dice a Netflix en una entrevista que lo más difícil de lograr en la película fue: ‘encontrar el tono correcto, ese equilibrio de la sátira, la farsa’.

Bueno, ese ‘tono correcto’ lo propuso Sebastián en 2004. Era la primera vez que se hacía. Representar a Pinochet en el espesor de una biografía satírica que contara desde la ficción vampírica de donde venía y cómo terminaba este Pinochet vampiro.

Larraín también se refiere a esta como la ‘metáfora más fácil de todas’, siendo que nadie conoció o relacionó antes a Pinochet con la imagen del conde Drácula y, menos, llamarlo ‘Conde’.

Ese apodo ‘Conde’ no tiene vida antes de las ocurrencias de mi hermano. Se lo robaron todo.

Luego están las semejanzas. Son muchas, pero no están realizadas desde la literalidad de los guiones, sino desde las estructuras e imágenes que propuso Sebastián.

Piensa en los vuelos del Conde volando como Superman en dirección hacia La Moneda, tremenda imagen. Los elementos para construir esas escenas están todos en el guion de la obra de teatro. Piensa en cómo comienza y termina la película.

Explican cuestiones argumentales, otra vez, imaginadas primero por Sebastián. El pasado del Conde es uno surgido en la monarquía, uno de reinos y estandartes y su final es luego de realizarle un exorcismo. Eso se llama plagio.

Todos los elementos están ahí. Para mi El conde de Larraín y Calderón es un comentario de la obra de teatro Ya no sueño contigo Augusto. Si sacas los ‘rasgos admirables’ tomados de la obra de teatro, la película se cae, no queda nada.

Imagina que esto sucede al revés, que la obra de mi hermano es presentada luego del estreno en Netflix de la película El conde. ¡Imagina eso, por favor! Que Sebastián sale defendiendo su ocurrencia original.

‘Oye, ¡mira la obra que se me ocurrió!, ¡trata de un Pinochet vampiro llamado Conde!’.

¿Y aquí no pasa nada?

¿Cómo es eso?

¿Calderón no reclama?

Y Larraín dice: ‘ah, son coincidencias no más’.

No lo creo.

 

«El Departamento de Propiedad Intelectual tiene en su registro a ese personaje desde el año 2004»

—En la obra teatral de Sebastián Venegas se bautiza a Augusto Pinochet como un vampiro y también se le llama «el Conde». ¿Demasiada coincidencia?

—Más que coincidencias las llamaría ‘operaciones textuales’ o ‘maniobras de apropiación’ o ‘dispositivos textuales de ocultación’, si tu quieres. Hay abundante literatura sobre estos mecanismos para convertir una obra en otra, disimuladamente.

Esto es como apropiarse del Gato con botas. Cualquiera pudiera escribir sobre ‘gatos’ y cualquiera también sobre ‘botas’, pero sobre un ‘gato con botas’, eso está más difícil.

Lo mismo pasa con un Pinochet vampiro llamado el Conde. Adelante con historias de Pinochet y de vampiros y que se continúe con otros relatos sobre condes. Pero juntar todo eso de nuevo…

Creo que el Departamento de Propiedad Intelectual tiene en su registro a ese personaje desde el año 2004 y pertenece a Sebastián Venegas Novakovic.

 

«El mundo del teatro es pequeño»

—¿De qué manera podría haber acontecido que los autores Pablo Larraín y Guillermo Calderón hayan conocido el texto de Sebastián Venegas, con anterioridad a concebir ellos la idea del filme El conde? ¿Tienes una idea o noción al respecto?

—Si, la tengo. El mundo del teatro es pequeño, lo conocí bien.

El guion de Sebastián participó en un concurso de dramaturgia, es decir, un jurado recibió copias, estudió el texto y dio a la obra por ganadora.

Luego hubo un grupo de estudiantes que fueron convocados para el montaje del mismo, estos alumnos conocieron la obra. También fue subida a internet, con portada original y todo.

Priscilla Guerra fue amiga, alumna y colega de Marcelo Alonso (quien encarna al vampiro Strigoi en el filme El conde) y lo mismo de Alfredo Castro (el sirviente Fyodor en ese largometraje).

