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[Entrevista] Mimmi Kass: «El erotismo es una parte inherente del ser humano»

Una de las mayores escritoras del género romántico y sexual —en lengua castellana, y de la actualidad—, conversa con este medio acerca de su singular biografía y de sus desafíos creativos y autorales, luego de presentar su nueva y esperada novela, titulada «De amor y vodka».

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 30.6.2024

Javiera Francisca Hurtado Díaz (Valencia, 1980) —quien escribe bajo el seudónimo de Mimmi Kass—, adoptó su nombre de bautizo literario en homenaje a una de sus abuelas, de quien, asimismo, adquirió la devoción por los libros, el entusiasmo por los viajes, y el empeño por buscar la belleza en la cotidianidad otorgada por los minúsculos acontecimientos.

En esa línea, Kass se define como una mujer española de nacimiento y chilena de sangre debido al origen de sus padres: «Amo las humitas y también la tortilla de patatas, me encanta veranear en Mallorca y también en la Carretera Austral. Adoro esquiar en El Colorado y también en los Pirineos. ¿Por qué limitarse a un país o a una cultura, cuando ambas me aportan tanto? Soy las dos», afirma en esta entrevista, la carismática autora.

Médico pediatra de profesión, la escritora estudió su pregrado en la Pontificia Universidad Católica de Chile (1998 – 2004), y luego siguió un máster de cardiología en la Universidad San Pablo Ceu (2018-2019), para continuar especializándose en neonatología, esta vez en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (2020 – 2021).

En la actualidad, se desempeña como pediatra en la planta del Hospital Provincial de Pontevedra, en Galicia, España, lugar donde vive junto a su esposo e hijos, y desde donde regresa continuamente a Chile cada año, a fin de reencontrarse con su familia y con sus rincones favoritos.

Tras la crianza de sus niños, surgió la necesidad de mostrar públicamente sus historias literarias e inició una carrera como columnista, y comienza a incursionar con gran éxito en el blog de sexualidad Volonté, una plataforma editada por la famosa marca sueca de objetos eróticos, LELO.

Así, en 2016 lanzó su primer libro, Radiografía del deseo —el primero de la saga «En cuerpo y alma»— y un año más tarde Harper Collins editó su volumen Ardiendo. Desde ese acontecimiento, todos sus volúmenes se han posicionado en el top 1 de ventas en Amazon, en la categoría de romance erótico.

Luego, en 2019 obtuvo el XII Premio de Novela Romántica Terciopelo, otorgado por la editorial Roca, por su obra Bajo la aurora boreal.

Finalmente, en 2022 inició su camino con el Grupo Planeta, y presenta la trilogía erótica Fetiches, así como Síntomas de locura, la primera novela de «De carne y hueso», una nueva saga literaria, de la temática que se ha transformado en su especialidad estética: el romance médico.

Con Radiografía del deseo se reedita su texto de ficción más mediático, con una nueva cubierta, una corrección de estilo revisada y explícitas escenas inéditas, las cuales entregan una trama cargada de pasión física, biología, suspenso emocional y por supuesto, que no podía faltar, un desbordante placer sexual:

«En mis novelas encuentras masturbación femenina, mujeres que saben lo que quieren y lo buscan, protagonistas empoderadas que no tienen miedo de su propia sexualidad o, si lo tienen, lo superan y no necesitan a un hombre para que les muestre el camino», explica Kass en esta conversación con el Diario Cine y Literatura.

Ahora, acaba de publicar De amor y vodka (Planeta, 2024), una ficción que ambientada en la San Petersburgo de Vladimir Putin y el aislamiento internacional —luego de iniciada la guerra de ese país con la limítrofe Ucrania—, relata la historia y el vínculo surgido entre la abogada chilena Loreto Morán, y el enigmático traumatólogo de origen ruso, Boris Radchenko.

 

«Un proceso trabajoso, pero también apasionante»

—Cuéntanos cómo fue el proceso creativo detrás De amor y vodka. ¿Viajaste a San Petersburgo para interiorizarte de la vida cotidiana en Rusia, por ejemplo?

—El proceso creativo de esta novela fue bastante complejo, tardé cinco años en verla publicada y, en ese tiempo, hubo varios acontecimientos que tuvieron su impacto en la historia.

