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[Entrevista] Manuel Gárate Chateau: «La figura de Augusto Pinochet está siendo olvidada por las generaciones más jóvenes»

El destacado historiador y cientista político nacional acaba de publicar la sugerente monografía «La creación de un monstruo», en donde reflexiona e interpreta, acerca de las imágenes con las cuales representó y simbolizó al ya mitificado dictador chileno la prensa extranjera, desde que su efigie saltara al interés mediático mundial en septiembre de 1973.

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 23.10.2023

Manuel Gárate Chateau (Santiago, 1972), profesor de historia y ciencias sociales y PhD en historia y civilizaciones, se ha especializado en la trayectoria reciente de nuestro país a través de publicaciones como La revolución capitalista de Chile (1973 – 2003) y asimismo, mediante su labor de investigación en el Instituto de Historia del Tiempo Presente, en Francia, y también, pero en el ámbito académico, en su rol de docente del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Ahora, presenta su flamante publicación La creación de un monstruo, a cargo de Ediciones Universidad Alberto Hurtado.

El fascinante compendio consolida un estudio muy original, con el subtítulo: «La imagen de Augusto Pinochet en caricaturas de prensa extranjera», donde el autor hace confluir representaciones icónicas que van desde las creadas por el artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, hasta las publicadas por Le Monde, The Guardian, La Vanguardia, el Daily World, New York Times, The Observer o Charlie Hebdo.

Así, el blurb de la publicación está a cargo de Juan Cristóbal Peña, quien comenta: «Como queda en evidencia en estas páginas, el general que poco menos de un mes después de jurar lealtad al presidente Salvador Allende protagonizó un sangriento golpe de Estado en su contra, es quizá el más universal de los personajes chilenos y también uno de los dictadores íconos del siglo XX».

Peña se refiere a esa: «primera imagen que le regaló al mundo», la del militar de lentes oscuros y brazos cruzados junto a un entourage de oficiales golpistas, y destaca la «agudeza y el rigor» con la cual Manuel Gárate Chateau ha elaborado esta publicación.

El connotado periodista, dice que Gárate: «propone en este libro una mirada original sobre el dictador chileno y el modo en que la cultura de masas construyó un imaginario en torno a su opaca figura».

 

El humor: una especie de remedio del alma

—»En el principio estaba la imagen» es el capítulo inicial donde se plantea el alcance de esta publicación. Se trata de un libro en torno al general, pero «no respecto a su biografía», sino que sobre su representación imaginada, temida, admirada, odiada y caricaturizada, que genera «una suerte de monstruo». ¿Cómo se salda el riesgo de caricaturizar el horror?

—Creo que es importante hablar del horror y no sellarlo con el silencio. Es importante recordar que el humor, incluso en las situaciones más dolorosas, es una especie de remedio del alma; una forma de soportar aquello que nos agobia.

El humor ayuda a romper las redes del miedo, y por eso, una de las primeras cosas que hace cualquier dictadura de izquierda, de derecha o fundamentalista, es censurar el humor, especialmente cuando aquel está dirigido a quienes gobiernan.

 

«Las barreras del silencio y del miedo»

—En «Augusto Pinochet entra en escena» compartes la sorpresa que generó en 1998 la detención de Pinochet: «¿Acaso alguien podría haber imaginado que un viaje a Londres… cambiaría radicalmente la historia reciente de Chile y de la justicia penal internacional?». A 25 años de ese fenómeno, ¿cómo ves esta retrospectiva, a nivel social, en nuestro país? ¿Cómo crees que este cambio radical es percibido por los diversos rangos generacionales?

—Creo que la figura de Augusto Pinochet está siendo olvidada por las generaciones más jóvenes, y eso es normal que suceda. Ya no representa una presencia constante en la historia de Chile. Sin embargo, su herencia institucional y económica sigue siendo un tema de diputa permanente.

