La joven narradora chilena debuta en el circuito literario nacional con su volumen de cuentos titulado «Islas de calor» (2022), publicado vía La Pollera Ediciones, y donde expresa y revela un sensible análisis acerca del concepto de feminidad.
Por Nicolás Poblete Pardo
Publicado el 26.3.2022
Islas de calor, de María Luisa Furche Rossé, un conjunto de cuatro relatos, es una de las últimas novedades a cargo de La Pollera Editores, una casa impresora que ha ido ampliando su catálogo con necesarias y diversas propuestas, y una de las pocas que edita poesía, crónica, ensayo y entrevistas.
Como el título sugiere, el calor es una amenaza omnipresente en cada uno de los cuentos; una amenaza que se torna real, concreta, a través de fuegos, oleadas mortales y extinciones tanto físicas como psicológicas.
Malu Furche despliega sus narraciones, “valiéndose de una escritura ágil y concisa”, indica el blurb que, asimismo, se detiene en la atmósfera que invade su imaginario: un mundo “que aún no acaba y que agoniza lentamente como sus habitantes, capaces de adaptarse incluso a una tragedia universal”.
Furche, nacida el año 1988, es licenciada en estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile y obtuvo un máster en escritura creativa en la Universidad de Nueva York.
Islas de calor es su primera publicación.
Referencias a Luis Buñuel
—En “Vivir así” Mónica se debate en una ola de calor que incluye una lucha con su empleada, Pastora, con quien tiene una relación compleja, conflictiva. Aquí se cruzan varios temas: la migración campo-ciudad, la disociación entre clases sociales, la funesta idiosincrasia del hombre/macho chileno, la carga religiosa (Dios) y la imposición de convenios patriarcales (el matrimonio). Háblanos de estos espacios que narras.
—Pastora fue uno de los primeros cuentos que escribí. Cuando lo hice estaba inspirada en la imagen de un mendigo acampando en pleno verano: él tenía un carro de supermercado con un par de pertenencias y un techo de plástico, improvisado, que lo protegía del calor. Esta imagen coincidió con ver de nuevo Viridiana, de Luis Buñuel.
En la película, en un acto de culpa y generosidad, una exnovicia refugia a un grupo de mendigos pero la situación se le sale de control y los mendigos no se quieren ir de su casa. Esto lo cuento, porque son imágenes que preceden a las protagonistas del cuento, Mónica y Pastora.
Y volviendo a Buñuel, me interesaba que en este contexto de ola de calor —donde muchas personas no pueden seguir habitando sus casas justamente por las altas temperaturas—, alguien tuviera una acción al estilo Viridiana. Ahí aparecieron Pastora y Mónica, y esta casa inmensa de la que Pastora debe hacerse cargo cuando Mónica queda postrada.
Y a medida que iba trenzando el cuento, se hizo necesario contar cómo estas dos mujeres se conocieron, llegaron a vivir juntas y se necesitaron mutuamente. Escribiendo la historia de ambas, me pareció interesante que ninguna de las dos hubiera crecido en esa casa, por ejemplo. Mónica la hereda y después de casarse migra allí con su primo/esposo y Pastora.
La casa los va consumiendo y entre sus pasillos, piezas, muebles, jardines, van apareciendo distintas cosas: la culpa, la infidelidad, el abuso, la generosidad, la dependencia, el empoderamiento.
Las lógicas patriarcales
—El final de “Vivir así” ofrece un tipo de justicia (o, por lo menos, una profundización en las emociones de Pastora). ¿Cómo pensaste este desenlace?
—A mi me gustan las historias donde los personajes que uno quiere ganan. Y en mi caso, yo quiero mucho a Pastora, y tenía ganas de que lo tuviera todo (perdón el spoiler). Y con eso en mente, todo lo que iba escribiendo me llevaba hacia ese desenlace. Donde además me parecía interesante explorar el hecho de que Pastora, no solo se quedara con la casa, sino también con los nietos de su patrona, sumado a un grupo de personas a su servicio.
En ese sentido, Pastora conquista un reino y establece sus propias reglas y jerarquías.
Encerradas con su agresores
—También vemos una mujer asediada en el inicio de “La Atacama”. Luego la voz narrativa revela: “Susi es todo para mí… me recogió de la calle el mismo día en que me echaron de mi casa por gorrera y mala madre…”. Y en “Animales de calor”, Natalia confiesa que ha cumplido 22 años y que su papá ni siquiera la saludó. El ambiente está decorado por el toque de queda que oprime a los cuerpos, en particular a los cuerpos femeninos…
—Considerando que los cuerpos femeninos son constantemente oprimidos en el cotidiano, que lo siguieran estando en un contexto extremo no tiene nada de raro. Pienso en las mujeres que en medio de las cuarentenas se quedaron encerradas con sus agresores, por ejemplo.
En ese sentido, no es solo el toque de queda es lo que oprime los cuerpos de las protagonistas, sino todo un entorno, que si bien se desestructura, sigue operando con las mismas lógicas patriarcales y replicando estructuras de poder.
—El último cuento, “La viuda y la virgen”, vemos a la sobreviviente de un incendio: la viuda. Ella parece tener más agencia y utiliza un discurso entre religioso (la Virgen) y supersticioso para su beneficio, pero el precio de su astucia lo paga caro. ¿En qué condiciones puede luchar la mujer?
—Aunque discrepo con la idea de que la Viuda paga caro el precio de su astucia —aunque también me gusta que las lecturas excedan mis impresiones como autora—, creo que el libro completo se trata de cómo distintas mujeres usan lo que tienen a mano para sobrellevar esta ola de calor.
Pastora con la casa de Mónica, Tiare en el bar y Susi con el bar, Natalia con el taxi de su papá, y la Viuda con la Virgen. Y más allá del libro, creo que al final las mujeres hacemos frente a lo que nos toca con lo que tenemos a mano, de eso nos agarramos y seguimos.
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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).
Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, y Dame pan y llámame perro, y los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.
Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).
Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: Malu Furche.