Por ejemplo, en 2020 tenía listo el viaje para ir a San Petersburgo, pero se declaró la pandemia COVID y no pude viajar. A cambio, me documenté en profundidad con libros maravillosos sobre la cultura rusa contemporánea, la transición que sufrió tras la desintegración de la URSS y el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Además, ya tenía para el viaje varias guías y páginas web sobre San Petersburgo que me han permitido conocer la ciudad palmo a palmo, con sus leyendas, sus tradiciones y sus secretos. La segunda vez que iba a viajar, Rusia invadió Ucrania, estalló la guerra y volvimos a postergar el viaje.

Pero no solo eso, cuando ya la novela estaba a pocos meses de ser publicada, murió Alexei Navalny (principal opositor al régimen), y también tuve que hacer cambios de última hora.

Todo ello hace que el proceso haya sido trabajoso, pero también apasionante.

 

«No creo en el amor platónico»

—Los lectores desean saber un poco más de tu biografía. En ese sentido, ¿cómo una destacada médico cirujana deriva en una conocida sex blogger y luego en una reputada escritora de novelas de literatura erótica?

—No son facetas excluyentes, sino complementarias. De hecho, la inquietud de hacer el master en sexología partió por mi consulta: soy pediatra y me di cuenta de que el hecho de que el promedio de edad de inicio de actividad sexual en menores es entre 13 y 14 años, y las disforias de género e identidad sexual que se inician en niños cada vez más pequeños, me motivaron a buscar información científica, bien respaldada y con información veraz al respecto.

Ahí nació la oportunidad de escribir para LELO, la reputada marca sueca de objetos eróticos, donde comencé a escribir relatos y artículos de corte informativo. Esto se unió con mi faceta de escritora (que existe desde que tenía 7 años, guardo cuentos y relatos desde entonces) y generaron las historias que ahora tenéis en las manos.

De todas maneras, como mis lectoras ‘del núcleo duro’ precisan, mis novelas tienen mucho más: ficción médica sobre todo, ya que la mayoría de ellas se ambientan en el mundo de la medicina, thriller, romance e incluso novela histórica.

Como no creo en el amor platónico y defiendo que el erotismo es una parte inherente y muy importante del ser humano, exploro esta faceta en todos mis personajes.

 

«Un exsoldado soviético de 50 años con un pasado traumático es fascinante»

—¿Puede considerarse a De amor y vodka como la novela a la cual le has dedicado más tiempo y esfuerzo artístico hasta la fecha?

—¡Total y absolutamente! Cinco años he tardado en verla publicada. No solo por la documentación del escenario que visitamos en ella, San Petersburgo, ni por la complejidad del momento geopolítico de la Rusia actual.

Los personajes, Loreto y Boris, son personas imperfectas, con muchos claroscuros, que necesitan ser congruentes en todo momento en la historia, y que tienen una evolución y un arco de personaje pensado y creado al milímetro. Todo ello es un arduo trabajo.

Ponerse en la piel de Boris, por ejemplo, un exsoldado soviético de 50 años con un pasado traumático es fascinante, pero nada fácil.

 

«Loreto somos todas»

—¿En qué modelos de caracteres femeninos te basaste o inspiraste para concebir al personaje de Loreto?

—Loreto somos todas. En serio.

Muchos de los pensamientos sin filtro y políticamente incorrectos que pasan por su cabeza se escuchan y se comparten entre amigas y conocidas tomando un café un trago a modo de desahogo.

Loreto son todas aquellas amigas que, pasados los cuarenta, ya han pasado por un divorcio. Son aquellas que tienen hijos y a las que, amándolos con locura, la maternidad se les atraganta por las imposiciones sociales y culturales. Son las que, siendo madres y trabajadoras, han dejado de lado su propia condición de mujeres y se encuentran un poco desorientadas, teniendo que volver a reencontrarse o incluso redefinirse, cuando el trabajo ya está estabilizado y los niños crecen.

Las lectoras se ríen, lloran y se llevan las manos a la cabeza con ella durante la historia porque empatizan y se ven reflejadas en el personaje. Y eso me encanta.