Lo importante de los acontecimientos de Londres, entre 1998 y 2000, es que rompieron las barreras del silencio y del miedo que lo tenían convertido en un actor político relevante.

Recordemos que era senador vitalicio y se consideraba a sí mismo como una especie de bisagra de la transición. A su regreso, la imagen era la de un anciano enfermo, liberado por razones humanitarias y posteriormente procesado por temas económicos y también por causas de derechos humanos. Finalmente fue desaforado y sometido a proceso aunque dejado en libertad por razones de salud.

 

«Existe en la derecha una relación ambivalente con Pinochet»

—»El ocaso del dictador y su imagen en la cultura pop» enrostra, principalmente a la derecha y sus fans, la faceta ladrona del dictador, un aspecto que provoca una herida a la moralina más fascista, cuya prioridad no es el factor derechos humanos. Ahí se incluye la imagen de Sergio Langer. Al fondo del cuadro, una mujer dice, en un globo: «Pinochet padece una rara enfermedad… cada vez que lo reclama la justicia, hay que internarlo de urgencia». ¿Cómo juzgas esta disociación?

—Existe en la derecha una relación ambivalente con Pinochet. Un sector, el más radical aunque hasta hora minoritario, lo defiende y aún lo considera como una suerte de héroe que liberó a Chile del marxismo.

Sin embargo, la mayor parte de la derecha prefiere rescatar el legado económico e institucional de la dictadura militar, pero tratando de dejar fuera a Pinochet y a sus más cercanos, especialmente tras el escándalo de las cuentas del Banco Riggs.

Les resulta imposible convertirlo en un héroe, pues la imagen de la traición a Allende (Prat, Leigh, Contreras y otros cercanos) lo persigue; pero sobre todo el hecho de que muchos reunieron dinero en Chile para ayudarlo a costear sus gastos durante su estadía en Londres (la casa de Virginia Waters y el alto costo de sus abogados), sin saber que poseía numerosas cuentas en el extranjero con grandes sumas de dinero.

La idea del enriquecimiento ilícito y el engaño es lo que a muchos de sus antiguos seguidores les resulta imposible justificar.

 

Ver, imaginar y sentir el pasado

—Hacia el final del libro, en el mismo capítulo, refuerzas la tesis de tu publicación y destacas esta «estética del mal de la cual Pinochet jamás pudo deshacerse ni siquiera en el momento de su muerte». En el comienzo, adviertes sobre los alcances de tu investigación, que no persigue la gran historia, «aquella con mayúsculas». Con el advenimiento de los estudios culturales y las revisiones y autocríticas que se han hecho para sacar esa mayúscula de la noción de historia, ¿cómo crees que han cambiado las formas de percepción y representación de los traumas históricos?

—Creo que la historia puede escribirse en diferentes registros, formatos y temporalidades. Así como no hay una historia oficial, tampoco existe una sola manera de escribirla. Lo interesante de la historiografía producida en clave cultural es que permite estudiar y adentrarse no sólo en los acontecimientos y procesos del pasado, sino que también en cómo fueron vistos e imaginados, incluso también «sentidos».

Así, el libro propone una lectura no de lo que hizo Pinochet como sujeto histórico, sino más bien de cómo se lo imaginó el mundo, o una buena parte de él. Así también podemos conjurar nuestros propios miedos y comenzar a visitar la dictadura chilena no sólo con la mirada de la historia nacional, sino también con sus múltiples conexiones internacionales.

El periodo 1970 – 1990 puso a Chile en los libros de historia mundial, aunque fuese por las consecuencias de una larga dictadura militar.

Pinochet terminó siendo el villano de una versión caricaturizada de una historia bastante más compleja. Pero no por eso deja de hablarnos de la realidad del los crímenes y restricciones a la libertad que ocurrieron en Chile durante esos años.

 

 

 

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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).

Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, Dame pan y llámame perro, Subterfugio y Succión, además de los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.

Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«La creación de un monstruo» (Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2023)

 

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Imagen destacada: Manuel Gárate Chateau.

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