También estudió el mismo año en el Teatro La Memoria con Pablo Larraín, en 2007, creo. Ella estudiaba teatro y Larraín cine.

Además, Priscilla fue compañera de departamento de Mariela Mignot (quien actúa en El conde en el rol de una prostituta secundaria) junto a Emilia Noguera. Puedo dar fe de eso porque visité esa dirección en calle de las Claras por casi tres años.

Ahí también conocí al dramaturgo Pablo Paredes. Ahora pienso en todos ellos, nunca recibimos una llamada, un apoyo, nada.

 

«Un premio de $700 mil destinados al montaje de la obra»

—¿En qué consistió el premio que obtuvo tu hermano en el concurso convocado por la Universidad Arcis en 2004, por el libreto de Ya no sueño contigo Augusto?

—Entiendo que fue un premio de $700 mil destinados al montaje de la obra.

Luego de ganar, el grupo convocado para el montaje trató de convencer a Sebastián de prescindir de algunos diálogos extensos y en especial se requería eliminar el acto segundo titulado ‘La fortuna: Farsa de la reconciliación y trifulca del castigo’, demasiado largo e irrelevante, aparentemente, para el montaje.

Finalmente, y luego de fracasar en los intentos de adaptar el texto, se devolvió el monto total premio a la Universidad ARCIS.

 

«El de María Soledad Lagos es el único nombre que tenemos de ese jurado»

—¿Recuerdas los nombres de quiénes participaron en el jurado de dicha instancia?

—El de María Soledad Lagos es el único nombre que tenemos de ese jurado. Esperamos lo que pueda proporcionarnos de novedoso la Fiscalía al respecto

 

«La obra nunca se montó»

—¿Alguna vez se montó o se preparó la puesta en escena de la obra «Ya no sueño contigo Augusto»?

La obra nunca se montó. Años después Sebastián hizo algunos intentos por llevarla a escena, pero su condición física siempre jugaba en contra de esos proyectos de envergadura. Después de un tiempo desistió.

Guardó esa obra para siempre, como lo hizo con tantas otras, algo común entre artistas creo. Mi madre siempre le decía que siguiera intentando llevarla a escena.

Sí, el grupo convocado logró trabajar en la puesta en escena. Entiendo que Priscilla dedicó más tiempo a eso, por la cercanía con Sebastián.

 

—Si se intentó hacerlo, ¿quiénes participaron de ese proceso artístico?

—Todos eran estudiantes en ese momento.

Los ahora actores Mario Horton, Omar Morán, Constanza Gómez, Gustavo Yáñez y Priscilla Guerra, iban a formar parte del elenco de ese montaje que finalmente nunca se produjo.

 

«El tabaco que salía de la pipa del profesor Byron Boyd»

—¿Podrías describirnos en breves líneas los principales hitos de la biografía y de la personalidad autoral de tu hermano Sebastián?

—Sebastián llegó a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile después de recibir muchos portazos (‘Hay mucha escalera acá —le decían— no tenemos ascensor para silla de ruedas’).

En el Campus Juan Gómez Millas, con escaleras y sin ascensor le abrieron las puertas de par en par. Diez años pasó en esas salas pasadas a trementina y a tabaco que salía de la pipa del profe Byron Boyd.

Creo que mi padre fue el de la idea de que estudiara arte. La obra pictórica de mi hermano es autobiográfica. Sebastián se pintaba en el mundo y al mundo en él. Algo así.

También escribía mucho. Dejó varios textos inéditos y uno sin terminar titulado De los límites o de una metafísica del cuerpo.

A ese texto me tengo que acercar con traje de plomo, es tremendo, difícil de leer para mí. Trata de él y de la distrofia muscular que sufría. Algún día tendré el valor de editarlo y de compartirlo.

 

 

 

 

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La obra «Ya no sueño contigo Augusto» fue inscrita como propiedad intelectual en 2004

 

 

 

Antar Venegas Novakovic

 

 

Imagen destacada: Antar Venegas Novakovic.