 

«La profesión de médico es muy adictiva»

—Luego de tu éxito como escritora, ¿sigues trabajando como pediatra en el Hospital Provincial de Pontevedra o estás abocada a tiempo completo a tu labor de narradora?

—Nunca digas de esta agua no beberé, pero me resulta extremadamente improbable que vaya a dejar mi trabajo como médico. Amo mi profesión. En mi caso, la vocación es un imperativo vital.

Hace unos años tuve una reducción de jornada y más tiempo para escribir… y terminé por volver a la jornada completa con todas sus guardias porque lo echaba de menos. La profesión de médico, si la disfrutas, es muy adictiva.

Por otra parte, escribir es casi tan necesario como respirar, como un signo vital más. Así que, espero lograr compatibilizarlas por mucho tiempo, y disfrutar de mis dos facetas a concho, como lo hago con todas las demás.

 

«Creo que es imprescindible desprenderse de prejuicios»

—¿Cuáles son los principales desafíos artísticos a la hora de enfrentarse a la construcción de una buena novela de literatura erótica?

—Primero que nada, aquellos que son comunes a cualquier trabajo literario de calidad, con independencia del género que escribas: unos protagonistas que presenten claroscuros, con los que puedas identificarte, sean coherentes y evolucionen de algún modo.

Después, un escenario atractivo, que lleve de viaje a quien lee a lugares nuevos o a redescubrir los cotidianos a través de una mirada diferente. También unos personajes secundarios que complementen bien las tramas, sirvan de apoyo a los principales y aporten tonalidades distintas de humor, novedad, contrapeso emocional.

Luego están los aspectos más técnicos: una buena corrección ortotipográfica y de estilo, conseguir lecturas cero o beta y de sensibilidad, son fundamentales.

Pero, además, en el caso de la erótica, creo que es imprescindible desprenderse de prejuicios, asumir que la experiencia lectora viene influenciado por la cultura, la crianza, las convenciones sociales y que no siempre será interpretada de manera simétrica: una escena en particular puede ser muy suave para algunas personas y tremendamente chocante para otra.

De este modo, lo que yo intento lograr es relatarla de una manera sensual, elegante, explícita por supuesto, pero sin que genere un sentimiento de contratransferencia en quien lo lee. Que no sea intimidante, sino que invite a la fantasía e incite la curiosidad.

 

«Las mujeres también sentimos, disfrutamos y nos gusta el sexo»

—En esa perspectiva, ¿compartes que en tu trabajo como narradora indagas en la autonomía y en el conocimiento de la sexualidad femenina más allá de los cánones culturales propios de una sociedad rezagada al respecto? ¿Aquello explica el éxito de tus libros, la necesidad que tienen las mujeres de autoconocerse en ese campo siempre vital y misterioso de la vida?

—Uno de los puntos que más se destacan en general de mis novelas es que hablan de frente sobre el placer femenino. Las mujeres también sentimos, disfrutamos y nos gusta el sexo. Me cargan esas novelas que nos muestran como inexpertas, mojigatas, desconocedoras y sumisas, a las que un hombre necesariamente las conduce al placer.

Así, en mis novelas encuentras masturbación femenina, mujeres que saben lo que quieren y lo buscan, protagonistas empoderadas que no tienen miedo de su propia sexualidad o, si lo tienen, lo superan y no necesitan a un hombre para que les muestre el camino.

Es cierto que existen todavía tabús al respecto, pero creo firmemente que existe un cambio en el paradigma, que las mujeres nos informamos si no sabemos, comentamos entre nosotras y miramos a nuestros compañeros de cama de igual a igual, y no desde una posición de inferioridad.

Desde esta óptica, obvio que se hace imprescindible llamar a las cosas por su nombre y no por eufemismos muchas veces ridículos. Y me encanta emplear cierta lírica en mis escritos, pero, como soy médico, amo los términos anatómicos porque son los correctos y no me importa emplear la palabra pene o la palabra vulva en un relato. Creo que es mejor que ‘poderoso mástil enhiesto’, o ‘fruta jugosa’, como he leído por ahí.

 

«Mi autora favorita de habla hispana es Isabel Allende»

—¿Cuál es tu opinión o juicio literario en torno a las autoras chilenas, admiras a alguna? ¿Te sientes una de ellas, o más bien te identificas como una escritora española?

