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[Entrevista] Escritor Pablo Jofré: «Traducir poesía es desafío, aprendizaje y frustración»

El poeta y periodista chileno, quien actualmente reside en la ciudad de Berlín, y es autor de reconocidos volúmenes como «Abecedario» (2012) y «Usted» (2013), dialoga con nuestro medio a causa de su publicación con la Editorial Cuarto Propio, de una versión en castellano de los versos tempranos de la Premio Nobel de Literatura 2004, la provocadora creadora austriaca Elfriede Jelinek.

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 30.8.2021

La antología fin (Cuarto Propio, 2021), publicada originalmente en 1980, reúne toda la poesía escrita por Jelinek entre 1966 y 1968, luego de que la escritora dejara los estudios de dramaturgia e historia del arte. Traducidos por Pablo Jofré, estos poemas enfocan a los oprimidos, especialmente a las mujeres, para posicionarlas en un lugar protagónico.

En fin hay, también, muchas imágenes orgánicas que sugieren un origen primitivo, animalizado, y una evolución de las especies: arterias, venas, sangre, huevos, las estaciones, el sol, la luna, pájaros. El volumen presenta esta construcción de ciclos vitales.

Conocida es la historia detrás del Nobel de Elfriede Jelinek: un miembro de la academia sueca renunció, a modo de protesta. Desagradable, “violenta pornografía” fueron sus palabras para la narrativa de la austríaca.

Su propuesta, descrita como visceral, no pasa inadvertida; de hecho, provoca reacciones exaltadas, resistencias que ponen a prueba los tabúes con los que circulamos socialmente. Su forma de contrastar la realidad con las palabras resulta en una lectura arriesgada, subversiva, y en un “producto” reacio al consumo masivo o rápido de las tendencias editoriales comandadas por el mercado.

De hecho, gran cantidad de textos evaden la publicación y permanecen disponibles en su página oficial, para ser compartidos sin mediaciones editoriales. No es raro, entonces, que no haya más traducciones de sus reveladores textos.

Por eso, fin es una bienvenida y necesaria aportación, pues nos entrega una muestra única de la poesía de Jelinek, piedra angular de su obra.

 

Elfriede Jelinek

 

«Lo contemporáneo y provocador del teatro de Jelinek me atrajo hacia su poesía»

—En las ediciones de Jelinek, generalmente vemos alguna nota de la traducción o algún prefacio o introducción, a veces una entrevista a la autora, ya que, sin duda, el trabajo de traducción es especialmente desafiante; el delicado trabajo requiere de discusión e interacción continuas, para conseguir el efecto que caracterizan sus narraciones, concebido como una estructura “composicional”, como describe la misma Jelinek su “estilo”, refiriéndose también a su instrucción como música. ¿Cómo enfrentaste esta traducción?

—Aterrizo en los poemas de Jelinek con su obra, biografía y crítica posterior; fue desde ese corpus como abordé la primera parte del trabajo, con un perfil psicológico bastante definido de la autora, uno que se iba definiendo a medida que traducía.

También trabajé con las traducciones en francés e inglés de su poesía para lo que me ayudó la Universidad de Viena. Avanzada la traducción, participó entre otros en la poeta y traductora Camila Fadda Gacitúa que me hizo valiosas correcciones.

En total, fueron unos dos años y medio de trabajo.

 

—Aunque en este volumen las contingencias sociales y los contextos históricos aparecen más opacados, igualmente vemos una serie de denuncias políticas, por boca de voces “oprimidas”. Jelinek es una autora prolífica. ¿Por qué no hay más traducciones de sus textos? ¿Cómo decidiste seleccionar este compendio?

—Andaba yo haciendo una investigación creativa para mi propia escritura, buscaba textos que estuvieran en la intersección entre dramaturgia y poesía para seguir una línea de trabajo muy concreta que tenía en mente, y ya había visto en ese sentido algo de la poesía de Heiner Müller.

Pero lo contemporáneo y provocador del teatro de Jelinek me atrajo hacia su poesía, la ópera prima de toda su obra. También me motivaba que desde Chile se publicara por primera vez su poesía en castellano, aunque casi al mismo tiempo se publicó también en Madrid.

Los textos de Jelinek son un tejido de varias capas y de una complejidad muy bella que a veces se parece a la prosa de Gabriela Mistral, otra Nobel cuya prosa ha sido poco traducida, yo creo que por la misma razón: la dificultad en la traducción requiere un tiempo que a la vez se traduce en un coste económico muy alto para las instituciones colaboradoras. Están las traducciones académicas como parte de una investigación o de una tesis, pero pocas veces sale de ese ámbito.

Una de esas excepciones fue la edición madrileña: un estudio muy interesante que incluyó muchos poemas de Jelinek traducidos. Este tipo de traducción es el que tiene comentarios o pies de página, yo quería que mi traducción fuese leída como un libro de poemas de una escritora viva con toda la escenografía que implica: poemas en castellano y no traducciones de poemas.

 

«Cada poema fue un mundo»

—¿Qué decisiones de edición tomaste en esta traducción? Hay cierta experimentación sintáctica y espacial en varios poemas.

—La primera fue que la traducción apareciera en un libro unilingüe, esto en parte por razones de performance de la lectura, entrar en un universo que ya de por sí es complejo iba a ser más difícil en bilingüe.

La segunda razón del unilingüísmo fue que me da un punto más de libertad al no estar todo el tiempo comparado, traduzco distinto para libros unilingües o para bilingües, claro.

Y es que en el poemario traducido editado en un solo idioma el poema es poema, y no la traducción de un poema (una etapa anterior) o el estilo antiguo de traducir poesía que era transcribir su interpretación.

A partir de ahí cada poema fue un mundo, y yo me acerqué tanto como pude a una traducción fiel, también de lo que ella intentaba provocar, por lo que las decisiones de edición son tantas como poemas, transversalmente algunas fueron dejar los objetos referentes a lugares o a productos sin traducir; también el intentar buscar la misma anchura de los versos, en alemán muchos conceptos pueden ser una sola palabra larga que en castellano son dos, tres o más, en esos casos busqué alternativas lo más cortas posibles para acercarme a la imagen original; no simplifiqué o transcribí mi interpretación de los poemas, ni los «narrativicé» para darles sentido; traté siempre de traducir al castellano de Chile.

Sobre la experimentación sintáctica: tuve que hacer el mismo juego que Jelinek en el original desde palabras o conceptos distintos; el ejercicio fue: traducir literal, desvelar el objetivo del juego, corregir la traducción y experimentar de la misma manera.

 

«No es posible volcar la experiencia completa sino acercarla»

—¿Cuáles fueron los más complejos de traducir?

—¡Casi todos! Especialmente aquellos en los que juega con los significados de ciertos prefijos, a veces ahí hay que cambiarse de palabra, buscar en otros conceptos cercanos con los que se pueda replicar el juego.

La dificultad fue homogénea, en ese sentido, los más complejos de traducir fueron los más largos y al contrario los menos difíciles, los más cortos.

 

—Culturalmente, ¿hay una sensación de impotencia o falta de conclusión/traspaso?

—¡Por supuesto! Traducir poesía es casi siempre y al mismo tiempo desafío, aprendizaje y frustración, a esto último sobre todo porque no es posible volcar la experiencia completa sino acercarla, especialmente cuando se usan palabras justamente por su polisemia, en este caso hay que elegir uno de los significados, aunque hay casos de felices coincidencias.

 

***

Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).

Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, y Dame pan y llámame perro, y los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.

Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«fin», de Elfriede Jelinek (Editorial Cuarto Propio, 2018)

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Imagen destacada: Pablo Jofré.

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