—Mi autora favorita de habla hispana es Isabel Allende. Con eso te digo todo. Desde que leí La casa de los espíritus, allá por el año 97, he leído todos sus libros y espero ansiosa cada una de sus nuevas novelas. Me encanta su manera directa de escribir, con humor y profundidad, y cómo muestra la realidad femenina desde perspectivas a veces crudas, pero con las que puedes resonar.

De ella no solo reconozco inspiración a la hora de escribir, también enseñanzas muy personales. En Mujeres del alma mía ella me abrió los ojos respecto de lo importante que es invertir en el futuro a la hora de cuidar cuerpo y espíritu para tener una vejez plena. Parece una obviedad, porque es algo que sabemos de alguna manera u otra, pero el verlo escrito por ella me hizo rescatar el pasaje, ponerlo en mi agenda y releerlo de vez en cuando.

En De amor y vodka, mi última novela, le rindo un pequeño homenaje al nombrar Eva Luna y Los cuentos de Eva Luna como un símbolo que acompaña la historia durante una buena parte de la novela.

Y no renuncio a nada: soy española y soy chilena. Amo las humitas y también la tortilla de patatas, me encanta veranear en Mallorca y también en la Carretera Austral. Adoro esquiar en El Colorado y también en los Pirineos.

¿Por qué limitarse a un país o a una cultura, cuando ambas me aportan tanto? Soy las dos.

 

«Dos ingredientes fundamentales: el deseo y la distancia»

—¿Qué impulso se esconde detrás de la tensión sexual entre dos personas? Desde tu formación científica en el campo de la medicina, ¿intentas dar una explicación satisfactoria a través de la literatura a ese enigma de la naturaleza biológica humana?

—Es un enigma, y a la vez, es tan vieja y cotidiana como la misma humanidad. Para mí, es una mezcla de química, filosofía, historia personal y social, y, por supuesto, cierta magia inexplicable. Creo que hay dos ingredientes fundamentales: el deseo y la distancia.

El deseo, por ser esa pulsión íntima, esa emoción que nos conduce a satisfacer algo que anhelamos. Que queremos poseer y no tenemos. Esa búsqueda de la gratificación, del subidón de dopamina y adrenalina que acelera el corazón, dilata las pupilas y nos prepara para la acción. El impulso primitivo y visceral de alcanzar algo que todavía no está en nuestra mano, pero sí tan cerca que quizá nos quema en la punta de los dedos. Es la anticipación y las expectativas.

Habla mucho más del camino que de la meta (aunque esta sea por supuesto un magnífico premio final… ¡o no!). Y la distancia es muy importante, porque anhelamos y deseamos aquello que tenemos a nuestro alcance, pero al mismo tiempo nos parece inaccesible, en una eterna paradoja porque, cuando lo conseguimos (por ejemplo, un beso, un orgasmo, una mirada cargada de promesas), nos conformamos por poco tiempo y la búsqueda de una nueva gratificación se reactiva, al menos al principio.

Después la química del deseo cambia, llegan la oxitocina del apego emocional y el vínculo, y la serotonina del bienestar, la calma y la felicidad. Explorar todo esto es una manera de conocer a quienes protagonizan mis historias, me encanta escribirlo desde la ciencia y la documentación.

 

«Estoy sumergida en el universo de ‘De carne y hueso'»

—¿En qué proyecto narrativo, luego de la publicación de De amor y vodka estás concentrada en la actualidad? De ser así, ¿nos puedes contar un poco más acerca de los planes que tienes sobre tu futuro próximo como autora?

—Tengo varios proyectos en marcha. Por el momento, estoy sumergida en el universo de De carne y hueso, la saga en la que se mezcla ficción médica, crecimiento personal y, por supuesto, romance y erotismo.

En este caso, más juvenil, explorando esa época en la que todo es descubrimiento y primeras veces, todo es mucho más desgarrador y apasionante.

También, estoy corrigiendo la primera novela según unas indicaciones editoriales y avanzando con la segunda. ¡Espero tener noticias y que puedan disfrutarlas muy pronto!

 

 

 

 

 

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«De amor y vodka», de Mimmi Kass (Editorial Planeta, 2024)

 

 

Imagen destacada: Mimmi Kass.

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